Los cuidados: un reto más para las viviendas colaborativas

Los cuidados: un reto más para las viviendas colaborativas

En los últimos años se habla cada vez más del cohousing sénior, o régimen de viviendas colaborativas para toda la vida que, poco a poco, ha pasado de ser un modelo más o menos teórico a una realidad en muchos puntos del país. Un modelo en el que los cuidados y el modelo de atención es uno de sus ejes transversales. Esa realidad es el germen de las Comunidades de cuidados, puestas en marcha como proyecto innovador que facilite que las personas puedan envejecer en sus entornos con todas las garantías. Algunas de estas comunidades ya están implantadas en varias zonas rurales de nuestro país.

El fenómeno del cohousing es ya una realidad en muchos países del mundo y también lo es en el nuestro. Un fenómeno que articula las viviendas colaborativas también para los sénior que quieren compartir un proyecto conjunto de apoyo mutuo, en el que se cuenta con las herramientas necesarias para envejecer cómo y dónde la persona lo desee.

El cohousing sénior, como nos explica la presidenta de la Asociación Jubilares, Marga Torres, es un “proyecto de vida cuyo objetivo es envejecer bien, con autonomía y dignidad”, formando un grupo de personas que entienden que ese es el mejor entorno para ellos. En nuestro país es ya una realidad en diferentes puntos en los que los grupos senior “se constituyen jurídicamente como viviendas, como cooperativa de usuarios y consumidores que prestan unos servicios” diferentes configurando viviendas autogestionadas. Son entornos, refiere la presidenta, para el envejecimiento, para la convivencia que se basan en la atención centrada en l apersona “para facilitar que puedas quedarte en tu hogar hasta el último día”.

El cohousing sénior es una alternativa a la vivienda en propiedad, a la compra de una casa o a su alquiler, puesto que en este caso la propiedad recae en la cooperativa. Son “estructuras horizontales con mucho trabajo a nivel interno” tanto a la hora de planificar la división de las tareas como de delimitar la corresponsabilidad de cada uno.

“El cohousing sénior son espacios para la convivencia que se basan en la atención centrada en la persona”

Otra de las peculiaridades de este modelo habitacional es que “el cuidado mutuo es el primer nivel de compromiso”. Un cuidado que, como explica Torres, no se refiere a la atención necesaria ante una situación concreta, sino que “es una forma de vida, una forma de convivencia basada en el cuidado”.

La autonomía es obra de esas bases en las que se sustenta el cohousing senior, “el respeto a la libertad personal y a la propia autonomía”. Porque las personas que se suman a estos proyectos “buscan desarrollar todas sus capacidades de forma autónoma, tomando sus decisiones hasta el último día”.

Un paso más en el modelo

Las Comunidades de cuidados suponen un paso más dentro del propio modelo de cohousing sénior. Se trata de un proyecto de innovación social que  por la unión de JubilaresAndecha, participación y trabajo comunitario y Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados de España, UDP.  El proyecto está financiado por el Ministerio de Derechos Sociales y agenda 2030, dentro del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, gracias a los fondos Next Generation EU.

Sobre las peculiaridades y el desarrollo de estas comunidades, Jubilares organizó el pasado 12 de mayo una jornada para analizar cada detalle, y para reconocer los logros de las iniciativas que ya están funcionando a lo largo del territorio nacional. Un encuentro en el que se presentó el proyecto Comunidades de cuidados, además de analizar qué dice la investigación científica sobre la experiencia de vivir en un cohousing, entre otros asuntos.

Desde la Asociación Jubilares se está trabajando en cuatro líneas diferentes.

  1. Impulsando a comunidades de cohousing para que adquieran habilidades y competencias que les permitan desarrollar estrategias de co-cuidado, basadas en una red de apoyo social sólida y estable. En esta primera línea de trabajo hoy por hoy acompañan a estas comunidades de vivienda colaborativa: Abante Jubilar Sevilla, Alicante convivencia, Axuantase, El ciempiés, Jubilar Villa Rosita, Rabasa Comunidad Colaborativa, y Walden XXI.
  2. Trabajan evaluando el impacto, lo que permite mejorar el proceso de toma de decisiones y planificar los cambios que sean necesarios.
  3. Acompañando a comunidades rurales para identificar la situación y necesidades de las personas mayores para que puedan mantener su autonomía el mayor tiempo posible y que puedan seguir viviendo en su casa y en su pueblo.
  4. Y, en cuarto y último lugar, trabajan en la sensibilización y difusión del conocimiento. Dado que Comunidades de cuidados es un proyecto de investigación e innovación, esta parte de transferencia del conocimiento es esencial.

En este sentido, Torres recuerda que las Comunidades de cuidados son experiencias que hoy ya están aterrizadas en el ámbito rural, tratándose de “experiencias que tratan de activar entornos de cuidado apoyados en las redes vecinales”. Hoy ya se contabilizan seis experiencias en marcha, en seis localidades diferentes, en tres comunidades autónomas: Eljas, Santa Cruz de la Sierra y Casas del Castañar en Cáceres; Fresnedillas de la Oliva en la Comunidad de Madrid; Maranchón en Guadalajara; y Muñoveros en Segovia.

