Oncogeriatría. Paciente anciano con cáncer.
Oncogeriatría. Paciente anciano con cáncer.

Oncogeriatría o cómo optimizar la atención global del paciente anciano con cáncer

La Oncogeriatría está adquiriendo una relevancia cada vez más significativa. Y lo hace debido al envejecimiento de la población, el aumento de la detección precoz de algunos cánceres y las mayores tasas de supervivencia. Las cifras son esclarecedoras a este respecto, ya que las más recientes estiman que en torno al 50% de la población atendida en las consultas de Oncología Médica ha superado ya la barrera de los 70 años. De ahí que la presencia de geriatras en los equipos multidisciplinares que atienden a los mayores con cáncer sea más demandada, pese a que aún falte camino por recorrer para alcanzar el merecido reconocimiento de esta especialidad.

Tal y como se desprende del informe anual “Las cifras del cáncer en España 2023” sobre los datos de incidencia, mortalidad, supervivencia y prevalencia de cáncer en nuestro país, editado por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), en colaboración con la Red Española de Registros de Cáncer (REDECAN), el cáncer sigue siendo una de las principales causas de morbimortalidad mundial. Así, la International Agency for Research on Cancer estimó que en el año 2020 se diagnosticaron aproximadamente 18,1 millones nuevos casos de cáncer en el mundo (excluyendo los tumores cutáneos no melanoma) y que el número de casos nuevos aumentará en las dos próximas décadas a 28 millones de casos nuevos al año en 2040.

Según dicho informe, en España el cáncer es también una de las principales causas de morbimortalidad. Y es que, en 2023, el número de cánceres diagnosticados en nuestro país se estimaba que alcanzara los 279.260 casos, según los cálculos de REDECAN, lo que supone una estabilización con respecto al año anterior. Al igual que se espera un incremento en la incidencia del cáncer a nivel mundial, en España se estima que en 2040 la incidencia alcance los 341.000 casos, si bien dicha estimación puede experimentar cambios al no incluir el posible efecto de la pandemia de la COVID-19.

Además, y a lo largo de las últimas décadas, el informe de SEOM añade que el número absoluto de cánceres diagnosticados en España ha aumentado a causa del aumento poblacional (en 1990 la población española era de unos 38.850.000 habitantes, en 2000 de 40.264.000, en 2010 de 46.486.000 y en 2021 de 47.326.687 habitantes), el envejecimiento de la población, la exposición a factores de riesgo (como el tabaco, el alcohol, la contaminación, la obesidad, el sedentarismo, entre otros muchos) y, en algunos tipos de cáncer por el aumento de la detección precoz. Debido a la combinación de estos factores, se puede dar el caso de que, a pesar de que la exposición a factores de riesgo no varíe a lo largo del tiempo, el número absoluto de casos aumente debido a los otros dos factores: el aumento poblacional y el envejecimiento.

En concreto, la edad es un factor de riesgo fundamental para la aparición de tumores, riesgo que empieza a aumentar de manera significativa a partir de los 45-49 años. Desde el nacimiento hasta los 80 años, los hombres tienen un riesgo de desarrollar cáncer de un 41,1% y las mujeres de un 28,0%. A los 85 años, estos valores son de un 48,4% en los hombres y de un 32,4% en las mujeres.

Estimación del número de nuevos casos de cáncer en España para el año 2023 (excluidos los tumores cutáneos no melanoma). Fuente: Red Española de Registros de Cáncer (REDECAN).
Estimación del número de nuevos casos de cáncer en España para el año 2023 (excluidos los tumores cutáneos no melanoma). Fuente: Red Española de Registros de Cáncer (REDECAN).

Situación de la Oncogeriatría en España

España ostenta una de las esperanzas de vida más elevadas, no solo en Europa, sino a nivel mundial, por lo que la importancia de contar con servicios de Oncogeriatría se vuelve cada vez más evidente. Así lo expresa la Dra. Andrea Sáenz de Tejada, responsable de la recientemente inaugurada Unidad de Oncogeriatría de MD Anderson Madrid. “Teniendo en cuenta que ya más del 50% de los pacientes que se diagnostican de cáncer tienen más de 65 años, y que la previsión es que esto vaya aumentando (se dice que incluso en 2030 esta cifra llegue a ser del 70%), cada vez se habla más de la atención al paciente mayor con cáncer. Es ya un asunto de primer orden en los sistemas sanitarios”.

