Vulnerabilidad económica en las personas mayores por la inflación.

La inflación intensifica la vulnerabilidad económica de las personas con discapacidad

Si la inflación determina el poder adquisitivo de muchas familias, ¿Cómo índice en la economía de las familias con personas con discapacidad? ¿Puede considerarse a la alta inflación como herramienta determinante que intensifique la vulnerabilidad de estas personas? Según el último informe publicado por el Observatorio de la vulnerabilidad, la alta inflación es la responsable de que nueve de cada diez familias con personas con discapacidad no lleguen a final de mes, y de que una mayoría reconozca que no tiene capacidad de ahorro.

La inflación afecta a la economía familiar de forma muy indirecta, ya que tiene como consecuencia directa una disminución de su poder adquisitivo, por lo que reduce su capacidad de compra y también su capacidad de ahorro. Esta consecuencia se hace más notoria cuando nos centramos en algunos grupos de población más concretos, como es el caso de las personas con discapacidad, donde la subida de la inflación puede llegar incluso a reducir sus derechos. Según recoge el último informe Discapacidad y Familia (y ya es el undécimo) realizado por el Observatorio de la vulnerabilidad de la Fundación Adecco, se trata de una realidad más que constatada, que convierte a las personas con discapacidad en personas aún más vulnerables. De hecho, como se reconoce en otro informe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD, presentado el año pasado, el alza de los precios fue el responsable de “una crisis del coste de vida sin precedentes en la memoria reciente”, lo que tiene un impacto “devastador” en los hogares más vulnerables de todo el planeta.

Este informe se ha realizado en base a una encuesta llevado a cabo por el Observatorio de la vulnerabilidad a 500 familias con personas con discapacidad que están en riesgo de exclusión. Un riesgo que, a tenor de las conclusiones redactadas, está en relación directa con una inflación alta.

Un sobreesfuerzo con los gastos

Este documento reconoce que las familias que cuentan con algún miembro con discapacidad han recortado gastos durante el último año. Situación que se constata en nueve de cada diez de las familias encuestadas. Además, un 33 % de la muestra reconoce no llegar a fin de mes y un 43,7 % asegura que tiene dificultades para conseguirlo. No hay que olvidar, que estos hogares, además de los “gastos habituales” debe hacer frente a otros gastos vinculados a las necesidades del miembro con discapacidad. Así, deben sufragar gastos vinculados a los tratamientos que necesiten, a terapias o adaptaciones, que se calcula que pueden llegar a los 30.000 euros al año, situándose la media en unos 5.054 euros.

Las familias con personas con discapacidad hacen siempre un sobreesfuerzo económico, invirtiendo un porcentaje mayor de ingresos en cubrir sus necesidades, independiente de la salud económica que se viva en cada momento. A ello se unen las dificultades de las personas encargadas de los cuidados para compatibilizar el empleo con la atención de su familiar con discapacidad, como se señala en el informe. Muchas de estas personas deciden trabajar menos horas o incluso dejar sus empleos para cuidar de sus seres queridos, lo que ocasiona una pérdida de ingresos que se agrava ante cualquier episodio de crisis.

Según la Encuesta de Discapacidad, autonomía personal y situaciones de dependencia (elaborada por el Instituto Nacional de Estadística en el año 2020), los hogares con personas con discapacidad tienen que hacer frente a un sobrecoste que va desde los 150 a los más de 6.000 euros anuales.

Los resultados de la presente encuesta cifran en 5.054 euros la media de gastos adicionales vinculados a la discapacidad que tienen que sufragar estas familias, pudiendo alcanzar la cifra de 30 000 euros. Y cifran entre 5.000 y 10.000 euros las cantidades más frecuentes a las que deben hacer frente cada año (así ocurre en el 30,1 % de los casos). Un 24,2 % de los encuestados afirma que sus gastos se sitúan entre los 2.000 y los 5.000 euros anuales, un 12,4 % gasta entre 10.000 y 15.00 euros y un 10,5 % entre los 15.000 y los 20.000 euros al año.

Dificultades para llegar a fin de mes

Unos gastos que mayoritariamente se destinan a pagar tratamientos médicos y terapias rehabilitadoras (en el 61,8 % de los casos), a pagar ayudas técnicas y productos de apoyo (44,2 %) y a pagar adaptaciones para facilitar la vida diaria de las personas con discapacidad ya sea en el domicilio o en sus vehículos (19,8 %).

Consecuencias directas constatadas

Una de las consecuencias directas de esa “pérdida de poder adquisitivo” debido a la inflación es el recorte en los gastos de la unidad familiar, en nueve de cada diez familias, es decir, en casi la totalidad de ellas. ¿Qué gastos son los que recortan estas familias? Según el informe mencionado, el 67,5 % de las familias ha recortado en gastos considerados como “no esenciales”, tales como el ocio, las compras o las vacaciones. Mientras que un 22, 5 % de los consultados reconoce que los recortes en sus familias han llegado a gastos considerados esenciales, como los gastos en la vivienda, en los suministros y en la cesta de la compra.

