Terapias no farmacológicas (Sala multisensoria)

Diez terapias no farmacológicas para promover un envejecimiento activo

Desarrollar terapias no farmacológicas en los centros residenciales es clave para mejorar la salud y la calidad de vida de las personas usuarias, ya que promueven un envejecimiento más activo, mediante la prevención, la conservación y la recuperación de habilidades físicas y mentales.

Estas terapias se centran en el confort de la persona, abordando no solo los aspectos físicos de la salud, sino también los aspectos emocionales, sociales y cognitivos. Proporcionan un enfoque integral que tiene en cuenta la totalidad de la persona.

“Es clave que las residencias de personas mayores cuenten con actividades que les permitan reforzar y preservar sus habilidades motrices y cognitivas”, explica Carla Pérez, Social Advisor de CleceVitam en Cataluña, quien añade: “Las terapias no farmacológicas pueden ayudar en el tratamiento de algunos casos de demencia o Alzheimer, como medida complementaria al tratamiento de prescripción médica.”

¿Cuáles son las diez terapias no farmacológicas que mejor funcionan?

  1. Musicoterapia. El uso adaptado de elementos musicales refuerza el tratamiento terapéutico de la salud emocional de las personas usuarias, gracias a la influencia positiva en aspectos como la creatividad, la potenciación de los sentidos y la reducción del estrés y de la ansiedad.
  2. Montessori. El método Montessori se centra en potenciar la autonomía, la motivación y la seguridad de la persona mediante actividades que estimulan las funciones sensoriales y motoras. De esta manera, se ralentizan los síntomas asociados a las demencias y se contribuye a retrasar el deterioro cognitivo.
  3. AVD. Ayudar a dotar a las personas de autonomía para llevar a cabo las Actividades de la Vida Diaria, es decir, las tareas que componen la actividad cotidiana y que permiten establecer hábitos y rutinas básicas como son vestirse, asearse o comer.
  4. Ejercicio físico. El uso de técnicas que combinan el ejercicio aeróbico, de equilibrio, de fuerza y de flexibilidad, así como actividades de coordinación, deportivas y de psicomotricidad para fomentar la agilidad y el mantenimiento de la autonomía de las personas.
  5. Estimulación cognitiva. Actividades y técnicas enfocadas a mantener o mejorar las capacidades cognitivas de una persona a través de ejercicios centrados en trabajar la memoria, la atención, la planificación, la solución de problemas, el razonamiento y el control.
  6. Terapia de reminiscencia. Las personas usuarias, acompañadas por el equipo de profesionales, recuerdan y relatan recuerdos del pasado con el objetivo de evocar sentimientos positivos y de reafirmar su identidad personal.
  7. Roboterapia. Consiste en el uso de robots, que generalmente simulan animales, dotados de inteligencia artificial y múltiples sensores capaces de responder a estímulos externos e interactuar con las personas usuarias.
  8. Terapia asistida con animales. Las personas usuarias cuentan con la compañía temporal de animales, generalmente de perros, como recurso terapéutico para mejorar sus funciones físicas, cognitivas y emocionales.
  9. Estimulación multisensorial. Enfoque terapéutico mediante el cual se emplean diversos estímulos para desarrollar los sentidos y el reconocimiento de texturas, temperaturas, tamaños o formas, entre otros. Un ejemplo es la sala multisensorial de CleceVitam Ponent, que cuenta con la cabina de hidroterapia Lucía.
  10. Terapia de orientación a la realidad. Conjunto de técnicas que permiten reorientar a la persona en el tiempo (orientación temporal), el espacio (orientación espacial) y respecto a su propia persona (orientación personal) mediante la conexión de experiencias del pasado con sucesos actuales.

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