Dra. Myriam Rodríguez Couso. Grupo de Trabajo Oncogeriatría SEGG.
Dra. Myriam Rodríguez Couso. Grupo de Trabajo Oncogeriatría SEGG.

En este sentido, y en opinión de la Dra. Myriam Rodríguez Couso, del Grupo de Trabajo de Oncogeriatría de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), “la Oncogeriatría está en un momento crucial, a punto de eclosionar. 

Cada vez es más demandada la presencia de geriatras en los equipos multidisciplinares que atienen a los mayores con cáncer y en los comités de tumores. Los médicos en formación cada vez se interesan más por este ámbito y demandan actividades formativas y rotaciones en los hospitales. Además, la industria farmacéutica ya se ha dado cuenta de la relevancia de este grupo poblacional y se incluyen cada vez más en los ensayos clínicos y también estamos desarrollando más proyectos intersociedades. Ahora hay que dar el salto para transformar los modelos asistenciales y realizarlo de forma sostenible y equitativa, además de continuar con mucha divulgación en el mundo sanitario y en toda la sociedad”.

Por su parte, para la Dra Regina Gironés, del Hospital Universitario I Polotécnic la Fe de Valencia y miembro de la Sección de Oncogeriatría de la Sociedad Española de Oncogeriatría (SEOM), “la Oncogeriatría no es una especialidad reconocida en nuestro medio. Es una forma de trabajo que implica la concienciación y el cambio de modelo asistencial de todos los implicados en el manejo del paciente anciano con cáncer. En nuestro país, se estima que entre el 30-40% de los pacientes diagnosticados con cáncer (incidencia) es anciano (con o más de 70 años).

Y lo que es mayor es la prevalencia (población con cáncer), gracias a la mejora de la expectativa de vida del paciente con cáncer como consecuencia del acceso a las novedades diagnósticas y terapéuticas. Se estima que en torno al 50% de la población que atendemos en las consultas de Oncología Médica ha superado ya la barrera de los 70 años, aunque no se hubiera diagnosticado a esa edad”. 

“La Oncogeriatría está en un momento crucial, a punto de eclosionar. Cada vez es más demandada la presencia de geriatras en los equipos multidisciplinares que atienden a los mayores con cáncer”

Ante esta situación, prima incidir en cómo optimizar la atención global del paciente anciano con cáncer. En palabras de la Dra. Rodríguez Couso, se lograría “teniendo en cuenta la gran heterogeneidad del envejecimiento, incorporando la valoración global del estado de salud del mayor en el proceso (que incluye la detección y valoración de la fragilidad) y determinando su grado de resiliencia para tolerar los tratamientos propuestos para su cáncer. Todo ello implica los modelos de atención sanitaria”.

En definitiva, plantearse una remodelación profunda y absoluta de nuestro sistema de salud, el cual continúa estando basado, como explica la Dra. Regina Tirones, en la atención a la patología aguda urgente. “Actualmente, atendemos patología crónica y, por tanto, necesitamos recursos dirigidos al manejo a largo plazo de la población. La asistencia debe estar centrada en el paciente y sus necesidades. Además, se debe integrar el cambio socio familiar que tenemos en nuestro medio, en el que la figura del familiar cuidador está desapareciendo. El envejecimiento de la población debe valorarse como uno de los éxitos de la asistencia sociosanitaria, no como un problema. Pero debemos garantizar un modelo dirigido a la cronicidad y a las necesidades no sólo sanitarias, sino también sociales”.

Probabilidad (%) de desarrollar un cáncer (excluidos los cánceres cutáneos no melanoma) por sexos en España en 2023. Fuente: Red Española de Registros de Cáncer (REDECAN).
Probabilidad (%) de desarrollar un cáncer (excluidos los cánceres cutáneos no melanoma) por sexos en España en 2023. Fuente: Red Española de Registros de Cáncer (REDECAN).

