Hospitales disruptivos. Reingeniería de la Sanidad. Mesa Redonda Avanzando Juntos Innovación en políticas sanitarias.

Innovación tecnológica y digitalización en el nuevo escenario sanitario

A mediados del siglo XXI, en torno al 2050, se estima que una cuarta parte de la población española tenga más de 65 años. Así, la calidad de vida en la sociedad se erige fundamental de cara a mejorar, y aumentar en la medida de lo posible, la esperanza de vida. Una circunstancia para la que profesionales y expertos de administraciones, instituciones y empresas están trabajando con el objetivo de buscar siempre la innovación en política sanitaria, potenciándola mientras tratan de aprovechar al máximo los recursos disponibles.

La innovación es la capacidad de generar e implementar nuevos conocimientos y su desarrollo depende de la capacidad de liderazgo organizativo orientado a la creatividad y a la aplicación de cambios que añadan valor a la sociedad. Hay que buscar efectividad y eficacia durante todo este proceso.

Estos dos conceptos, innovación y creatividad, tienen relación, pero no van de la mano. Un hecho que quedó demostrado durante la pandemia del covid-19, más concretamente una vez alcanzamos la normalidad, y que se subrayó en el I Congreso “Hospitales disruptivos. Reingeniería de la sanidad”, organizado por el Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Madrid (COIIM).

No cabe duda de que el covid marcó un antes y un después en todo el Sistema Nacional de Salud, pero también ayudó a integrar todas estas nuevas tecnologías e innovación, y con mucha facilidad ante la necesidad que había entonces. En el Congreso, al que acudieron profesionales y expertos de 11 centros sanitarios de referencia a nivel nacional e internacional y diversas empresas, comentaron todo lo que se trabajó, pero que acabó siendo “una oportunidad perdida”.

La innovación de estas nuevas tecnologías se paralizó 

En la mesa redonda “Avanzando Juntos: Innovación en políticas sanitarias”, moderada por Juan José Pérez Blanco, presidente de la Comisión de Ingeniería Médica y Sanitaria del COIIM y la Asociación, César Pascual, consejero de Salud del Gobierno de Cantabria, destacó que “durante el covid hubo mucha creatividad, necesaria para que haya innovación”.

“Fue una oportunidad perfecta para la incorporación de tecnologías, pero fue una oportunidad perdida porque la innovación de estas nuevas tecnologías se paralizó cuando acabó el covid. Se quedaron obsoletas. Demostró la capacidad del sistema y fue un desperdicio no haber seguido. No nos ocupamos de esa organización”, indicó.

La tecnología ofrece la generación de nuevas herramientas que ya se han implantado en nuestro sistema sanitario o que están en proceso de hacerlo. El paciente, dueño de un ‘data lake’ sobre su salud y disponiendo de las soluciones tecnológicas, puede transitar por el sistema para gestionar sus consultas, pruebas diagnósticas, medicación….

“Demostró la capacidad del sistema y fue un desperdicio no haber seguido trabajando con todo ello”

El sistema, ayudándose de todas estas herramientas tecnológicas, busca conseguir la mejor atención posible utilizando todos los recursos disponibles de una forma estratégica en beneficio del paciente, el eje principal de todos estos procesos, con la contribución indispensable del profesional.

En Madrid hay proyectos interesantes e impactantes, como la tarjeta sanitaria virtual

En la Comunidad de Madrid hay que destacar el reciente nacimiento de la Conserjería de Digitalización, que Silvia Roldán, su viceconsejera, explicó durante el Congreso hasta la irrupción de “proyectos impactantes, como el de la tarjeta sanitaria virtual”.

La ingeniera industrial Roldán puntualizó en la “necesidad de optimizar los procesos” y la importancia que tienen los ingenieros “en el sector sanitario para hacer esa reingeniería de la sanidad”. En este sentido, refiriéndose al trabajo de todos los profesionales del sector, subrayó que “hay que mejorar la calidad” que dan a los pacientes. “Son el centro de todo y lo queremos acelerar con la utilización de la tecnología, que nos ayudará a la gestión del cambio”, señaló.

Teleasistencia y telemedicina.

“Trabajamos con todos los profesionales de todos los sectores, con vosotros (los médicos) porque conocéis el negocio. Nosotros (los ingenieros) somos los facilitadores de que quien conoce el negocio lleve a cabo ese cambio. Trabajamos con muchísima información, millones de datos y la tecnología nos la ofrece. A partir de la arquitectura del dato hay una capa de tecnología que favorece esa reingeniería y el servicio de atención al cliente. Aquí nace la consejería de digitalización. Hay proyectos interesantes, bonitos e impactantes, como la tarjeta sanitaria virtual”, añadió.

