El modelo de restauración de Eulen Sociosanitarios es la cocina propia. El técnico especialista en Restauración y Servicios Generales de Eulen Sociosanitarios, Antonio Martínez, asegura que “aporta ventajas significativas frente a otros formatos menos flexibles, como el catering transportado o la cocina externalizada. Disponemos de un departamento de restauración integrado en nuestra central y dirigido por técnicos especialistas en restauración y nutrición, cuyo objetivo es facilitar soporte técnico y organizativo”.
Consciente de la importancia que tiene la adquisición de productos de calidad, tanto por su seguridad como por su contenido nutricional y presentación, Ballesol compra a proveedores de primeras marcas, socialmente reconocidas y con una reputación que genera confianza en el consumidor final. Además de proveedores nacionales, cuenta también con proveedores locales y de proximidad, principalmente en productos frescos. Los proveedores son homologados por el Departamento de Compras.
En general, existe un menú principal que constituye la dieta basal, además de las distintas derivaciones que constituyen las dietas pautadas por el servicio médico. “Además, siempre contamos con una alternativa al menú, en caso de inapetencia o rechazo de cualquier plato. En el caso de guarniciones, desayunos, meriendas, y postres, ofrecemos varias alternativas para fomentar la capacidad de elección y ofrecer mayor variedad”, añade el técnico.
La receta de la excelencia es, en opinión de Martínez, la combinación de productos de calidad y un buen equipo de profesionales en cocina. Se trata de uno de los principales servicios que ofrece la residencia y, posiblemente, lo primero que van a valorar las personas usuarias y sus familias.
Por ello, el responsable de Eulen Sociosanitarios explica que “desarrollamos distintas actuaciones para medir el grado de satisfacción de las personas usuarias, tanto con encuestas de satisfacción como a través del registro de distintas variables a través de nuestro sistema de calidad EFQM”. Igualmente, cuentan con controles periódicos de auditoría externa sobre seguridad alimentaria y anuales de la UNE 158101.
A todo ello, hay que sumar las inspecciones de sanidad, que se centran en la seguridad alimentaria a través del APPCC, y la de servicios sociales, que fija su atención en todo lo relacionado con la alimentación: menús y distintas dietas, calidad del producto, proceso de elaboración, etc.
A los familiares de los residentes, Martínez les diría “que se quedaran a comer, que entraran “hasta la cocina”, que viesen los proveedores y la materia prima que se utiliza y que hablasen con el personal de cocina. La mejor receta es la transparencia”. Además, asegura que, para ofrecer la imagen real de este servicio, “las residencias deberían promocionar que familiares y usuarios puedan compartir una comida y otras actividades que puedan estar relacionadas con este servicio como charlas sobre nutrición o talleres sobre cocina”.
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