Valoración Geriátrica Integral (VGI)

Con el fin de realizar un abordaje adecuado del paciente, dado el citado proceso del envejecimiento y la gran variabilidad existente en la población geriátrica, es necesario considerar la edad fisiológica del anciano, y no su edad biológica. Para ello, es preciso hacer una evaluación individualizada a cada uno de los ancianos con diagnóstico de cáncer. En este sentido, tal y como detalla la Dra. Sáenz de Tejada, la optimización de la atención al paciente mayor con cáncer se realiza con un modelo de trabajo multidisciplinar, siendo la base del mismo una valoración geriátrica integral (VGI).

La VGI consiste en realizar un abordaje global que incluye un análisis exhaustivo sobre las áreas nutricional, funcional/física, cognitiva, farmacológica, psicológica y social. Además, se analizan posibles comorbilidades con el objetivo de llevar a cabo una toma de decisiones por parte del equipo multidisciplinar. Con esta información, el especialista puede establecer un tratamiento individualizado del paciente, realizar intervenciones sobre áreas de vulnerabilidad o fragilidad, y minimizar o tratar las secuelas del superviviente.

Dra. Regina Gironés. Sección de Oncogeriatría de SEOM.
Dra. Regina Gironés. Sección de Oncogeriatría de SEOM

“Gracias a la VGI, podemos predecir la toxicidad y vulnerabilidad a diversos fármacos, así como posibles complicaciones que puedan surgir. También se puede estimar la supervivencia. Todo ello nos permite establecer un plan de cuidados individualizado a cada paciente. De hecho, hasta en el 27% de los pacientes se cambia el tratamiento oncológico inicialmente propuesto tras la VGI”, destaca la responsable de la nueva Unidad de Oncogeriatría de MD Anderson Madrid.

Asimismo, la Dra. Rodríguez Couso añade que “la valoración geriátrica integral es la que permite identificar áreas de vulnerabilidad que no se identificarían con una valoración clínica rutinaria (funcional, cognitivo, nutricional, del ánimo, etc) y con los resultados de ésta se diseña un plan a medida individualizado y de seguimiento, entre otras cosas, para intentar revertir dichas vulnerabilidades o, al menos, mejorarlas y que así el paciente tolere mejor el tratamiento oncoespecífico y se obtengan mejores resultados, no sólo en términos de supervivencia global, sino de mantener su autonomía en independencia, calidad de vida, etc.”.

Para la Dra. Regina Gironés, “gracias a los avances terapéuticos y al envejecimiento poblacional, cada vez se atiende a más personas con cáncer. Esta situación no debe definirse como un problema. Es un éxito, pero supone un reto asistencial. La persona anciana, en sí, debe ser valorada como un superviviente que ha llegado a una edad avanzada y sufre varias patologías, entre ellas, el cáncer. Debe tenerse en cuenta cuáles son sus objetivos, que, en ocasiones, no están alineados con los objetivos de la asistencia sanitaria. Debemos tener en cuenta que el envejecimiento es un proceso fisiológico. Esos cambios fisiológicos son heterogéneos, las personas no envejecen igual, y esos cambios no se ven reflejados por la edad cronológica», detalla.

«Debemos aprender a valorar la situación funcional del paciente, porque los cambios debidos al envejecimiento sitúan al paciente en una situación de riesgo de toxicidad ante las actuaciones terapéuticas. Debemos colaborar con la Geriatría para tener una valoración integral que nos ayude a la toma de decisiones como oncólogos médicos”, asegura. Y es que, tal y como la misma especialista detalla, el abordaje del paciente anciano con cáncer basado en la valoración geriátrica tiene un nivel de evidencia I en los ensayos clínicos. Ha demostrado que es capaz de reducir la toxicidad, evitar ingresos innecesarios, disminuir la estancia hospitalaria, evitar visitas no programadas a urgencias y modificar la decisión terapéutica del oncólogo médico en torno al 40-50% de los casos”, añade.

“El envejecimiento de la población debe valorarse como uno de los éxitos de la asistencia sociosanitaria, no como un problema”

La importancia del geriatra

En este punto y dada la evolución respecto al abordaje de los pacientes mayores con cáncer cabe preguntarse cuál es el papel o principales funciones de los geriatras en dicho proceso, así como las dificultades más comunes a las que se enfrentan en el desarrollo de las mismas. “El papel del geriatra es hacer una valoración integral del paciente, analizando las esferas funcional, mental, psicológica, social, nutricional, farmacológica y enfermedades previas del paciente», explica.

