Esta ignorancia es especialmente significativa en el caso de los centros de día. Por eso, el sector debe dar respuesta a esta carencia informativa. Pero no puede hacerlo solo. La colaboración público-privada, una vez más, tiene sentido; en este caso, para dar a conocer a la comunidad las virtudes de estos servicios que contribuyen a la autonomía de la persona mayor y/o con dependencia, y que, además, retrasan la institucionalización, y contribuyen al cuidado de los cuidadores.
En este reportaje, empresas expertas en la gestión de centros de día exponen cómo es la realidad en estos centros y qué terapias y programas utilizan para acompañar a las personas mayores en su proceso de envejecimiento. También reflexionan sobre cómo potenciar y aumentar la visibilidad de estos recursos, qué estrategias o iniciativas están implantando para resolver esta problemática, cómo se podría mejorar la concienciación pública sobre la importancia de estos centros y cómo visualizan el futuro de estos recursos.
Desde Balance agradecemos a estos centros su participación en el presente reportaje: Amavir, Coliséé España, DomusVi, EULEN Sociosanitarios, ILUNION VidaSénior, Salus Mayores, SANITAS Mayores, Saraiva, STIMA
La Dirección General del Imserso, a través de la Unidad de Información de Mayores y Servicios Sociales, hizo públicos en enero de este año los datos sobre la situación de los Servicios Sociales dirigidos a las personas mayores en España a 31 de diciembre de 2022. En concreto, el informe concluye que la oferta de centros de día en nuestro país es de 105.447 plazas, distribuidas en 3.545 centros, lo que implica un índice de cobertura de 1,09. También determina que hay 66.421 personas usuarias, de las cuales el 68,7% son mujeres y el 66,5% superan los ochenta años.
Estos datos de ocupación permiten que se entienda la preocupación del sector. En la II Jornada de Centros de Día, organizada conjuntamente por la Asociación Madrileña de Atención a la Dependencia (AMADE) y la Asociación de Empresas de Servicios para la Dependencia (AESTE) en octubre, se advirtió de que, en los análisis de seguimiento de prestación de servicios de los centros de día, se detectan signos de fatiga en las cifras de ocupación, tanto en la demanda privada como la ocupación de la plaza concertada. Durante el encuentro, se señaló como principal problema de esta baja ocupación al desconocimiento de la existencia de estos centros. Y quedó constancia de la importante labor que debe realizarse por parte del sector, pero también de la Administración Pública, para promocionar y acercar a los ciudadanos a este recurso tan potente que una vez que se conoce se suele recomendar.
A grandes rasgos, esta es una de las conclusiones a las que llega el informe “Estudio percepción de valor del recurso de centro de día en la Comunidad de Madrid”, elaborado por AMADE y AESTE, con la colaboración con la Dirección General de Mayor de la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de Madrid.
Con este trabajo se quería conocer la percepción que tienen usuarios y familiares sobre los centros de día. “Es necesario ir más allá del análisis de la satisfacción. Conocer el entendimiento y conceptualización que los usuarios tienen del servicio puede ayudarnos a interpretar los signos de agotamiento que se perciben en las tasas de ocupación de los centros y la posible necesidad de cambio o mejora en la definición del servicio”, explicaba Inmaculada Cerejido, directora general de AMADE.
Uno de los datos más importantes que subraya el estudio es que existe un desconocimiento previo sobre lo que son los centros de día en la sociedad. El recurso es descubierto cuando ya están inmersos en la situación de necesidad.
Las personas llegan a estos centros en gran medida por indicación de servicios sociales. Son pocos los médicos que recomiendan su uso. Sólo un 11,52% llega a un centro de día como recomendación médica.
Otra conclusión importante hace alusión a los motivos que los usuarios identifican como razones para no querer acudir a un centro de día. Según los encuestados tiene que ver con el miedo y la vergüenza. Esta respuesta denota cierto estigma en lo que respecta al envejecimiento, las limitaciones, la enfermedad. Se piensa en los centros de día como un sitio que priva de libertad, en lugar de como un espacio donde mejorar su autonomía y capacidad y conseguir mayor bienestar.
El análisis global de los datos, tanto cuantitativos como cualitativos, también permite inferir que la decisión de que la persona vaya a un centro de día la toma la familia. Sin embargo, una vez que lo conocen, la percepción de utilidad del servicio tanto por usuarios es muy positiva: El 97% recomendaría el servicio, el 90% de los familiares manifiestan que será futuro usuario y el 75% considera que el centro de día cubrirá sus necesidades futuras.
La reflexión principal de Inmaculada Cerejido acerca del estudio es que urge dar a conocer el valor del servicio. “Necesitamos que la población conozca lo que se hace en los centros de día y el impacto en el mantenimiento de la salud biopsicosocial del mayor en su entorno”. En su opinión, el valor de los centros de día va más allá de atender a una persona. Atiende a todo el ecosistema familiar y social de la persona.
Por tanto, “es preciso subir el volumen a nuestro sector y dar a conocer los centros de día”, afirma. Se deben hacer actividades fuera de los centros de día que permitan conectarlos con el entorno social en el que se encuentran, ganando así visibilidad.
