Obesidad en personas mayores.

La prevención de la obesidad en las personas mayores

La obesidad es una enfermedad cada vez más común en personas mayores. No tiene la relevancia de otras enfermedades graves, pero sí que puede tener graves consecuencias. No es un problema que pueda curarse de inmediato, ni siquiera hay que intentarlo con dietas milagro que te llevan a empeorar la situación, pero siempre está en la mano de uno mismo plantarle cara y rodearse de expertos profesionales que te ayuden a mejorar la calidad de vida con buena nutrición, actividad física y los mejores hábitos saludables.

En nuestra sociedad existen enfermedades que pueden afectar notablemente a todas las personas, independientemente de la edad u otros factores, como es la obesidad. No es menos cierto que, en ciertas ocasiones, las personas mayores no le dan la importancia que tiene ni tampoco tienen en cuenta las consecuencias que puede conllevar en cuanto a limitaciones o el desarrollo de otras enfermedades. Hay que tomas medidas antes de que pueda aumentar y tratarla de inmediato con buena nutrición y ejercicio, entre otras indicaciones.

La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) define la obesidad como una enfermedad crónica definida por el aumento de la masa grasa (MG) corporal y así se considera cuando el porcentaje de la masa grasa (MG) supera el 25% en hombres y el 33% en mujeres o cuando el perímetro de cintura es superior a 102 centímetros en hombres y 88 cm en mujeres.

Una enfermedad que puede afectarnos a todos, también, y podemos afirmar que más aún, a las personas mayores por el sedentarismo que viene con el paso de la edad. De hecho, según datos de ‘Data World Obesity’ en 2019 había un 21.9% de obesidad en personas mayores de entre 65 y 74 años, mientras que nos encontramos un 19.4% de obesidad en mayores de 75 años.

Unos datos que preocupan, que hay que vigilar y que la Dra. Lilliam Flores, miembro del Área de Obesidad de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), nos explica partiendo del “ambiente obesogénico en el que vivimos”, que ha hecho que “la población haya adquirido hábitos poco saludables en cuanto a su alimentación”, pero hay muchos más factores.

“Esto, junto con el aumento creciente de la prevalencia de obesidad, lleva a que en un futuro las personas adultas tengan más probabilidad de en el futuro de ser adultos mayores con obesidad”, añade. Un análisis que va en línea y que completa el Dr. Cristóbal Morales, vocal de la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO) y endocrinólogo en Vithas Sevilla y Hospital Universitario Virgen Macarena, con circunstancias más presentes de nuestro día a día como alteraciones del sueño, estrés, malos patrones alimentarios, falta de actividad física.

Análisis profundo de los factores: la propia sociedad, la economía, la soledad,…

El Dr. Cristóbal Morales considera que “todos estos factores asociados a los psicológicos hacen que, a lo largo de nuestra vida, conforme también la edad, el metabolismo va enlenteciendo y hay una mayor tendencia a que aumentemos de peso”. Sin embargo, hay factores más profundos sobre el estado de ánimo, trastornos como “la ansiedad o la depresión”, que también influyen de forma directa. “Siete de cada diez personas que viven con obesidad tienen trastornos como ansiedad o depresión. Es el círculo vicioso porque son inicio de esa obesidad y la obesidad también hace que aparezcan estos efectos sobre el estado del ánimo”, detalla.

Según ‘Data World Obesity’ en 2019 había un 21.9% de obesidad en personas de entre 65 y 74 años, mientras que nos encontramos un 19.4% de obesidad en mayores de 75 años.

Además, para hacer un estudio completo de estos factores que pueden llevar o, al menos, incentivar a la obesidad hay que tener presentes también los recursos económicos de este grupo poblacional de personas mayores. No todos los mayores tienen las mismas rentas o pensiones. Así una cantidad baja hace que muchas personas se decanten por alimentos más económicos, pero de baja calidad nutricional.

No solo encontramos estos factores, hay muchos otros, como la falta de dentición que permita comer de todo o las preferencias por alimentos dulces; y uno de los más importantes que nos falta por comentar es el de la soledad. Muchas personas mayores se encuentran solas, sin ningún soporte familiar, una circunstancia que hace que se cuiden menos o se preocupen menos por su alimentación.

