Las nuevas tecnologías irrumpen cada vez con más fuerza en nuestra sociedad con el objetivo, entre otros, de mejorar nuestra calidad de vida en diferentes ámbitos, pero no todos tenemos la misma facilidad para acceder a ellas o, posteriormente, manejarlas. La brecha digital se acentúa en los mayores, pero también en personas con discapacidad. El colectivo tiene grandes barreras, si bien sus necesidades están sobre la mesa y ahora es momento de aumentar sus oportunidades.
“No dejar a nadie atrás”, esa es una de las grandes promesas que extraemos de la Agenda 2030, que centra el compromiso de los países para lograr un mundo más sostenible para entonces. Nos referimos a exterminar la pobreza, la discriminación, la exclusión y aminorar, en la medida de lo posible, las desigualdades y vulnerabilidades que dejan a una persona atrás.
A veces estas barreras para acceder a servicios, recursos e igualdad de oportunidades son casuales, pero en otras ocasiones son resultado de leyes, políticas y prácticas sociales discriminatorias. Hablando de barreras, una de las más grandes que nos podemos encontrar es la accesibilidad, un concepto con muchas acepciones. Esta condición la deben cumplir los entornos, procesos, bienes, productos y servicios para que todas las personas puedan participar de manera autónoma y con las mismas oportunidades y siempre dando respuesta a las necesidades de las personas con discapacidad. Aquí encontramos los servicios virtuales.
La transformación digital persigue el objetivo, siempre presente, de cerrar brechas digitales, innovando los servicios y poniendo en marcha nuevos proyectos para esta sociedad cada vez más conectada y diversa. Esta es una de las premisas del informe “La tecnología al servicio de un colectivo en riesgo de exclusión”, elaborado por Fundación Human Age Institute y DXC Technology con la colaboración de Fundación Amás.
Reducir la dependencia y aumentar la autonomía
Instituciones y empresas deben asumir la responsabilidad de divulgar las buenas prácticas en materia de accesibilidad de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC). Así lo han hecho en los últimos tiempos y así lo deben seguir haciendo porque la transformación digital contribuye a reducir la dependencia e incrementar la autonomía personal de las personas con discapacidad. Este proceso es vital. La digitalización está en su día a día, en el ámbito doméstico, profesional, ocio, etc. De hecho, su buen uso ha permitido que muchas personas de este colectivo puedan acceder a cargos profesionales.
– La transformación digital contribuye a reducir la dependencia e incrementar la autonomía personal de las personas con discapacidad
Desarrollar estos planes, o lo que es lo mismo, potenciar estas nuevas tecnologías, significaría alcanzar, o al menos estar muy cerca, de la plena inclusión de 4 millones de personas con discapacidad en España -más de 1000 millones en el mundo-. Y es que dentro de las dificultades este colectivo puede vivir una vida plena y de calidad, aunque los impedimentos siguen presentes. Apenas un 25 % de las personas con discapacidad que quieren y pueden trabajar tienen un empleo. Aparte de su discapacidad, a día de hoy, su origen étnico, el género, la orientación sexual, las creencias y la edad también son motivo de exclusión.
El citado informe, que ha recogido información de personas con discapacidad de diferentes edades y tipos de discapacidad, revela una serie de oportunidades y riesgos de estas nuevas tecnologías, así como el conjunto de aplicaciones que les puede ser útil para su día a día, relaciones sociales, ocio, etc.
El trabajo remoto
Entre las principales oportunidades encontramos que las tecnologías inclusivas facilitan las tareas y rutinas, como equipos para aumentar la movilidad, audición, visión o la propia comunicación. Además, la robotización facilita la eliminación de barreras de discriminación basadas en variables como la fuerza física.
En este sentido, una de las grandes oportunidades para las personas con discapacidad es el trabajo en remoto. El Covid-19 marcó un antes y un después en diversos ámbitos, también en el laboral. El teletrabajo se ha ido consolidando cada vez más permitiendo desempeñar tareas sin necesidad de desplazamiento.