«Con esta información somos capaces de detectar áreas de vulnerabilidad o fragilidad que pueden condicionar el resultado del tratamiento oncológico. Trabajamos en estas áreas para poder optimizar al paciente antes, durante y tras el tratamiento. También podemos predecir la supervivencia, posibles efectos adversos o complicaciones que puedan surgir a lo largo de la enfermedad y tratamiento. Toda esta información hace que de manera multidisciplinar podamos planificar un tratamiento individualizado para cada paciente”, afirma la Dra. Sáenz de Tejada.

A este respecto, la Dra. Rodríguez Couso insiste en que “los mayores con cáncer son pacientes complejos con una enfermedad compleja. Nuestro principal rol es la valoración del estado global de salud para elaborar un plan individualizado de intervenciones guiadas por los resultados de esta intervención e incorporar todo ello en el proceso de toma de decisiones y a lo largo del proceso de la enfermedad”. Respecto a las dificultades o carencias que afectan a la profesión, Sáenz de Tejada se refiere a la falta de geriatras, de tiempo en la organización estructural de los equipos y de conocimientos de conceptos oncogeriátricos, además de una insuficiente formación de geriatras y de especialistas en cáncer, así como de una mayor divulgación en la sociedad de la relevancia de tomar decisiones de forma multidisciplinar.

Para la Dra. Regina Gironés la figura del geriatra es imprescindible en el abordaje de los pacientes mayores con cáncer. “Si asumimos como sistema que existe una especialidad para el niño, que es la Pediatría, también debemos ser consecuentes con la existencia de una especialidad para el anciano, que es la Geriatría. La atención al paciente mayor con cáncer cada vez está más difundida y cada vez existen más foros científicos y sociosanitarios donde se valora el modelo necesario para su atención. Lo que nos falta es una Administración que sea consecuente con la evolución de la población”.

Dra. Andrea Sáenz de Tejada. Unidad de Oncogeriatría de MD Anderson Madrid.
Dra. Andrea Sáenz de Tejada. Unidad de Oncogeriatría de MD Anderson Madrid

Escasez de profesionales

Ahondando en la escasez de profesionales dedicados a la Oncogeriatría, las especialistas consultadas se muestran unánimes al considerar que es y será insuficiente. Así lo constata la Dra. Sáenz de Tejada al afirmar que “la Oncogeriatría está en crecimiento, pero todavía se necesita más gente que se dedique a ello. Sería necesario que se implantara en todos los centros que trabajan con pacientes mayores con cáncer”.

En la misma línea argumenta la Dra. Rodríguez Couso, quien propone que “mientras se optimizan la formación y los equipos y se demuestra la eficiencia de este modelo de asistencia debemos adaptarnos a los recursos disponibles, ser creativos y resilientes para ofrecerles lo mejor a nuestros pacientes”. En este contexto, y en opinión de la Dra. Gironés, “no existe una adecuación de ninguno de los recursos necesarios para abordar a una persona anciana con cáncer. Ni desde la Oncología Médica, Geriatría, Farmacia, Enfermería, Trabajo Social, Pisco-oncología, Rehabilitación, Fisioterapia, Nutrición, ni desde un largo etcétera que implica un abordaje integral de esta población”, concluye. 

“Sería necesario que la Oncogeriatría se implantara en todos los centros que trabajan con pacientes mayores que tienen cáncer”

Disciplinas implicadas

Dado que las necesidades de las personas mayores son infinitas, son numerosas las disciplinas que, de la mano de la Geriatría, contribuyen a la asistencia de la población anciana con cáncer. Como asegura la Dra. Regina Gironés, “la práctica asistencial implica a todo el sistema sociosanitario. Cualquier figura es imprescindible, no sólo los facultativos. Cualquier estamento implicado en la asistencia sociosanitaria es un recurso indispensable en el abordaje del paciente anciano con cáncer. Desde la figura del personal de citación, celadores, gestores de enfermería, técnicos sociosanitarios, psicólogos, nutricionistas, rehabilitadores, fisioterapeutas… Hasta los implicados en el manejo específico del tumor: cirujanos, radioterapeutas, médicos nucleares, radiólogos, patólogos, biólogos moleculares, etc.”. 