Antes de finalizar el análisis de los factores, el Dr. Cristóbal Morales hace hincapié en ciertas “enfermedades y medicaciones que se utilizan para para tratar esas enfermedades que pueden ayudarnos a enlentecer el metabolismo o a incrementar el peso”. “Véase corticoides, betabloqueantes o ciertas enfermedades que nos limitan la actividad física, movilidad o funcionalidad. Con el paso de los años, el metabolismo se hace cada vez más ahorrador porque necesitamos una ingesta diaria menor de kilocalorías, algo que hace que ese balance energético positivo día a día, aunque sea poco a poco, nos ayuda a que vayamos incrementando”, destaca.

No es buscar el peso ideal, es buscar el mejor peso saludable

La obesidad es una enfermedad que, tal y como hemos ido comentando, va ligada a múltiples factores, desde psicológicos hasta estéticos también pasando por otros como alimenticios o de actividad física. Así hay que dar un paso al frente y, valga la redundancia, hacer frente a esta enfermedad adoptando un cambio en el estilo de vida porque, según el Dr. Cristóbal Morales, “lo importante no es buscar el peso ideal, que no existe, es buscar el mejor peso saludable. No buscamos mejorar un número en una báscula. Estamos en pleno siglo XXI y vamos buscando parámetros de salud, parámetros de experiencia y de calidad de vida de esa persona que vive con obesidad”.

Este cambio de vida podemos afirmar que parte de un tratamiento complejo y multidisciplinar, con un patrón nutricional mediterráneo, incremento de actividad física de manera personalizada y soporte o ayuda psicológica a quien lo necesite. “Hay pacientes que van a necesitar terapia farmacológica o técnica endoscópica o cirugía bariátrica en aquellos casos seleccionados”, anticipa.

Lo que es evidente es que es un tratamiento personalizado, que busca mejorar la salud midiendo, vigilando y manteniendo la masa muscular “sin caer en la sarcopenia porque eso impacta mucho en la agilidad y funcionalidad de esa persona mayor”. También es un tratamiento lento porque el Dr. Cristóbal Morales explica que “vamos a intentar disminuir masa grasa para que, manteniendo y aumentar con ejercicio la masa muscular, esa persona no pierda peso, sino que mejore su salud, mejore su funcionalidad, mejore su estado anímico, mejore su calidad de vida y mejore todas las complicaciones asociadas a la obesidad”.

Equipo multidisciplinar con los mejores profesionales para la cirugía

Tal y como ha avanzado el Dr. Cristóbal Morales, hay ocasiones en las que la obesidad sigue presente después de ese cambio de estilo de vida o con tratamientos farmacológico o endoscópico. Así la cirugía metabólica o cirugía de la obesidad o bariátrica “cada vez se va a utilizar de manera individualizada, con mejores técnicas, menos invasivas, más seguras. La curva de aprendizaje hace que cada vez haya menos complicaciones a edades un poco más tardías”.

“Es importante que se contacte con tu equipo médico especializado que le va a dar un abordaje científico desde la ciencia y multidisciplinar porque, sabiendo que es una enfermedad tan compleja. Desde SEEDO abogamos por equipos multidisciplinares en los cuales el nutricionista, el profesional de actividad física del deporte, el psicólogo, el especialista en obesidad endocrino, el cirujano, el endoscopista y todas las demás especialidades que pudiesen tratar las complicaciones por obesidad para darle al paciente ese abordaje integral que es necesario en este siglo XXI”, explica.

“Desde SEEDO abogamos por equipos multidisciplinares con especialistas que tratan las complicaciones por obesidad para darle al paciente ese abordaje integral”

Sin embargo, ninguno de estos tratamientos, independientemente de que sean farmacológicos o quirúrgicos, tendrían sentido si no partimos de un cambio del estilo de vida, circunstancia que venimos reclamando durante todo el presente texto. Este cambio de vida no empieza con el paso de los años, una vez la persona se va haciendo mayor, sino que esta prevención de obesidad empieza en la infancia, con hábitos de vida saludables, que permita llegar a la edad de jubilación con un peso saludable.

