La telemedicina, una revolución en la atención sanitaria a las personas mayores

La telemedicina, una revolución en la atención sanitaria a las personas mayores

La telemedicina permite prestar atención sanitaria personalizada en tiempo real o diferido a distancia, mediante el uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC). La pandemia ha impulsado su desarrollo, demostrando su eficacia para el cuidado de la salud de personas vulnerables con problemas de movilidad o que viven en zonas rurales y aisladas.

Los expertos aseguran que la implantación de la telemedicina en las residencias de personas mayores es una realidad tecnológicamente viable, la única limitación es la implicación de la Administración Pública en el establecimiento de protocolos claros de colaboración y coordinación sociosanitaria para transmitir, compartir y tratar información sensible entre el equipo médico del centro residencial y Atención Primaria u hospitalaria.

En este reportaje, exponemos algunas soluciones de telemedicina que proponen los principales proveedores de tecnología del país: Comitas E-Health, Essence SmartCare España, Kwido, Legrand Care, Tunstall.

Pero también la experiencia de diferentes operadores residenciales que , prestan el servicio de telemedicina a sus residentes: Amavir, Sanitas Mayores, Vitalia, Valdeluz.

La Organización Mundial de la Salud define la telemedicina como aquella que “aporta servicios de salud, donde la distancia es un factor crítico, por cualquier profesional de la salud, usando las nuevas tecnologías de la comunicación para el intercambio válido de información en el diagnóstico, el tratamiento y la prevención de enfermedades o lesiones, investigación y evaluación, y educación continuada de los proveedores de salud. Todo con el interés de mejorar la salud de los individuos y sus comunidades”.

En definitiva, se trata de una forma de proveer atención médica en tiempo real o de manera diferida, a través de tecnologías digitales para la comunicación: desde una videoconferencia hasta una plataforma de telemedicina conectada a diferentes aparatos de medición. El transporte codificado de imágenes médicas y de signos vitales permite a los profesionales de la salud realizar consultas, evaluar pacientes y recetar tratamientos sin la necesidad de una visita física.

La telemedicina, tanto en el hogar como en centros residenciales, permite una atención sanitaria más rápida, eficaz y accesible, evitando desplazamientos innecesarios y reduciendo el tiempo de espera. Todo ello, mejora la calidad de vida de los pacientes y fomenta el autocuidado.

Además, ha demostrado ser especialmente útil en zonas rurales o remotas, donde puede ser difícil acceder a la atención médica, así como durante emergencias y epidemias, como la pandemia.

Para que un sistema pueda considerarse telemedicina, el CEO de Comitas E-Health, Aquilino Antuña, destaca los siguientes elementos:

  1. Interacción remota entre un paciente y un profesional de la salud. Se necesita una conexión estable a Internet para la transmisión de información en tiempo real o diferido.
  2. Uso de tecnologías digitales para la comunicación entre el prestador del servicio y el usuario o paciente.
  3. Profesionales sanitarios.

Por su parte, el CEO de Kwido, Iñaki Bartolomé, apunta que la telemedicina puede utilizarse para diversos propósitos: consultas médicas, diagnóstico de enfermedades, monitorización de la salud, prescripción de medicamentos y terapias online.

La telemedicina no reemplaza la atención médica en persona, pero es un complemento para mejorar la accesibilidad y calidad asistencial.

Implantación de la telemedicina

Diferentes expertos señalan que el COVID ha acelerado la implantación de la telemedicina y ha provocado que su uso haya crecido exponencialmente. Jaime Rico, Essence SmartCare Spain Sales Manager, asegura que los números hablan por sí solos: “El aumento de las consultas de telemedicina en España ha llegado al 65 % desde el inicio de la pandemia y hoy se calcula que el 75 % de los pacientes la podría estar utilizando”.

Si bien la telemedicina comienza a ser una realidad, el CEO de Kwido, Iñaki Bartolomé, lamenta que su grado de implantación aún es bajo. “En el sector privado ha habido un mayor avance, como es el caso de los seguros privados de salud, pero en la sanidad pública hay mucha resistencia y está muy poco implantada. Tan sólo algunos casos concretos relacionados con la gestión de enfermedades crónicas, pero generalmente la sanidad pública no ha hecho verdaderos esfuerzos para su implantación donde puede ser mucho más potente: prevención y seguimiento de enfermos crónicos”, expone.

