Soluciones de accesibilidad para personas con dependencia y discapacidad

Los datos, de estudios e informes, lo confirman: las personas mayores, en situación de dependencia, con discapacidad y/o con movilidad reducida no disfrutan de una accesibilidad plena, ni en sus propias viviendas, ni en las comunidades de vecinos ni tampoco en el entorno. De hecho, es una problemática que, a menudo, se pasa por alto. Una triste realidad a tenor de los datos sobre discapacidad que encontramos en nuestro país. (Para combatirlo agradecemos a estas empresas su participación en el reportaje: Rehatrans, ScewoBro, Unidix, Valida y 2KERR Mobility)

Según la última encuesta de EDAD del Instituto Nacional de Estadística, hay 4,38 millones de personas con discapacidad en España, de ellas 2.618.379 son personas con discapacidad física y orgánica, lo que representa el 60,6% de la población con discapacidad (el 6,46% de la población española). Así, se pone de manifiesto la necesidad de que el colectivo, personas mayores, en situación de dependencia, con discapacidad y/o con movilidad reducida, cuenten en su día a día con accesibilidad en espacios comunes, comunidades de vecinos, centros residenciales, hospitales, centros comerciales, restauración, etc.

Garantizar esta accesibilidad es fundamental para que todas las personas puedan disfrutar, plenamente, de su propia vivienda. Como avanzamos al inicio, hay muchas comunidades de vecinos que aún no disponen de elementos básicos, como las entradas accesibles o los propios ascensores, además de algún tipo de salvaescaleras. Un conjunto de soluciones de accesibilidad, productos y/o servicios, que facilitan la vida de las personas mayores y/o con discapacidad dotándoles de mayor autonomía e independencia.

Las barreras que más se encuentran son adaptaciones en el propio hogar y comunitarias: falta de ascensores, ascensores en los que no cabe una silla de ruedas, portales inaccesibles, etc.

Si no se contara con ellos, estas barreras arquitectónicas, con el ingrediente extra de la falta de concienciación, dificultan o impiden el acceso a los espacios comunes para muchas personas del colectivo. Una circunstancia que supone un inmenso reto para las administraciones, entidades y las propias comunidades de vecinos. Hay que superar no solo una serie de condicionantes arquitectónicos, sino también administrativos, legales y económicos.

Una mejora no suficiente

El presidente de la Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica (COCEMFE), Anxo Queiruga, explicó en la Comisión para las Políticas Integrales de la Discapacidad del Congreso de los Diputados las discriminaciones que sufre el colectivo, así como las reivindicaciones de su entidad para avanzar en el ejercicio de los derechos de este grupo social.

Unas reivindicaciones que se refieren a diversas áreas: prestaciones, asistencia personal, la modificación de la Ley de Propiedad Horizontal, una nueva Ley de Inclusión Laboral, educación, movilidad sostenible y accesible, la cooperación entre el sistema de servicios sociales, el sistema sanitario y el resto, etc.

Además, Queiruga ha reconocido en BALANCE que la situación “ha mejorado, pero no lo suficiente”. “Hace 30 años hablábamos de accesibilidad y hoy en día seguimos haciéndolo y reivindicándola. Eso quiere decir que hay personas que todavía tienen dificultades para desenvolverse con autonomía y hay 100.000 con discapacidad que no pueden salir ni de sus casas”, recalca.

Profundizando en las medidas en las que hay que avanzar, el máximo mandatario de COCEMFE apunta que “es necesario modificar la Ley de Propiedad horizontal, que para obras de accesibilidad tiene un inconveniente, el tema de las cuotas de la comunidad”. “Si una obra supera las 12 cuotas que tendría anuales la comunidad de vecinos, ya no estarían obligados a tener que hacer esa obra”, manifiesta.