En la misma línea, la vocal de la Plataforma de Atención a la Dependencia (PAD), Sonia Rodeiro, propone una combinación entre los métodos tradicionales y las nuevas tecnologías para potenciar y aumentar la visibilidad de los centros de día. “La sociedad hoy en día está altamente influenciada por las herramientas tecnológicas, siendo el canal de obtención de información predominante. Por lo tanto, consideramos fundamental trabajar en un sólido posicionamiento en los buscadores de internet y mantener una presencia activa en redes sociales, aprovechando plataformas como Instagram, Facebook, TikTok y LinkedIn para conectar con diversos segmentos de la población”.
“Los centros de días son un servicio altamente útil y necesario para el mayor, sin embargo, ocupa sólo un 5% del presupuesto de dependencia”
Por otra parte, creen que las Administraciones Públicas juegan un papel fundamental para potenciar y ampliar la visibilidad de los centros de día. “Además de trabajar en colaboración con ellas, pensamos que aún falta un poco más de esfuerzo para difundir abiertamente las ayudas económicas disponibles para acceder a los servicios que ofrecemos en los centros de día y beneficiar a las personas que lo necesitan y simplemente no acuden por desconocimiento de las opciones de apoyo financiero disponibles”, puntualiza Rodeiro.
Todas las empresas consultadas tienen una relación directa y fluida con la Administración Pública, y coinciden en que este diálogo es fundamental para mejorar la calidad asistencial y terapéutica de las personas mayores.
Mantener una comunicación directa con los ayuntamientos, los centros de salud y centros hospitalarios, los centros de servicios sociales, incluso los centros educativos, permiten acciones y medidas para integrar activamente a los mayores en la sociedad, fortaleciendo el cuidado, pero también el ocio y el entretenimiento.
“Creemos que las Administraciones Públicas juegan un papel fundamental para potenciar y ampliar la visibilidad de los centros de día”
Esta línea de colaboración, además, favorece que se conozcan a fondo los centros de día. Por ejemplo, es frecuente que los profesionales de estos centros participen en jornadas dirigidas a otros profesionales y a la ciudadanía, en foros de debate, así como en investigaciones y colaboraciones con las universidades, lo que permite que se empodere y se dé importancia a estos trabajadores y a las actividades que se realizan en los centros de día.
Precisamente, las empresas destacan que es muy importante visibilizar los centros de día en las universidades para que los estudiantes los conozcan y puedan acudir a jornadas de puertas abiertas y realizar prácticas académicas en ellos. Esto también ayuda a atraer profesionales y talento, otro de los grandes retos que identifican las empresas del sector sociosanitario.
Los centros educativos, las asociaciones vecinales y los centros de mayores también son entidades que deben descubrir y tener cercanía con los centros. Los profesionales sostienen que los centros de día deben ser espacios abiertos al barrio, lugares en los que participar y seguir viviendo activamente.
Los centros de día son recursos muy necesarios, pero poco conocidos. Las empresas son conscientes y aplican distintas estrategias para avanzar en la visibilidad y buena imagen de estos centros. Pero, en algunos casos, reconocen que sería interesante crear campañas conjuntas para informar sobre la existencia de estos recursos y sus beneficios.
El primer paso está en concienciar a la población sobre la necesidad de envejecer de forma activa, promoviendo una calidad de vida óptima. Esto implica eliminar la connotación negativa asociada a estos centros, destacando la imagen positiva del envejecimiento mediante actividades que empoderen a los usuarios y eviten paternalismos.
Una estrategia clave es diversificar los prescriptores. Los profesionales médicos y de servicios sociales son un eslabón clave para recomendar estos centros, pero también se deben extender la información a las farmacias, centros culturales y asociaciones.
“Hay que concienciar a la población sobre la necesidad de envejecer de forma activa, promoviendo una calidad de vida óptima e informar de la importancia de los centros de día en este objetivo”
En el plano de la comunicación y la publicidad, proponen combinar métodos tradicionales con nuevas tecnologías, aprovechando el poder de internet y las redes sociales para llegar a diversos segmentos de la población.
Los profesionales del sector sociosanitario vislumbran un futuro prometedor, marcado por el crecimiento tanto a nivel público como privado, en respuesta a la creciente población de personas mayores y las necesidades asociadas a la dependencia.
En este horizonte, los centros de día evolucionarán hacia un servicio integral y flexible, adaptándose a las necesidades individuales de cada usuario. La especialización se erige como una tendencia clave, ofreciendo programas de atención cada vez más enfocados en la preservación del estado de salud y el mejoramiento de las capacidades cognitivas, físicas y sociales de los mayores.
La digitalización y las terapias innovadoras jugarán un papel central, proporcionando soluciones tecnológicas que optimicen los servicios y procesos de gestión. Además, la convivencia de diferentes generaciones en un mismo espacio y la adaptación a la diversidad cultural, sexual, religiosa y social se convertirán en características fundamentales de los centros de día del futuro.
Se tenderá a unos servicios más globales y flexibles, pero la personalización y adaptación a las necesidades individuales serán prioritarias, con una mayor integración de tecnologías innovadoras para mejorar la eficiencia en la atención y seguimiento de la salud.
La participación activa de los mayores en la toma de decisiones y una formación más especializada para el personal serán aspectos esenciales para garantizar la calidad de los servicios ofrecidos.
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