La alta inflación es la responsable de que nueve de cada diez personas con discapacidad no lleguen al final de mes

Otra de las consecuencias lógicas de estas cifras que refleja el informe es el hecho de que el 33 % de las familias encuestadas afirma no llegar a fin de mes con dinero en sus cuentas, y un 43,7 % asegura que tiene dificultades para cuadrar gastos e ingresos. Un 34,4 % de las familias termina el mes “con dificultad”, mientras que un 9,3 % lo termina “con mucha dificultad”.

Si se produce una reducción tan importante de los gastos en estas familias, la capacidad de ahorro se va reduciendo también. De hecho, más de la mitad de las consultadas (concretamente el 57,8 %) asegura que esa capacidad de ahorro es nula en su caso. Y para los que sí consiguen ahorrar algunos de sus ingresos cada mes, el 26,6 % asegura que sus ahorros no superan los 300 euros mensuales.

Gasto anual vinculado a la discapacidad

Todas estas circunstancias reducen la posibilidad de las personas con discapacidad de ser autónomos. Preguntados por el factor trabajo como alternativa para que las personas con discapacidad puedan ser independientes y salir adelante por sí mismas, los encuestados lo tienen claro:  la mayoría de las familias encuestadas (93,3%) cree que el empleo es la mejor opción para que las personas con discapacidad puedan construir un proyecto de vida independiente, con autonomía y realización personal. Frente a ellos, el 6,7% prefiere recibir un subsidio, ante el temor de quedarse sin prestación si encuentran trabajo.

Está claro que el empleo es el instrumento principal para que las personas con discapacidad puedan ser más independientes. Los datos de la encuesta revelan que, independientemente de la situación laboral de la persona con discapacidad, un 51,9% de los que tienen edad laboral tiene que recurrir a ayuda de su familia para salir adelante, si bien este porcentaje se reduce al 30,4% en el caso de los que tienen empleo y se eleva al 65% entre los que buscan trabajo.

Gestos vinculados a la discapacidad, ordenados de más costosos a menos de mantener

La desigualdad en los sueldos tampoco ayuda. El salario medio entre las personas con discapacidad sigue siendo inferior al del resto de la población, situándose en los 13,7 euros, frente a los 15,9 euros registrados a nivel nacional. Una brecha de 2,2 euros que se atribuye a un nivel formativo inferior que les aboca a “empleo menor cualificación y, por tanto, peor remunerados”.

Medidas a tomar

Desde la propia Fundación Adecco se ha elabora una lista de “consejos” que pueden ayudar a las familias con personas a discapacidad a reducir los gastos y, de paso, fortalecer la economía doméstica. En primer lugar, se les aconseja que se informen sobre todas las ayudas y los beneficios a los que puedan acceder las personas con discapacidad, y solicitarlas. Ayudas, por ejemplo, que llegan en forma de subvenciones para vivienda, vehículos, para acceder a la formación o bonificaciones fiscales.

También es importante contemplar las ventajas que pueda ofrecer la economía colaborativa, un modelo que permite prestar, comprar y/o vender bienes y servicios a través de diferentes aplicaciones tecnológicas.

A la hora de reducir gastos es esencial clasificar los que se realizan periódicamente y establecer un presupuesto mensual. Determinar qué gastos son esenciales y cuáles no lo son, cuáles son fijos y cuáles no, y contemplar también los posibles imprevistos que puedan surgir (como puede ser la reparación de una avería en casa). Una vez que se conocen todos los gastos, habría que establecer un límite para cada uno de ellos, con el objetivo de “no endeudarse” y llegar a final de mes con cierta holgura.

El empleo es el instrumento principal para que las personas con discapacidad puedan ser más independientes

Otra de las recomendaciones de los expertos de la Fundación es, siempre que se pueda, pagar en efectivo, ya que el dinero en metálico “puede ayudar a tener una actitud más ahorradora y evitar compras impulsivas”. Los pagos realizados a través de la tarjeta bancaria no ayudan a ser conscientes del dinero que se gasta.

Además, habría que revisar algunas facturas como la de la luz para saber si existe la posibilidad de abaratarla. Y optimizar al máximo la cesta de la compra, planificando las comidas que se van a elaborar a lo largo de toda la semana. Esta planificación ayuda a “evitar los micro gastos”.

En lo que se refiere al ocio, que apuntábamos como uno de los gastos más significativos que han sufrido un recorte drástico entre los encuestados, durante el último año, se recomienda apostar por un ocio gratuito. Instituciones locales y nacionales ofertan un buen número de actividades de ocio que resultan gratis o que cuentan con rebajas muy significativas.

A la hora de desplazarse, utilizar el transporte público también contribuye a reducir gastos. “Siempre que la accesibilidad no sea un problema, la opción del transporte público será económica para el bolsillo”.

Para terminar con esta lista de recomendaciones, cabe señalar la importancia de marcarse objetivos con respecto al consumo diario, intentando conseguir reducciones, aunque sean pequeñas. Y, formarse, ya que es “el pilar para que las personas con discapacidad puedan competir en igualdad de condiciones en el mercado laboral y labrarse un futuro independiente”. Desde la Fundación Adecco se considera que la formación para las personas con discapacidad no es un gasto, sino que es una inversión de futuro que mejorará el bienestar tanto de la persona como de toda la unidad familiar”.

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