COCEMFE confirma que hay que grandes esfuerzos en el mundo rural, la modificación de la Ley de Propiedad horizontal, la dificultad para las ayudas técnicas y el transporte

“Ahí se crea un fondo estatal con la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) y aquellas personas que residan en esa comunidad de vecinos y no tengan los recursos económicos para hacer frente a la parte proporcional que le corresponde. El fondo estatal permitiría hacer la obra. De hecho, se ha creado un grupo de trabajo con la ministra de Vivienda para ver propuestas y modificar esta ley de propiedad horizontal”, añade.

Artículos de primera necesidad

COCEMFE ha realizado varios informes sobre personas mayores y/o con discapacidad y, tal y como avanzamos al inicio, “las barreras que más se encuentran mayoritariamente son adaptaciones en el propio hogar (aseos, etc.) y comunitarias. “Hay comunidades que no tienen ascensor o que no coge una silla de ruedas dentro del mismo. Hay viviendas donde los portales son inaccesibles, así como las botoneras para llamar al interfono. En muchos edificios, hay tres escalones para llegar al ascensor, etc.” lamenta.

Estas circunstancias hacen totalmente inviable que una persona con dependencia y con dificultades de movilidad tenga acceso libre a su propia vivienda. Aquí entran en juego las ayudas técnicas, productos de apoyo que mejoran y facilitan la vida de las personas mayores y/o con discapacidad. Un servicio con amplios beneficios, pero cuyos precios, en algunos casos, están disparados.

Queiruga avisó de que “hay personas que necesitan tener una grúa, una silla de ducha u otra instalación en su vivienda, pero que hay un hándicap”. “Ayudas técnicas hay muchas en el mercado, pero los precios se disparan y, a veces, no son asequibles para las personas con discapacidad. Hablamos de que estas ayudas tendrían que ser asequibles, como artículo de primera necesidad. Así se convierten en un artículo de lujo cuando es algo imprescindible, que mejora la autonomía y la vida independiente de la persona”, manifiesta.

En las residencias la accesibilidad es mayor porque tienen que cumplir una serie de obligaciones y requisitos para estar homologadas y tener un concierto de plazas con la propia administración. Sin embargo, las ayudas técnicas generan otra problemática porque, según el presidente de COCEMFE, va en función de los recursos de los que disponga cada una. Algunos centros contarán con grúas de techo o grúas móviles y en otras las tareas las ejecutarán distintos profesionales.

Los problemas se amplían en el mundo rural

El máximo mandatario de COCEMFE avisa que la accesibilidad en el mundo rural está bastante más atrasada, desde lo arquitectónico hasta el propio transporte o el acceso a un empleo, y que hay que hacer “un esfuerzo importante para que los recursos lleguen al ámbito rural”.

“El objetivo es que tengan servicios análogos a las personas con discapacidad que viven en las ciudades, donde la realidad es muy distinta”, reconoce.

De esta forma, desde el COCEMFE confirman que uno los grandes esfuerzos pasa por el mundo rural, pero en el único, sino que dejan alguno más encima de la mesa como la modificación de la Ley de Propiedad horizontal, la asequibilidad de las ayudas técnicas y el transporte, como avanza su presidente.

Para finalizar Anxo Queiruga confiesa que “una barrera y un reto es el tema del euro taxi” porque considera que “cada vez hay más dificultades para tener un taxi accesible”. “Es algo que todas las administraciones se tienen que poner a ello, porque, en ciudades grandes como Madrid, Barcelona, Valencia, hay un problema con temas de conciliación entre el medio ambiente y la accesibilidad”, añade.

“En los vehículos de batería eléctricos, las baterías están en la parte trasera y, hacer una transformación de vehículo a taxi, es complicado. Se trata de una reclamación que llevamos tiempo demandando porque las personas que llegan, por ejemplo, a Madrid, y quieren reservar un euro taxi es prácticamente imposible. Las administraciones deberían darle una solución junto con el sector social de la discapacidad, COCEMFE, el propio CERMI, etc.”, finaliza.