La Logopedia es la disciplina encargada de la prevención, evaluación, tratamiento y estudio científico de los trastornos de la comunicación, el lenguaje, el habla, la voz, la audición, pero también de la deglución. Por eso es que la intervención de estos profesionales puede ser interesantes para toda la población: niños, adolescentes, adultos y, por supuesto, personas mayores.
Concretamente, en la tercera edad, los logopedas pueden ser de gran apoyo en los equipos profesionales que trabajan en las residencias y centros de día para ayudar a prevenir, tratar y paliar problemas de comunicación y deglución, pues ambas dificultades acaban condicionando la calidad de vida de los usuarios. Así lo pone de manifiesto un estudio protoempírico de carácter exploratorio, llevado a cabo por el Colegio Oficial de Logopedas de Andalucía (COLOAN), que toma como referencia a seis residencias de mayores y seis centros de día correspondientes a distintas provincias de Andalucía. El documento concluye que el 55% de los residentes tienen dificultades en la comunicación, mientras que en los centros de día, el porcentaje ronda el 45%. Respecto a los problemas de deglución, las cifras se sitúan en torno al 32% en residencias y 22% en centros de día; con lo cual, la necesidad es evidente.
Importancia de la comunicación
La comunicación y el lenguaje son claves para que las personas puedan socializarse, compartir ilusiones y deseos y trasmitir sus necesidades y miedos. Pero, con la edad, pueden producirse trastornos que afecten al habla, a la voz o a la audición, lo que puede provocar que el mayor se aísle de familiares, amigos y de los propios cuidadores. Para evitar este tipo de consecuencias, nefastas para la calidad de vida de cualquier persona, el logopeda cuenta con herramientas efectivas que procurarán el mantenimiento de las habilidades y capacidades esenciales.
La directora técnica del Colegio Oficial de Logopedas de Andalucía (COLOAN) y especialista en Parkinson, Almudena Zurita, apunta que existen investigaciones que revelan que cerca del 14% de los mayores de 65 años reciben atención por parte del logopeda. No obstante, dar cifras certeras sobre la prevalencia de las dificultades de comunicación de los mayores institucionalizados no es tarea fácil, pues a pesar de que la actuación del logopeda en las unidades de estancia diurna y centros residenciales para mayores resulta imprescindible, la realidad es que en la actualidad la figura del logopeda no está contemplada dentro del personal contratado. En muchos casos esta situación es resultado del desconocimiento de una profesión relativamente joven o la creencia generalizada de que su trabajo puede ser desempeñado por otros especialistas.
En cualquier caso, “urge resolver cuanto antes esta problemática que tanto dificulta la actuación precoz de los logopedas en la valoración y tratamiento de los problemas de comunicación, dada la vulnerabilidad de nuestros mayores”, explica Zurita.
Entre las funciones que el logopeda desempeña en el campo de la tercera edad y concretamente de la comunicación se encuentran las siguientes:
– Evaluar e intervenir en los trastornos de la comunicación (lenguaje, habla, voz y audición)
– Estimular el lenguaje oral y escrito para evitar que se pierdan dichas capacidades.
– Estimular y mantener las capacidades mentales tan estrechamente ligadas al lenguaje.
– Enseñar el uso de estrategias compensatorias como asociaciones mnemotécnicas que le ayuden a acceder al léxico.
– Asesorar a los cuidadores, familiares y profesionales sobre cómo enfrentarse a las dificultades de la comunicación de las personas mayores.
Los resultados y la duración del tratamiento logopédico dependerán de muchas variables como la causa y el tipo de trastorno, la edad del paciente, el nivel cultural, la motivación o el soporte familiar. Pero, en general, “habrá mejor pronóstico cuanto menor sea el tamaño y la severidad de la lesión, cuando las alteraciones se centren en la comprensión y no en la fluidez, cuando la causa sea de instalación súbita (TCE o EVC) en lugar de instalación progresiva (proceso degenerativo), cuanto menor edad tenga, si tiene un alto nivel cultural, si cuenta con un buen estado emocional, apoyo familiar y social y si inicia la terapia del lenguaje lo antes posible”, indica la logopeda experta en Parkinson. Por esta razón, el diagnóstico precoz y el establecimiento de medidas de refuerzo y estimulación cognitiva desde el comienzo pueden ayudar a mejorar la situación.
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