También, en parte, relacionado con el aspecto económico, están el poco o nulo reconocimiento social y profesional. Los profesionales cualificados prefieren trabajar en otras áreas mejor remuneradas y, quizá, mejor consideradas como la sanidad. Esta realidad requiere de soluciones apremiantes y efectivas. De nada sirve exigir nuevos modelos de atención si se carece de lo más importante: los recursos humanos suficientes y calificados para ponerlos en práctica.
Desde las empresas del sector se realizan importantes esfuerzos para captar y mantener al personal cualificado, tal y como recogemos en este reportaje, gracias a la aportación de Amavir, DomusVi, Eulen Servicios Sociosanitarios, Ilunión Sociosanitario, L’Onada, Macrosad y Vitalia Home. No obstante, la implicación debe ser de todos los agentes implicados, desde las empresas privadas hasta la Administración Pública, porque aún quedan muchas políticas por definir en esta línea.
Mucho se habla de los retos del envejecimiento, de la importancia de que las personas mayores tengan la mejor atención, pero poco se piensa en que detrás de esta labor de cuidado debe existir un equipo humano cualificado que los proporcione, y que hasta ahora ha sido y sigue siendo escaso.
Como advierte la gerente de la Asociación de Empresas de Servicios para la Dependencia (Aeste), Susana Valladolid: “En estos momentos, encontrar profesionales es uno de los problemas más urgentes del sector. Hasta ahora, la gran dificultad se encontraba principalmente en encontrar Dues y personal sanitario, debido principalmente a la falta de homologación de títulos; sin embargo, actualmente, el sector, se encuentra inmerso en alarmante escasez de profesionales a nivel global, que incluye también al colectivo gerocultor”.
El sector lleva tiempo alertando de esta situación que tiene distintos vértices que abordar, pero ahora la falta de profesionales se trata de “una problemática urgente que requiere de medidas adecuadas que permitan el reclutamiento de los profesionales que se necesitan para el cuidado de las personas en situación de dependencia”, sostiene Valladolid.
España es uno de los países con mayor esperanza de vida y tiene una población con gran tasa de envejecimiento, por lo que es acuciante encontrar soluciones para poner en valor el sector de la dependencia, “un sector con posibilidades infinitas en cuanto a empleo se refiere porque es foco de empleo estable y no deslocalizable, y del que aún queda mucho por aprovechar”, defiende la gerente de Aeste.
En la misma línea, la presidenta del Círculo Empresarial de Atencióna las Personas (CEAPs), Cinta Pascual, recuerda que este sector es el que más empleo mantiene, cerca de 250.000 profesionales en España -solo en el sector residencial y de manera directa-. Y que se trata de trabajo estable y altamente feminizado, ya que más del 80 % son mujeres, es empleo cualificado y esencial.
Pascual explica que la mayor falta de personal se produce en el lado sanitario. “Constantemente se dan a conocer noticias de la necesidad de graduados en Medicina, especialmente Geriatría (a penas hay 26,8 geriatras por cada 100.000 personas mayores), y Enfermería, en hospitales y Atención Primaria. Y eso conlleva a que haya carencia en el sector sociosanitario”.
También el presidente de la Federación Empresarial de la Dependencia (FED), Ignacio Fernández-Cid, alude a la escasez de oferta de empleo en altos perfiles sanitarios, como personal médico y enfermería: “El número de personas que actualmente se gradúa en ambos perfiles educativos es completamente insuficiente para cubrir las necesidades de la sanidad pública, no hablamos ya de las de nuestro sector”.
Además, otro inconveniente es que “el sector público, en ocasiones, no permite compatibilizar la actividad laboral con el sector privado”, refiere la gerente de Aeste.
Para solventar esta situación, la presidenta de Ceaps asegura que han pedido reiteradamente a los diferentes gobiernos que ponga soluciones, como “incrementar el número de plazas de alumnos en las facultades o reducir el plazo de convalidación de títulos de profesionales extranjeros en origen y destino que quieren trabajar en el sector, pero no pueden al carecer de la especialización”.
Con respeto a la homologación y convalidación de títulos, Fernández-Cid destaca las barreras burocráticas con las que se encuentran: “Cuando buscamos perfiles sanitarios con escasez de oferta de empleo en otros países nos topamos con la dificultad de homologación de títulos de personas procedentes de países que no pertenezcan a la Unión Europea. Un proceso farragoso que puede llegar a dilatarse entre dos y tres años, dependiendo del país en el que el profesional cursó los estudios”.