“La tecnología favorece esa reingeniería y el servicio de atención al cliente”

En lo que respecta a esa tarjeta sanitaria virtual, cabe destacar que trae consigo toda la información de los pacientes (pruebas médicas, medicación, centros sanitarios de referencia, de asistencia…). “Ahora vamos a dar un salto más. Gracias a esa gestión del dato, vamos a dar un aporte más: la predicción. Un salto que vamos a dar gracias a la tecnología. Invitamos al paciente a darle recomendaciones”, avisó, refiriéndose a proyectos como el de la monitorización remota de pacientes, la aplicación de Inteligencia Artificial, la Impresión 3D, teleasistencia

El papel fundamental de la teleasistencia en zonas rurales

No todos los territorios tienen las mismas facilidades para disponer de atención sanitaria, pero sí que todos los pacientes deberían tener esa posibilidad de forma equitativa. Por ejemplo, en Castilla y León encontramos problemas en la sanidad pública, en atención primaria, por la falta de médicos en diversas zonas.

En este escenario cobra especial relevancia “la tecnología para ciertas urgencias ya que hay zonas rurales donde nadie quiere ir”, tal y como explicó Jesús García-Cruces, viceconsejero de Asistencia Sanitaria, Planificación y Resultados en Salud de Castilla y León. “Estos proyectos de teleasistencia permiten que, si el paciente lo necesita, tenga esa posibilidad de recibir atención médica de forma equitativa”, explicó.

De esta forma, el hospital ampliaría sus “fronteras” hacia un hospital sin paredes, líquido. Con esta innovación, los hospitales cambiarán su forma de estar, no de ser. Albergarán principalmente urgencias, unidades de cuidados intensivos y quirófanos, mientras que el resto de atención sanitaria que no revista tanta gravedad se podrá realizar en otros centros de salud o, la mayoría de ocasiones, en el propio domicilio del paciente.

Sin embargo, este nuevo contexto forma parte de un laborioso y complejo proyecto. La tecnología, digitalización, telemedicina, etc. son fundamentales para un hospital líquido, pero este modelo operativo virtual hay que traducirlo a un modelo operativo físico para ofrecer siempre la mejor atención y experiencia a los ciudadanos.

Hay talento y capacidad para ofrecer la mejor atención

A nivel general, la industria y los profesionales del sector están más que preparador para llevar a cabo esta evolución. Pablo Crespo, Chief Operating Officer (COO) en la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (FENIN) confirmó durante el Congreso que hay “talento y capacidades para afrontar el reto y atender al paciente”, pero que “el sector está preocupado por la situación económica”.

Realidad virtual.

“Todo es tecnología sanitaria, desde la Impresión 3D, la gestión del dato, que permita diagnosticar y tratar al paciente, pero tenemos una situación de desaceleración económica importante, las previsiones no son buenas, el consumo está cayendo de forma significativa, sube el tipo de interés, la financiación está siendo más cara, los costes siguen disparados, la cadena de suministro no está normalizada…”, aclaró.

Así llegamos a un entorno complejo para desarrollar una actividad empresarial. Crespo destacó que “en materia de industria no se ha tomado ninguna medida que permita reindustrializar un sector como el de tecnología sanitaria”. “Un ejemplo son las múltiples empresas y fábricas de mascarillas y material sanitarios que ya han cerrado porque nos centramos en el precio y no en la calidad, el valor. Ahí podríamos ser competitivos”, subrayó sobre algunas empresas que, tras el covid, han cerrado o vender al extranjero porque no tiene homologación para hacerlo en nuestro territorio.

Inversión también en capital humano

En este sentido, el COO de FENIN hizo hincapié en la pérdida de “la oportunidad de los fondos europeos”. “Ahora estamos renovando muchos equipos que antes no hacíamos y tenían ya 8-9 años y ahora quedaran obsoletos. ¿Cuál es la planificación? Tenemos retos por delante. Seguimos invirtiendo y retando al sistema con nuevas tecnologías, pero sí es verdad que echamos de menos política sanitaria que ayude a que el sector pueda desarrollarse con mayor impacto”, aseveró.

No solo hay falta de recursos económicos, también los hay humanos. Luis Talavera, vicepresidente de la Asociación Española de Ingeniería Hospitalaria (AEIH), advirtió que están “invirtiendo mucho en soluciones tecnológicas”, pero no es el único aspecto en el que hay que hacerlo.

“La tecnología ayuda a hacer mejores pruebas, más precisas, pero no nos va a ayudar a organizar el trabajo y atender a la población”

“Hay otra parte más barata, pero más compleja, en la que tenemos que invertir más que es en capital humano para hacer más eficiente el proceso. La tecnología ayuda a hacer mejores pruebas, más precisas, pero no nos va a ayudar a organizar el trabajo y atender a la población”, puntualizó.