Estilo de vida saludable: buena nutrición y actividad física

A la hora de hablar de calidad de vida o estilo de vida saludable nos referimos, principalmente, a dos grandes factores, la nutrición y el ejercicio físico. A nivel general, como introducción, tenemos que seguir un patrón nutricional sea mediterráneo evitando los ultra procesados, mientras que a esta alimentación hay que acompañarla de ejercicio físico diario y completo, no solo cardio.

El Dr. Cristóbal Morales, vocal de la SEEDO y endocrinólogo en Vithas Sevilla y Hospital Universitario Virgen Macarena, da algunas pautas sobre cómo puede ser el ejercicio, pero puntualiza que “la prescripción de ejercicio debe ser personalizada en función de las características de cada persona e iniciándose desde época temprana”.

“La actividad física diaria de fuerza y aeróbica son importantes de manera personalizada para mantener la agilidad, la funcionalidad y la masa muscular, que te lleven a mantener al final tu estado óptimo de salud física, emocional y psicológica. Por supuesto, aconsejar ejercicios que nos resulten agradables, que se puedan realizar en compañía para que sean ejercicios que podamos incorporar en nuestro día a día, en nuestra actividad diaria y que los disfrutemos para hacerlos sostenibles en el tiempo”, detalla.

Todo forma parte del proceso. Una persona mayor debe ser consciente de que todo el entrenamiento es progresivo, que nada puede ser solucionarse de la noche a la mañana y que hay que confiar siempre en la mejora de uno mismo de forma paulatina. Además, hay que tener en cuenta otros factores muy importantes como es el caso de los estiramientos, que nos ayudarán a evitar problemas de lesiones.

Nutrición en profundidad: una correcta alimentación

En términos de nutrición, la Dra. Lilliam Flores, miembro del Área de Obesidad de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, destaca que hay que tomar medidas desde el inicio, es decir, evitando “los alimentos poco saludables y superfluos con alta densidad calórica y con poca calidad nutricional”. “Estaríamos hablando de dulces, bollería, snacks, alimentos grasos, bebidas azucaradas… y desde ahí se darían recomendaciones alimentarias basadas en el patrón de Dieta Mediterránea ajustando el aporte calórico en función de las necesidades individuales de cada persona”, aclara.

Si nos centramos en alimentos más concretos, “la base de la alimentación deberían ser las verduras y las frutas acompañada de cereales, preferiblemente integrales en menor proporción para evitar un exceso calórico. De forma diaria, también se deberían incorporar lácteos bajos en grasa, los frutos secos y el aceite de oliva virgen extra de forma moderada como fuente de grasas saludables”.

“De forma semanal habría que ir alternando las diferentes fuentes de proteína alimentaria como son las carnes, preferiblemente blancas, pescado tanto blanco como azul, huevos y la legumbre como fuente de proteína vegetal. En este grupo de edad los requerimientos proteicos están ligeramente aumentados por lo que es fundamental asegurar el consumo de estos alimentos diariamente”, puntualiza.

Así podemos decir que todo este proceso nace desde el momento que hacemos la lista de la compra. A la hora de hacer la compra influyen muchos factores y uno de ellos es el hecho de estar lleno de tu última comida porque, llegado el momento, si no lo estás, te puedes llevar por el hambre comprando alimentos no del todo recomendables.

“En este grupo de edad los requerimientos proteicos están ligeramente aumentados por lo que es fundamental asegurar el consumo de estos alimentos diariamente”

Desde ese momento y con los alimentos correctos (revisar en la medida de lo posible los azúcares, calorías, proteínas, grasas o vitaminas en las etiquetas) en la nevera, una persona mayor debe tener muy presente siempre el comer variado y el dedicarle un tiempo a la cocina para preparar la comida de forma saludable. Hay que evitar los rebozados y los fritos; los cocidos, asados o platos a la plancha nos ayudarán a mantener la dieta sin perder sabor.

Adiós a los mitos de las comidas

A diferencia de lo que podamos pensar o siempre se ha valorado de que las personas mayores tienen que cenar ligero, la Dra. Lilliam Flores señala que “todas las comidas son importantes ya que en ellas podemos incorporar múltiples combinaciones de alimentos que nos permiten la riqueza nutricional porque no existe evidencia científica de que alguna de las comidas sea más importante que otra”, aunque sí que reconoce que “en función de las características y las necesidades individuales alguna de las comida puede tener un grado de importancia mayor”.