La profesionalización del sector es fundamental para ofrecer los mejores cuidados y atención a las personas mayores y dependientes, y la formación es la piedra angular para conseguirlo. “Es necesario que exista más personal cualificado para trabajar en el sector de los cuidados. Debemos avanzar hacia un modelo profesional de atención a las personas mayores, y la formación es un elemento esencial y necesario para ello”, indica la secretaria del sector Salud, Sociosanitario y Dependencia de UGT Servicios Públicos, Ana María Francés. En su opinión, la profesionalización del sector de la dependencia debe ir de la mano de “mejoras en la formación del personal y también de unas ratios de personal adecuadas para mejorar la calidad asistencial y realizar una atención de calidad”.
En cuanto a la formación, para trabajar en el sector, se requiere una formación profesional específica. Así lo explica la gerente de Aeste: “Actualmente, es condición sine qua non, tener una certificación oficial que te capacite para ofrecer servicios de ayuda y asistencia a personas en estado de dependencia, tanto para el sector residencial, como para el de ayuda a domicilio”.
En concreto, según apunta Susana Valladolid, se debe contar con un certificado de atención sociosanitaria a personas dependientes en instituciones sociales, que habilita a los profesionales para trabajar tanto en residencias o centros de día, como en domicilios. Asimismo, existe también un título de auxiliar de ayuda a domicilio específico, para los trabajadores de esta rama del sector.
Pero tan importante como la capacitación es “la vocación y conocimiento de que su labor es imprescindible”, declara Cinta Pascual.
Y, precisamente, sobre la escasez de vocación en perfiles como el del gerocultor habla Ignacio Fernández-Cid. Este experto, considera que el sector de los cuidados tiene un componente altamente vocacional, pero para trabajar como gerocultor en un centro residencial, la titulación correspondiente se puede obtener a través de dos vías principales de formación:
Entre las medidas para aumentar la contratación y retención del talento en el sector sociosanitario, Ana Francés sugiere mejorar las condiciones laborales de las trabajadoras y trabajadores. “Nos encontramos con un sector donde las principales características son bajos salarios, altas cargas de trabajo, enfermedades profesionales no reconocidas, jornadas laborales excesivamente largas, etc.”, apostilla.
En su opinión, los salarios son un elemento esencial para la estabilidad de las plantillas, “si una trabajadora no puede llegar a final de mes con su nómina, difícilmente va a querer quedarse en la empresa”, concreta. Asimismo, hace hincapié en la formación y cualificación de personal, y la posibilidad de promocionar dentro de los centros como otras opciones interesantes.
El presidente de la FED reconoce que, en efecto, “debemos subir salarios y mejorar las condiciones de nuestros profesionales, pero todo ello debe hacerse compatible con los precios que pueden soportar nuestros residentes y sus familias, siempre limitados económicamente o con los precios de concierto, siempre muy ajustados y sin indexar a lo largo del concierto/acuerdo marco. Y ahí está el dilema”.
Para hacer más atractivo el sector es fundamental también un reconocimiento social y de las Administraciones. Y es que como comenta Cinta Pascual, “las y los profesionales que cuidan de las personas en los últimos momentos de su vida son imprescindibles para cualquier sociedad que se considere avanzada”.
De la misma opinión es Susana Valladolid que insiste en que, desde la propia sociedad, “debemos ser capaces de trasladar el gran valor de este sector y hacerlo atractivo para los trabajadores, poniendo en consideración con ello, tanto a los trabajadores actuales como a los futuros, comenzando por un mayor reconocimiento social, del que ahora mismo este sector carece. El sector sociosanitario tiene que dejar de ser visto como un sector de paso para ocupar el lugar que se merece en la sociedad”.
El primer paso para reconocer la importancia de un sector que cuida de las personas más vulnerables es su dignificación. Así, la presidenta de Ceaps considera que esto se obtiene mediante una financiación digna para que todas las plazas con financiación pública cuenten con recursos suficientes. “No se puede hablar de incremento salariales con precios de concierto de 47 euros, como es el caso de algunas regiones o con Prestaciones Vinculadas al Servicio de entorno al mismo importe en otras y dejando que el peso del coste recaiga en las personas usuarias. Reconocer su trabajo comienza por valorarlo”.
Con un mayor reconocimiento del sector, incremento de la financiación y formación de los profesionales se pueden mejorar las condiciones de los empleados para hacerlas más atractivas y ajustadas.
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