Plena Inclusión Madrid.

Un estudio de Plena Inclusión Madrid advierte de la necesidad de planificar los apoyos futuros de personas con discapacidad en su vejez

Plena Inclusión Madrid ha presentado este miércoles los resultados del ‘Estudio de situación y necesidades de las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo en proceso de envejecimiento’, coordinado por un equipo de investigadores de la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Madrid y subvencionado por la Consejería de Familia, Juventud y Servicios Sociales de la Comunidad de Madrid con cargo a la asignación tributaria del 0,7% de IRPF.

El presidente de Plena Inclusión Madrid, Tomás A. Sancho, ha destacado que gracias a este estudio el movimiento asociativo dispone ahora de una “importante fotografía” de las personas mayores de 45 años que será de gran ayuda para el trabajo diario. El presidente del movimiento asociativo ha advertido de la dificultad de identificar y diferenciar las limitaciones originadas por el envejecimiento respecto de las de la propia discapacidad, y por eso, ha señalado la importancia de “conocer cuáles son las necesidades que se presentan en esta etapa de la vida y tenerlas en cuenta desde la atención y los apoyos, es fundamental para dar respuesta a las necesidades añadidas en este proceso tan importante de la vida”.

Tamara García, responsable del proyecto en Plena Inclusión Madrid y María Sotillo, coordinadora del estudio, han dado cuenta de los resultados de este estudio que advierte de la necesidad de planificar los apoyos futuros de personas con discapacidad intelectual o del desarrollo en proceso de envejecimiento, y que hasta un 20% de las personas que con rol profesional han participado en la encuesta, consideran que podrían no cubrirse las necesidades básicas si no se diseñan los apoyos con antelación suficiente, algo para lo que precisan, se detectan necesidades económicas, formativas y de coordinación entre servicios.

Necesidades de ocio y cuestiones administrativas

En este sentido, Sotillo añade que, a las necesidades de apoyo de las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo, se añaden las necesidades derivadas de los procesos de envejecimiento que, además. en esta población se presentan con dos décadas de anticipación con respecto a la población habitual, produciéndose un envejecimiento prematuro que, derivado del aumento de esperanza de vida, reclama la necesidad de más apoyos y durante más tiempo.

En relación con las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo, informan que sólo en el 16% de los casos su figura de apoyo no es un familiar, y prácticamente la totalidad de ellas confían en que en el futuro recibirán los apoyos que precisan. Un porcentaje que en el caso de los familiares llega al 88% aunque reflejan inquietud ante necesidades que creen puedan estar menos cubiertas y que relacionan con el ocio, las cuestiones administrativas, las tareas del hogar y problemas de salud.

Procesos de envejecimiento paralelo

Los resultados del estudio también evidencian que los familiares son en el 70% de los casos mujeres con una media de edad de 65 años con hijos con discapacidad intelectual a su cargo mayoritariamente varones. En un tercio de las respuestas, los informantes familiares son hermanos o hermanas, y en general además del familiar con discapacidad, el 40% de las respuestas procedentes del rol familiar, dicen tener a su cargo, además, a otra persona.

Esta labor, la del cuidado, se realiza sin ayuda externa en el 70% de las ocasiones, y a pesar de que las familias señalan que sienten que han perdido capacidad en los últimos años por su propio envejecimiento, llegando a señalar el 50% de ellas que refleja fatiga y agotamiento que las incapacita a veces para el cuidado, 4 de cada 10 no ha planeado todavía la situación vital en la que se produzca la ausencia del cuidador o cuidadora principal.

La planificación y los recursos, clave

García ha destacado cómo los resultados del estudio evidencian que el envejecimiento incrementa las necesidades de apoyo previas derivadas de la discapacidad intelectual o del desarrollo de las personas, y que lo hace en mayor medida cuando el deterioro cognitivo es elevado. “Los datos que obtenemos de este estudio nos permiten ahora contar con mayor información para abordar el envejecimiento de las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo y organizar así los servicios de apoyo que mejoren su calidad de vida y la de su familia”, ha señalado.

Gracias a estos resultados, ha continuado García, en Plena Inclusión Madrid estamos en disposición de organizar las estrategias necesarias encaminadas a que tanto las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo, como sus familiares cuidadores y profesionales puedan contar con los apoyos y recursos necesarios que permitan un envejecimiento saludable y digno, y un desarrollo profesional satisfactorio y con menor afectación emocional.

Puedes descargar el estudio completo y el informe ejecutivo desde este enlace

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