“Las Comunidades de cuidados dan el mayor valor al apoyo vecinal y comunitario, trabajando desde la prevención del envejecimiento activo”

En estos proyectos se apuesta por dar el mayor valor al apoyo vecinal y comunitario, “trabajando desde la prevención del envejecimiento activo en los entornos rurales, siendo la base la desinstitucionalización”, facilitando que todas las personas de estos municipios puedan disfrutar de la vida comunitaria y recibir los apoyos que requieran en sus domicilios. Se trata por tanto de un modelo que apuesta por la permanencia de los mayores en su entorno, dotándoles de lo necesario para que cuenten con el mayor nivel de autonomía posible y con

Cada uno de los proyectos tiene unas condiciones de desarrollo concretas, como apunta la presidenta, dependiendo de la composición socio-demográfica en la que se asienta.

Extremadura

En la región se contabilizan tres proyectos incluidos en la Línea 3 de trabajo: Eljas, Santa Cruz de la Sierra y Casas del Castañar, todos ubicados en la provincia de Cáceres.

Los resultados extraídos del cuestionario tanto para Casas del Castañar, como para Eljas y para Santa Cruz de la Sierra muestran que una amplia mayoría de las personas que respondieron al cuestionario viven en su pueblo durante todo el año (78´3%, 87´7% y 95%, respectivamente). Por tanto, el porcentaje de personas recogidas en la muestra que viven en el pueblo solo unos meses es muy reducido. 

Las personas que expresaron vivir en su pueblo casi todo el año o solo unos meses no son personas que vayan al pueblo únicamente en períodos de vacaciones, sino que el motivo de no estar en su municipio algunas temporadas es por irse con algún familiar los meses de más frío.

En cuanto al lugar en el que viven, las personas participantes residen mayoritariamente en su propia casa o piso comprado, siendo este porcentaje superior al 90% en los tres municipios.

Respecto al modelo de convivencia, más de la mitad de la muestra participante vive con su pareja, siendo esta la opción mayoritaria.

Respecto a las actividades de la vida diaria que más frecuentemente se realizan, las más destacadas son caminar, charlar con otros vecinos, actividades religiosas, actividades de asociaciones, sindicatos o partidos, actividades en la naturaleza, gestiones administrativas, actividades culturales y actividades físicas.

En cuanto a las necesidades de apoyo que requieren estos municipios, el informe constata que Eljas es el municipio que cuenta con un mayor porcentaje de personas que necesitan algo de ayuda, siendo este de un 21´4%. En Casas del Castañar y en Santa Cruz de la Sierra este porcentaje es inferior. El informe también refleja que en caso de necesidad las personas creen que sí pueden contar con sus vecinos.

Fresnedillas de Oliva en la Comunidad de Madrid

El pueblo de Fesnedillas de Oliva cuenta con una Comunidad de cuidados. Según el análisis previo realizado por la Asociación, entre las necesidades sociales detectadas, destacan la de contar con un espacio de encuentro intergeneracional, instaurar nuevos servicios de apoyo y cuidados que actualmente no se prestan en el municipio (por ejemplo, terapia ocupacional, fisioterapia, comida a domicilio, etc.), la conveniencia de que exista una dinamización social que facilite las interacciones entre personas y grupos de diferentes perfiles, así como fomentar algún sistema de transporte que facilite el acceso a los servicios de salud y socio comunitarios que están fuera del propio municipio.

Maranchón, en Guadalajara

En el caso de la localidad de Maranchón, el análisis de la realidad social y económica realizado arrojó también datos muy significativos, sobre todo en lo relacionado con la necesidades más urgentes a cubrir por parte de las personas mayores. Así, se constató que se necesitaban intensificar los lazos, la vida y las actividades comunitarias, durante todo el año, pero muy especialmente en invierno, realizando actividades comunitarias intergeneracionales. También era necesario incluir actividades grupales para las personas mayores, tanto residentes en la vivienda tutelada del pueblo como en sus domicilios, que les conecten con la vida social del pueblo y generen para ellos beneficios en la salud tanto física como psicológica. 

Muñoneros, en Segovia

Las necesidades más urgentes detectadas en Muñoneros pasan por contar con un espacio de encuentro y cuidados para personas mayores, al que puedan acudir las personas que se encuentran en una situación de mayor dependencia. Un espacio que serviría también como lugar de respiro para los cuidadores familiares, y que sería compatible con el uso por parte de personas mayores más autónomas. En ese espacio se podrían dar servicios como terapia ocupacional, promoción y mantenimiento de la autonomía, entre otros. La gobernanza del espacio podría ser mixta, mediante colaboración público-social entre el ayuntamiento y la recién creada asociación Envejecer en Muñoveros. Esta propuesta fue valorada como la más importante y prioritaria por parte de las más de treinta personas asistentes.

 

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