Igualmente, Aquilino Antuña de Comitas E-Health asegura que “aún estamos dando pasos iniciales”. Este experto otorga mucha importancia al colectivo del que estemos hablando: “Las Fuerzas Armadas llevan usando nuestra tecnología de telemedicina desde hace más de 20 años. Pero es ahora cuando la sociedad aprecia más sus ventajas y ve la telemedicina como un complemento absolutamente necesario al sistema de salud actual”. Antuña recuerda que en España hay más de 5.000 residencias de personas mayores “y no puede haber médicos en todas, pero sí servicios médicos. La telemedicina permite evitar la mayoría de los traslados de mayores a las urgencias por problemas que, aunque recurrentes, son muy comunes”.

En la misma línea, el responsable de Proyectos de Salud Digital de Tunstall, Raúl Gómez, defiende que el sector de la salud digital está en plena expansión. “No obstante, aún queda mucho camino y muchos recursos por parte de las administraciones para que la telemedicina pueda demostrar todo su potencial”, explica.

Por su parte, José Manuel Carballo, responsable de Desarrollo de Negocio del Sur de Europa de Legrand Care, es más optimista: “Hay una cierta implantación. El diagnóstico por imagen ha dejado de ser ciencia ficción y es una realidad en muchos servicios, dermatología particularmente. Además, la videoconsulta comienza a abrirse camino y, aunque quizás no está tan consolidada como el diagnóstico por imagen, sí está aceptada como un concepto de telemedicina totalmente viable”. En cualquier caso, Carballo asegura que la telemedicina es una realidad, porque ha pasado de la fase de pilotaje a existir servicios en marcha.

Tecnología en el hogar

Para poder implementar la telemedicina en el hogar es indispensable que tanto el prestador como el paciente tengan acceso a un equipo (ordenador, tablet o teléfono móvil), señal de Internet e información o formación sobre cómo operarlos. A partir de ahí, la telemedicina puede ampliar sus funcionalidades, mediante aplicaciones como las videollamadas, control de pacientes crónicos, ensayos clínicos o monitorización remota.

“El uso generalizado de Internet en los hogares, unido al incremento de las capacidades de los teléfonos móviles y otros dispositivos electrónicos, están ayudando a que se produzca el auge de la telemedicina. También el uso de los wearables (relojes, ropa inteligente y todo tipo de sensores corporales), que permiten la monitorización a distancia de parámetros como la presión sanguínea, electrocardiogramas, niveles de glucosa, ritmo respiratorio, presión arterial pulmonar o sueño”, subraya Jaime Rico de Essence.

Por su parte, el CEO de Comitas Aquilino Antuña concreta que los dispositivos más comunes utilizados en la telemedicina domiciliaria son:

  1. Monitores de signos vitales: presión arterial, frecuencia cardíaca, oxímetro de pulso.
  2. Cámaras de videoconferencia para realizar consultas médicas remotas.
  3. Dispositivos de gestión de medicamentos para ayudar a los pacientes a mantener un régimen de medicación.
  4. Dispositivos de telemonitorización: para monitorear continuamente condiciones médicas crónicas como la diabetes o la insuficiencia cardíaca.
  5. Dispositivos de imágenes médicas: como cámaras dermatológicas, para realizar exámenes remotos (depende de la patología de la persona).
  6. Básculas, etc.

Todos estos dispositivos ayudan a los médicos a monitorear la salud de los pacientes de manera remota y a tomar decisiones clínicas precisas sin la necesidad de una visita en persona.

Ante la ingente cantidad de información recibida, la Inteligencia Artificial (IA) podría ayudar a tomar decisiones clínicas, identificando patrones a partir del análisis de los datos recopilados por los dispositivos de monitorización remota.

¿Está la sociedad preparada para normalizar la telemedicina?

Las empresas consultadas coinciden en señalar que la sociedad está preparada para normalizar el uso de la telemedicina. En este sentido, el responsable de Proyectos de Salud Digital de Tunstall, Raúl Gómez, asegura que, a raíz de la pandemia, “hemos identificado que la sociedad está adoptando de forma mayoritaria este tipo de soluciones”.

“Ha habido una formación forzosa en el confinamiento y en la pandemia. Todo lo que comienza por ‘tele’ se ha convertido en familiar: teleformación, telecompras, teletrabajo y también la telemedicina. Con un sistema de salud bastante saturado parece cada vez más necesario evitar los flujos de personas en los centros de salud para revisiones, diagnósticos, etc., que se pueden realizar sin moverse de casa”, explica Aquilino Antuña de Comitas E-Health. Para ello, lógicamente, la formación de los pacientes es necesaria. “Pero su uso es verdaderamente muy sencillo. La usabilidad está muy trabajada para que todo sea muy intuitivo”, apunta.