Mejorar la atención al paciente… y el trabajo de los profesionales

El crecimiento de la demanda de atención sanitaria de calidad por parte de una población cada vez más exigente, el problema generalizado de la cronicidad, el envejecimiento poblacional y una atención primaria con escasez de médicos, plantean desafíos significativos que son necesarios acometer. Así la tecnología, telemedicina, digitalización, “data lake”, inteligencia artificial, impresión 3D, etc, tienen el punto de mira en el paciente, más concretamente en el ciudadano, pero no exclusivamente en él.

Silvia Roldán, viceconsejera de Digitalización de la Comunidad de Madrid, puso en valor al ciudadano, “en el centro de todo”, porque “hay que utilizar la tecnología para mejorar la calidad del servicio que damos al paciente”. Sin embargo, apuntilló que todos estos procesos ayudarían también al “trabajo del profesional”.

“Gracias al uso de la tecnología podemos automatizar determinados procesos que aportan menos valor a los médicos, esa parte de diagnóstico y de trato humanitario hacia el paciente. La tecnología ayudará a quitar o hacer más fácil esa parte de automatización. Vemos que, gracias a la realidad virtual, vamos a ser capaces no solamente de hacer pruebas de ensayo en cualquier operación, dar formación… sino también aumentar la experiencia que van a tener los pacientes”, añadió.

Impresión 3D

Esta innovación en tecnología tiene cómo objetivo mejorar la figura del paciente en todas sus vertientes, su atención, su experiencia, su relación con los médicos, los posibles tratamientos… y, sobre todo, a su diagnóstico, un elemento clave como punto de partida.

“La tecnología nos va a ayudar a eso, la Inteligencia Artificial se está implantando ya en los hospitales con el objetivo de priorizar el diagnóstico. El facultativo va a tener una herramienta que le ayude a seguir más tiempo trabajando en un diagnóstico más efectivo. Estamos en un momento de cambio tecnológico que va a mejorar el servicio que vamos a dar a los pacientes y a los ciudadanos”, añadió.

Errores en la gestión de los recursos humanos

A día de hoy ya tenemos tecnología y su capacidad de trabajo y valor es cada vez mayor. Sin embargo, puede ser muy cara si no se le saca el rendimiento que puede dar. Pablo Crespo, COO de Fenin, explicó el porqué “no se maximiza la actividad de estos recursos” tecnológicos y es que los equipos apenas están en funcionamiento unas horas. No es que sufran errores de programación o den fallos puntuales, sino que están parados por una preocupante falta de recursos humanos y falta también planificación en la actividad del centro sanitario. “El equipo debería estar funcionando 24 horas”, contextualizó antes de analizar también la difícil situación actual de nuestros hospitales, centros de salud….

Para acudir a cualquier especialista hay una lista de espera muy amplia, pero, en este momento, tampoco se plantea la situación de que por la tarde se sigan haciendo determinadas pruebas diagnósticas porque no hay recursos para poder hacerlas. “El problema no es el coste de la tecnología, sino la deficiencia que genera no ser capaces de sacarle todo el rendimiento que puede dar la tecnología”, explicó.

Es evidente que el sector ha echado en falta una mejor planificación en la renovación de cierta tecnología porque, en este “lago de datos”, es sencillo comprobar la antigüedad del equipo, si está obsoleto, si produce más errores… para poder cambiarlas a corto, medio o largo plazo por nuevas tecnologías, más precisas y con mayor capacidad de aportar valor.

Mirada al futuro: planificación y compromiso

De cara al futuro hay varias medidas que se pueden tomar, comenzado por hacer un análisis administración-administración y ver cuál es la mejor solución. La administración se encargaría de ver cuál es la necesidad y la industria buscaría las soluciones necesarias para que, entre todos, tal y como detalló Pablo Crespo, “elegir la mejor”.

Hay que buscar ese cambio de cultura, esa confianza entre la parte pública y la privada para encontrar las soluciones más eficientes y eficaces para el paciente. Lo primero darle lo mejor al paciente y luego tener un compromiso de eficiencia porque los recursos no son ilimitados”, destacó.

Confirmamos que conocemos las causas que nos han llevado a esta situación, el envejecimiento de la población, la cronicidad, las demandas en atención sanitarias, etc, ahora hay que dar un paso al frente. Un paso que no se entiende sin la innovación tecnológica y la digitalización al frente de este nuevo escenario, pero tampoco sin la colaboración entre los entes públicos y privados sin olvidar la fuerte inversión que requiere, así como el capital humano. Las bases están asentadas. Ahora es cuestión de tiempo.

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