Profesionales al servicio de las TIC
Dentro de este conglomerado de ideas y buenas prácticas, el informe de la Fundación Human Age Institute y DXC Technology busca que cada persona con discapacidad intelectual y su familia tenga un proyecto de vida, así como fomentar su inclusión como ciudadano de pleno derecho. Para conseguirlo se analiza cómo la tecnología puede afectar o influir en estas mejoras.
El objetivo es conocer si, a día de hoy, las personas con discapacidad tienen instalada y utilizan alguna aplicación o plataforma específicamente diseñada para ellos, además de conocer sus necesidades en cuanto a tecnología. Se trata de un informe del que se espera sacar conclusiones muy positivas de cara a este colectivo facilitando su integración y calidad de vida, así como de cara a todos los profesionales que desarrollan tecnología al servicio de las personas con discapacidad.
El informe es beneficioso para las personas con discapacidad, así como para los profesionales que desarrollan tecnología al servicio de este colectivo
TIC para crear y ofrecer soluciones que permitan romper barreras
Raúl Grijalba, presidente de Fundación Human Age Institute, destaca que las instituciones y empresas deben “asumir el compromiso de propiciar y divulgar las buenas prácticas en materia de accesibilidad de las TIC”.
“Pensemos que, gracias a las nuevas tecnologías, colectivos que antes tenían un acceso limitado al mundo del empleo, ahora pueden asumir nuevos retos profesionales y que el camino para reducir las desigualdades sociales pasa por facilitar la generación de empleo sostenible, inclusivo, diverso y que genere equidad y oportunidades para todos”, añade.
De hecho, estas nuevas tecnologías inclusivas están a la orden del día y todos y cada uno de nosotros las utilizamos, independientemente de tener discapacidad de algún tipo (física u orgánica, intelectual, mental, auditiva o visual) o no tenerla.
Whatsapp, Siri, Alexa
Sin ir más lejos, la mayor parte de la sociedad utiliza herramientas de dictado y subtitulado, que convierte audio en texto; aplicaciones Voice Over que realizan una lectura en voz alta de lo que aparece en la campaña del teléfono móvil; subtitulado instantáneo de videos, podcast o mensajes de audio (WhatsApp). Además, encontramos aplicaciones que conectan a personas con dificultades de comunicación con sus familiares, amigos, o con sus médicos u otras que configuran botones que realicen secuencias de tareas (llamadas de WhatsApp).
En esta línea tenemos grandes asistentes virtuales, Siri (Apple) y Alexa o Cortana, entre otros. Entre sus principales utilidades encontramos la traducción, establecer una alarma, buscar una ubicación, consultar el clima, etc. Una inteligencia artificial que da soporte con cosas de primera necesidad.
A excepción de un participante, uno de 166, todos utilizan móvil, tablet u ordenador en su día a día, mientras que las aplicaciones o plataformas que más conocen y utilizan en su vida diaria son el WhatsApp (40 %) y Youtube (38 %). A partir de ahí, las personas con discapacidad intelectual encuestadas emplean (entre el 10 y el 20 %) aplicaciones de música, otras redes sociales, el Google Maps o el correo electrónico.
Bienestar personal y mejora de la calidad de vida
Este conjunto de herramientas y aplicaciones, así como otras que están por desarrollarse, tienen como objetivo mejorar la calidad de vida desde diferentes factores o ámbitos que componen el bienestar total de la persona.
- Autodeterminación: autonomía o toma de decisiones.
- Derechos: conocimiento a nivel global, intimidad, privacidad, etc.
- Bienestar emocional: satisfacción y ausencia de sentimientos negativos.
- Inclusión social: integración y participación.
- Desarrollo personal: formación y aprendizaje.
- Relaciones interpersonales: relaciones sociales y sexuales.
- Bienestar físico: descanso, ocio, atención sanitaria, etc.
- Bienestar material: ingresos, vivienda, trabajo, etc.
Para conseguir esta calidad de vida las TIC pueden desempeñar un papel fundamental. Así lo considera Juan Parra, presidente de DXC Technology para España y Portugal: “Estamos convencidos del potencial de la tecnología para crear y ofrecer soluciones que permitan romper las barreras físicas y sociales que enfrentan las personas con discapacidad. Creemos que el informe ahora presentado va a inspirar a muchas personas a trabajar juntas en la creación de soluciones tecnológicas innovadoras y accesibles para mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad”.
