José Manuel Ribera Casado. Catedrático emérito de geriatría (UCM) Académico de Número de la RANMdeR.
José Manuel Ribera Casado. Catedrático emérito de geriatría (UCM)

La comunicación con el paciente mayor: Algunas eventuales vías de actuación

José Manuel Ribera Casado 

Los principios generales que deben regir la comunicación anciano/estamento sanitario (o social) son básicamente los mismos a cualquier edad, pero, como se comentó en el número anterior, en el caso de la persona mayor requieren matices, a veces fundamentales, que deben ser incorporados de oficio por parte del profesional. Esto afecta a cualquier forma de encuentro, desde la realización de una historia clínica o una exploración física por parte del médico, hasta todo lo que tiene que ver con la transmisión de un mensaje, una noticia o cualquier otra cuestión. El principio básico es el de lograr el objetivo perseguido, un entendimiento claro y completo, siempre asumiendo como punto de partida la dignidad del paciente y al respeto a los principios de la bioética. 

A mi juicio las principales cuestiones –no las únicas- que deben ser tenidas en cuenta por el profesional en el proceso de comunicación, siendo siempre conscientes de la enorme variabilidad individual con la que nos podemos encontrar entre unas personas y otras, serían las siguientes:

  1. Escuchar y valorar de forma adecuada cuál es el tema o problema objeto de la consulta.
  2. Conocer, asumir y tomar en consideración las limitaciones y condicionantes físicos, mentales o sociales, derivadas o no de la edad, que incorpora nuestro interlocutor. Sobre todo, la situación cognitiva, el nivel de audición y de visión, y el grado de dependencia funcional cuando ésta existe.
  3. Tener en cuenta la actitud del sujeto mayor en cuanto a su nivel de interés en el tema planteado y su voluntad o no de colaboración.
  4. Prever el tiempo necesario para poder establecer el diálogo correspondiente de forma adecuada, partiendo siempre del supuesto de que cuanto más elevada sea la edad mayor tiempo puede ser preciso programar. 
  5. Valorar e incorporar a la programación del acto comunicativo la presencia o no de terceras personas (familia o cuidadores), su grado de implicación en el tema abordado y su rol en relación con el propio anciano. La información y la comprensión de los mensajes debe alcanzar tanto a uno como a otro.
  6.  Evitar cualquier actitud que pueda interpretarse como prepotente, paternalista, irascible, o que se pueda traducir como de falta de tiempo o de interés.

Es básico asumir que si llega el caso debe ser el profesional quien debe adaptarse a cualquier circunstancia específica que pueda surgir en el curso del encuentro y no al revés.

Comunicarse con una persona mayor desde una perspectiva profesional supone un reto difícil y debemos llegar al encuentro comunicativo siendo conscientes de ello, y habiendo preparado, al menos en líneas generales, lo que podrían ser puntos centrales del encuentro

Existen situaciones específicas –difíciles a veces- que pueden llegar a ser extraordinariamente complejas en cuanto a su manejo. Para ellas, cabría apuntar unas recomendaciones igualmente específicas, pero cuyo desarrollo sería tan amplio que escapa a las posibilidades de estos comentarios. Entre estas situaciones destacaría las siguientes: la comunicación de “malas noticias” (mal pronóstico, fallecimientos de alguien muy próximo, etc.); la comunicación en situaciones terminales; en ocasiones, el tema del “consentimiento informado”: la búsqueda de decisiones sobre dónde residir (o dónde morir); los temas relacionados con la incapacitación; todo lo referido a los abusos y/o malos tratos constatados o presumibles. Algunas más.

Terminaría con dos recomendaciones muy básicas de carácter general. La primera. que nosotros tengamos siempre presente que comunicarse con una persona mayor desde una perspectiva profesional supone un reto difícil y que debemos llegar al encuentro comunicativo siendo conscientes de ello, habiendo preparado, al menos en líneas generales, lo que podrían ser puntos centrales del encuentro. La segunda que, en esto como en casi todo, el sentido común y la paciencia han de estar presentes desde el primer momento.

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