De igual manera, el CEO de Kwido, Iñaki Bartolomé, explica que la sociedad lleva años consumiendo diferentes servicios a través de tecnología: ocio, comunicación, banca, seguros, etc. “Pensar que la telemedicina es diferente no tiene sentido”, asevera. Y añade: “Si la tecnología es accesible y usable, como pasa con muchas aplicaciones, no es necesaria siquiera la formación”.

“La telemedicina ha llegado para quedarse”, sentencia Jaime Rico de Essence. En este sentido, expone que recientes estudios afirman que el 93 % de los médicos encuestados cree que las herramientas digitales de salud ofrecen una ventaja en la atención al paciente, incluida la telemedicina. Y más del 80 % de los médicos están ya utilizando la telemedicina y las visitas virtuales. En una segunda fase, detalla Rico, se hará más hincapié “en la monitorización remota de pacientes, en un entorno donde pacientes y prestadores de servicios se sienten más confortables, y donde la tecnología sigue ganando peso, entrando en acción los datos y todo lo que conllevan (almacenamiento, privacidad, etc.)”.

Y el responsable de Desarrollo de Negocio del Sur de Europa de Legrand Care, José Manuel Carballo, añade que la normalización puede llegar de la mano de la necesidad creada, “que avanza gracias a la presencia cada vez mayor de pulseras inteligentes que incluyen la medición de este tipo de parámetros, haciendo de estas prácticas algo habitual que, probablemente, en breve, serán aceptadas y consideradas como algo natural y, por tanto, se solicite como mejora a la oferta actual de los servicios de salud”.

Coordinación sociosanitaria

La falta de coordinación sociosanitaria es, en opinión de los expertos, un verdadero freno a la introducción de la telemedicina.

A este respecto, el CEO de Kwido, Iñaki Bartolomé, afirma que esa falta de coordinación no es un problema técnico. Desde su experiencia, el principal inconveniente es que los sistemas de salud de las diferentes comunidades autónomas siguen sin hablarse entre sí y los departamentos de Asuntos Sociales y de Salud continúan separados, y sin unir sus sistemas informáticos.  

“Hoy nadie pone en duda que la telemedicina es una buena herramienta que ayuda a los profesiones sanitarios. Su introducción, más en la sanidad pública que en la privada, necesita cambios operativos importantes. Nada que no se pueda realizar con consenso, pero hay que hacer las cosas bien”, asegura el CEO de Comitas E-Health, Aquilino Antuña.

Y Jaime Rico de Essence insiste en que la telemedicina es ya una necesidad. De ahí la importancia de una adecuada coordinación sociosanitaria “para una atención integral y continuada, especialmente en personas mayores vulnerables”.

Dado el escenario en que nos desenvolvemos, el responsable de Desarrollo de Negocio del Sur de Europa de Legrand Care asegura que la contribución de la telemedicina a la coordinación sociosanitaria es altísima, puesto que acerca el hogar de los usuarios atendidos por los servicios sociales en sus domicilios o en una residencia a los servicios a Atención Primaria o especializada. “Sin duda, deberá completarse con la unificación de datos, de historiales sociales y sanitarios; pero como acercamiento a esa convergencia, la aportación de la telemedicina es muy importante”, añade.

En definitiva, el responsable de Tunstall, Raúl Gómez, indica que la salud digital puede ser clave para avanzar en la coordinación sociosanitaria, “que es primordial para la optimización de una atención integral. La esencia de la salud digital es la recopilación de los datos sanitarios, y dicha recopilación y disposición de datos en una plataforma común o compatible con todos los agentes sociosanitarios supondrá un gran avance en la coordinación sociosanitaria”.

Sinergias entre la telemedicina y la teleasistencia

La teleasistencia y la telemedicina se complementan y tienen puntos en los que convergen, sobre todo porque la salud es una parte fundamental del cuidado de las personas.

“La sinergia es altísima. Partimos del usuario de telemedicina que ya se encuentra asistido por los servicios sociales en su domicilio, convirtiendo a la teleasistencia en la base de este modelo de atención”, defiende José Manuel Carballo de Legrand Care.