Propuestas para la creación de aplicaciones móviles
Analizando el informe “La tecnología al servicio de un colectivo en riesgo de exclusión”, elaborado por Fundación Human Age Institute y DXC Technology con la colaboración de Fundación Amás, se observa la necesidad de realizar móviles más manejables y aplicaciones o plataformas más sencillas de las que disponemos.
Aplicaciones sobre empleo, agenda digital, búsqueda de amigos, planificación de comidas o facilidades en el transporte público
Los datos analizados revelan que el 11% de los encuestados encuentra la accesibilidad de las aplicaciones aún muy limitada y en la falta de desarrollo de aplicaciones inclusivas. Entre las propuestas tecnológicas que más anhelan encontrar en sus móviles están las siguientes aplicaciones:
- Empleo con ofertas, formaciones, consejos para la búsqueda de empleo o cómo enfrentarse a una entrevista. En esta misma línea, los participantes demandan aplicaciones que reúnan perfiles profesionales de personas con discapacidad a los que las compañías puedan acceder para cubrir sus ofertas.
- Que permitan transformar documentos a diversos formatos accesibles, es decir, que faciliten la lectura o que permitan introducir datos en hojas de cálculo sin tener que utilizar el teclado o el ratón, sólo mediante el uso de voz.
- De música accesible de estilos como flamenco o música española clásica, entre otros, con información sobre la biografía de los autores.
- Que faciliten la accesibilidad a lugares públicos como restaurantes, discotecas, teatros, edificios o museos: información y recursos generados sobre reservas, compra de entradas, mapas adaptados, información sobre eventos u obras (audioguía, lectura fácil, lengua de signos, etc).
- Para viajes en las que los usuarios puedan planificar su viaje con la elección de medios de transporte accesibles, hoteles con habitaciones adaptadas o actividades aptas para el colectivo.
- Para entablar relaciones de amistad de forma segura aplicando ciertas normas o estándares de seguridad como, por ejemplo, poder colgar videos de presentación o escuchar la voz de las personas.
- De autoescuelas en las que se realicen adaptaciones para personas con diversas discapacidades.
- Que faciliten la comprensión de recibos, facturas o tickets de distintos establecimientos.
- Para el impulso del bienestar físico, con propuestas de ejercicios físicos específicos, planificación de menús y lista de la compra, etc.
- Para la accesibilidad legal que sirva como asesoría para temas legales y trámites de prestaciones o que centralice todas las gestiones con la administración pública.
- Que funcionen como un diario o agenda digital para incluir los estados de ánimo, cómo ha ido el día, cuáles son las citas programadas y las tareas pendientes.
Premios Appcesibilidad de Human Age Institute y DXC Technology
Los premios, convocados por DXC Technology, empresa de servicios de TI, y Human Age Institute, fundación impulsada por ManpowerGroup, refuerzan el compromiso compartido de ambas instituciones con las personas con discapacidad; compromiso que a lo largo de los años se ha materializado en diversas acciones para favorecer la empleabilidad del colectivo.
Los premios tienen por objetivo lograr el desarrollo de una App informática que solucione/mejore las problemáticas actuales y relevantes que afectan al colectivo de personas con cualquier tipo de discapacidad en su entorno doméstico, social y/o escolar.
En este sentido, los participantes -podrán ser profesionales o estudiantes de cualquier edad- que deseen dejar una huella social positiva, deberán diseñar una aplicación que ofrezca soluciones a problemáticas actuales y relevantes para este colectivo en su entorno doméstico, social y/o formativo.
La participación puede ser individual o por equipos de hasta, máximo, cuatro personas. Habrá tres premiados, que recibirán una dotación económica de 5.000, 3.000 y 2.000 euros, respectivamente. El jurado llevará a cabo la selección de los tres proyectos finalistas entre el 6 y el 20 de febrero de 2024. El fallo de los tres equipos finalistas se comunicará, vía email, el 21 de febrero de 2024. El 15 de marzo de 2024, los tres equipos finalistas realizarán una presentación presencial ante el jurado, quien determinará el orden de los proyectos ganadores.
