Cuidados dignos y respetuosos para las personas mayores con demencia

Ana María García González, directora técnico-asistencial y de calidad del Grupo Emera.
Ana María García González, directora técnico-asistencial y de calidad del Grupo Emera.

Ana María García González

Directora técnico-asistencial y de calidad del Grupo Emera

El envejecimiento de la población española es un hecho. Según las proyecciones del INE, la proporción de personas con 80 y más años crecerá un 47,5% en los próximos 15 años, al pasar de cerca de tres millones en 2024 a 4,35 millones en 2039. Considerando los porcentajes de prevalencia de las demencias en España que establece el Plan Integral de Alzheimer y Otras Demencias (2019-2023), se estima que el número de personas con demencias era en el 2019 de cerca de 800.000 personas, de las cuales el 60% tenía más de 80 años. Hoy, las residencias de mayores tienen entre sus personas objeto de atención una alta proporción de residentes en situación de deterioro cognitivo progresivo, superando este colectivo el 60% en la gran mayoría de residencias del Grupo Emera.

El aumento de la población envejecida, unido al incremento del número de personas mayores que padecen enfermedades degenerativas y, entre otras, deterioro cognitivo, nos lleva a preguntarnos: ¿qué futuro queremos ofrecer a las personas más vulnerables con demencia cuyo manejo en el domicilio es más difícil o imposible? Cada día constatamos el incremento de situaciones complejas, emocionalmente delicadas para las familias afectadas que sufren tanto como la persona mayor necesitada de atención.

¿Cómo actuar frente a una madre, un padre, un pariente mayor que de repente muestra asomos de violencia, no duerme por las noches, llora o se agita, sin que nada pueda tranquilizarle o aliviarle? Si, en el caso de una discapacidad física, se puede adaptar el hogar de la persona mayor en la medida de lo posible para favorecer su cuidado domiciliario, la realidad es bien distinta en caso de demencia con síntomas conductuales asociados. Puede llevar a situaciones duras y estresantes tanto para la persona mayor como para sus familiares que suelen sentirse perdidos e impotentes frente a un pariente que no actúa como la persona que siempre es.

Los síntomas conductuales de imposible manejo dan sentido a la creación y consolidación de residencias adaptadas, seguras y con altos estándares de calidad, que ofrecen cuidados profesionalizados, respetuosos y dignos. Nos obliga como profesionales a que nuestros centros sean amigables con las personas mayores con demencia. Esto pasa por adquirir un doble compromiso frente a la sociedad: por un lado, garantizar unos cuidados libres de sujeciones que contemplan a la persona mayor en todas sus esferas (física, psicológica, emocional y social) y que integran en todo momento a su familia; por otro lado, no sólo acompañar y formar a nuestros equipos profesionales para que sean especialistas del manejo de estas situaciones complejas, sino también sensibilizar a la sociedad con la idea de que otro modelo asistencial es posible.

Este es precisamente el reto de la certificación como centro especialmente amigable con las personas mayores con demencias que otorgó la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (CEOMA) y cuyos primeros beneficiarios en España son Residencias del grupo Emera. Un trabajo exigente y ambicioso, pero muy valioso.

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