La teleasistencia avanzada está sumando servicios adicionales, como el control de la casa inteligente o el seguimiento de la salud. “Son actividades que, por tanto, se complementan y juntas añaden un mayor valor. La telemedicina ofrece un servicio más completo a la teleasistencia”, asegura el CEO de Comitas E-Health, Aquilino Antuña.

En este proceso, la tecnología está favoreciendo las sinergias. “El mismo panel de control que permite las funcionalidades de teleasistencia avanzada puede ser compatible para vincular también los dispositivos de telemedicina”, sugiere Jaime Rico de Essence. Por eso, continúa, “proponemos una plataforma integral que une lo mejor de la teleasistencia y la telemedicina, que permite a los mayores monitorizar sus constantes vitales conectándolas directamente con cuidadores y personal sanitario, tanto dentro como fuera del hogar. De esta forma, pueden seguir viviendo sus vidas de forma segura, activa e independiente, ya tengan necesidades médicas mínimas o requieran de un tratamiento regular, crónico e incluso intensivo”.

Ahora bien, Iñaki Bartolomé de Kwido advierte de que si los sistemas no hablan entre sí o no hay intercambio de información entre Sanidad y Servicios Sociales, “vamos a impedir que se desarrollen las sinergias comentadas”.

Beneficios de la telemedicina

Los expertos consultados resumen los principales beneficios de la telemedicina:

  1. Permite proporcionar atención médica a personas que viven en áreas rurales o remotas, donde puede ser difícil acceder a la atención médica en persona.
  2. Presta atención médica personalizada en el hogar o residencia, evitando desplazamientos innecesarios de personas vulnerables al centro de salud u hospital de referencia. Además, ayuda a superar las barreras lingüísticas y culturales.
  3. Bienestar y comodidad. Los pacientes reciben atención médica en su propio hogar o centro residencial, donde pueden recuperarse. Además, fomenta su autocuidado.
  4. Ahorro de tiempo y costes. La telemedicina permite a los médicos atender a más pacientes en menos tiempo y de manera más eficiente, ayudando a descongestionar y aliviar la presión que sufre el sistema sanitario.
  5. Optimiza los recursos sanitarios y reduce costes (ambulancia, cama hospitalaria, RRHH), ya que disminuyen los ingresos y visitas hospitalarias, las movilizaciones y los traslados innecesarios.
  6. La telemedicina favorece una rápida (urgente) valoración y actuación, que conduce a una derivación hospitalaria o a un tratamiento in situ, según los protocolos establecidos y el criterio de los equipos médicos.
  7. Prevención y detección de situaciones de riesgo. La telemedicina permite a los profesionales anticiparse, gracias a la constante e inmediata monitorización de los pacientes. Además, es una herramienta de ayuda en el proceso de toma de decisiones.
  8. Continuidad asistencial. La monitorización de la salud de los pacientes permite hacer el seguimiento de enfermedades crónicas, como la diabetes o la hipertensión.
  9. Mejora de la calidad de la atención. La telemedicina permite una comunicación más fluida entre los pacientes y los profesionales sanitarios.
  10. Enriquecimiento profesional. Promueve el trabajo colaborativo entre equipos de profesionales clínicos, que pueden intercambiar experiencias, actualizar conocimientos y mantener una formación continua. A través de las plataformas de telemedicina, se pueden compartir historias clínicas, resultados de análisis, imágenes y otros datos relevantes. Además, supone una ayuda y un refuerzo al personal del centro residencial, ofreciendo un respaldo médico ante cualquier duda o situación clínica del residente.

“En la medida de que seamos capaces de capturar mucha información, vamos a poder utilizar técnicas de Inteligencia Artificial (IA) para detectar anomalías, predecir tendencias futuras y trabajar de forma mucho más decidida en la prevención”, manifiesta el CEO de Kwido, Iñaki Bartolomé.

Por su parte, el CEO de Comitas E-Health, Aquilino Antuña, incide en que la telemedicina puede aplicarse a diferentes campos de actuación: Atención Primaria, salud mental, cuidados crónicos, urgencias y emergencias y atención en el hogar.

“Nos encontramos ante todo un nuevo sistema de salud muy orientado al seguimiento y a la prevención, no al diagnóstico ni al tratamiento, que es aplicable a todo entorno que por volumen sugiera una optimización de recursos o bien, por el perfil del usuario, convenga evitar su movilidad”, apunta José Manuel Carballo de Legrand Care.

Y Jaime Rico de Essence SmartCare Spain concluye que “estamos ante la consolidación de la era dorada de la salud digital”.

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