Por su parte, la Dra. Rodríguez Couso especifica en la siguiente lista algunos de los principales actores implicados:

– Dietistas: pueden realizar una valoración nutricional y realizar consejos dietéticos individualizados. 

– Fisioterapeutas y Educadores del Deporte: realizan una de las intervenciones más importantes, que es la elaboración de programas de ejercicio adaptados a la situación clínica y funcional, antes y durante el tratamiento para el cáncer. 

– Terapeutas ocupacionales.

– Trabajadores sociales: evalúan situaciones de riesgo y llevan a cabo intervenciones para solventarlas, además de que el paciente mayor pueda recibir el tratamiento, acudir a sus citas médicas, recibir cuidados adecuados en domicilio durante el proceso, etc. 

– Psicooncólogos: si es preciso se derivan pacientes si estos presentan trastornos del ánimo y/o ansiedad tras el diagnóstico de la enfermedad. 

– Farmacéuticos hospitalarios: sobre todo en el caso de ausencia de geriatra, pueden ayudar a adecuar la medicación, vigilar interacciones con los fármacos administrados para el cáncer, toxicidades y efectos secundarios.

¿Qué aporta la Oncogeriatría a la práctica clínica del oncólogo?

Fortalecer el trabajo colaborativo entre los diferentes especialistas que intervienen en el abordaje de los pacientes oncológicos de edad avanzada es prioritario ante el impacto del ritmo actual de envejecimiento de la población. En este sentido, la Dra. Regina Gironés argumenta lo que para ella, como especialista en Oncología, debe aportar la Oncogeriatría a la práctica clínica del oncólogo. “La Oncogeriatría en sí es una forma de trabajo. El oncólogo debe formarse en el manejo de la patología específica, dado que la especialidad de Oncología Médica cada vez es más compleja y es imposible ser especialista en todos los tipos de tumores.

Dentro de cada patología, el oncólogo debe ser especialista en el manejo del paciente anciano con ese tumor. Hay que conocer los riesgos y beneficios del tratamiento específico aplicado a población anciana dentro de la patología en que se haya especializado. Debe ser capaz de reconocer las necesidades y los objetivos del paciente anciano con ese tumor, su entorno socio familiar y calibrar la balanza en la toma de decisiones terapéuticas, evitando el infratratamiento o el sobretratamiento. Se debe evitar el edadismo, es decir, la toma de decisiones en base a la edad cronológica y tomarlas en base a la edad funcional y con evidencia científica suficiente”.

MD Anderson Madrid estrena Servicio de Oncogeriatría

MD Anderson Cancer Madrid acaba de poner en marcha un nuevo Servicio de Oncogeriatría, con el objetivo de incorporar la importante figura del oncogeriatra en los cuidados oncológicos del paciente desde un abordaje multidisciplinar, tan necesario para el bienestar de los afectados. “No es lo mismo tomar una decisión acerca del manejo de un mismo cáncer en pacientes jóvenes que en mayores y, posiblemente, pluripatológicos. En estos casos, la valoración de un geriatra experto en Oncología es muy relevante. Somos el primer hospital privado en ofrecer esta servicio. En un centro como el nuestro donde el abordaje multidisciplinar es su sello de identidad, la Oncogeriatría debe formar parte de nuestro trabajo diario. Este servicio supone un hito para nuestro hospital”, celebra el Dr. Santiago González, director médico de MD Anderson Madrid.

Y es que, como asegura la Dra. Andrea Sáenz de Tejada, responsable de la Unidad de Oncogeriatría de MD Anderson Madrid, “la premisa esencial es que el aumento de la población de edad avanzada conlleva un crecimiento constante en la incidencia del cáncer. El envejecimiento es un proceso heterogéneo y requiere un enfoque integral, así como de un abordaje multidisciplinar. Las VGI son fundamentales para abordar la complejidad de dicho envejecimiento para poder ofrecer a cada paciente los cuidados oncológicos y el tratamiento individualizado que necesite”. Por todo ello, con este servicio se busca proporcionar tratamientos individualizados, intervenciones sobre áreas de vulnerabilidad, detectar fragilidad, optimizar la situación del paciente antes del tratamiento oncoespecífico y minimizar o tratar las secuelas del superviviente.

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