Otro de los grandes mitos de nutrición es la de comer un número determinado de veces al día, incluso tener definidos con antelación los horarios de esas mismas comidas. La Dra. Lilliam Flores se ha encargado de romperlo porque una persona mayor “debería comer las veces que le sean necesarias para poder realizar una alimentación equilibrada y saludable”.

Así podemos destacar que lo más importante en una persona mayor es que siempre se alimente bien, evitando los excesos. La Dra. Lilliam Flores sí que nos aconseja que “si es una persona que tiene mucho apetito a lo largo del día o que en general come pocas cantidades, sería más recomendable una alimentación fraccionada para evitar excesos o para asegurar una ingesta suficiente”.

Además, destaca que “siempre que sea posible, es importante que los horarios sean regulares para crear un buen hábito alimentario”. No pretende dar un orden establecido de comidas, pero sí que es aconsejable, beneficioso y saludable el controlar las comidas, sus horarios, pero, sobre todo, la calidad de las mismas.

Mantener la motivación en todo momento: no hay milagros

Hablando de mitos, a los que nos hemos referido en las últimas líneas, otro de ellos es el de las dietas milagro. No las hay, no lo decimos aquí, sino que ya lo hacen los expertos. Antes de referirse a ellas y el efecto rebote que generan, el Dr. Cristóbal Morales destaca que “la clave no es perder, es mantener tu mejor peso saludable. No queremos perder peso, sino queremos mantener ese beneficio en salud a lo largo del tiempo”.

“Por lo tanto, nos posicionamos en contra de las dietas milagro o de los esfuerzos intensos, porque sabemos que, hoy en día, eso conlleva un efecto yoyo, un efecto rebote, porque nadie es capaz de sostener en el tiempo un esfuerzo tan grande. Por lo tanto, pensamos en estrategias mantenidas en el tiempo, flexibles, que ayuden a la persona que vive con obesidad a incorporar esos hábitos de vida saludable no para perder, sino para mantener ese beneficio y mantenerlo motivado”, expone.

“Nos posicionamos en contra de las dietas milagro o de los esfuerzos intensos, porque sabemos que, hoy en día, eso conlleva un efecto yoyo, un efecto rebote”

El paciente, una vez se pone en mano de los mejores profesionales, empezará a tener beneficios cuando sea consciente de mantener hábitos de vida saludable. Este cuidado lo verá reflejado en un gran beneficio en sus parámetros de salud, una circunstancia que también le ayudará a sentirse mucho mejor y a evitar complicaciones no solo con la obesidad, sino también con otro tipo de enfermedades que puede derivar la propia obesidad.

El peligro de otras enfermedades derivadas

La obesidad es una de las enfermedades que más afecta a las personas mayores, por múltiples razones que hemos ido ya desgranando. Además, no es una enfermedad que llegue sola. Si no se toma conciencia y medidas, no se va a solucionar y también se va a erigir como uno de los principales factores de riesgo en el desarrollo de muchas enfermedades que se acaban cronificando y acompañando a la persona durante toda la vida.

El Dr. Cristóbal Morales define a la obesidad como “una enfermedad con mayúsculas porque si no se trata a tiempo, desarrolla complicaciones, más de 200 incluidas, como cáncer”. Y es que un excesivo sobrepeso puede derivar no solo a enfermedades más leves, sino a otras más graves como el cáncer, ya citado, o la propia muerte.

“Las principales, complicaciones metabólicas como la diabetes tipo dos, la hipertensión, la dislipemia, el colesterol alto, la enfermedad cardiovascular; complicaciones mentales como ansiedad o depresión; y complicaciones mecánicas, que sería el tercer tipo, como artrosis, imitación en la actividad física por este tipo de patología que conlleva un impacto negativo y potencia a su vez el incremento de ese aumento de peso”, sentencia.

Enfermedades todas ellas que reducen la esperanza de vida y aumentan el riesgo de mortalidad prematura en las personas mayores. Así hay que tomar precauciones, no solo en las últimas etapas de la vida; y seguir indicaciones de profesionales expertos en cuanto a nutrición, actividad física y todo el conjunto de hábitos saludables, que te hagan llevar una gran calidad de vida y te alejen de la obesidad.

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