Carmen Susín, consejera de Bienestar Social y Familia del Gobierno de Aragón.
Carmen Susín, consejera de Bienestar Social y Familia del Gobierno de Aragón.

“Asentar las bases de la Historia Social Única es una de las prioridades de esta legislatura”

Carmen Susín

Consejera de Bienestar Social y Familia del Gobierno de Aragón

Prioridad que se suma, como asegura la consejera de Bienestar Social y Familia del Gobierno de Aragón, Carmen Susín, a otras como consolidar el sistema de dependencia, aprobar la Ley de Derechos de las personas mayores y “liderar una auténtica política de inclusión social”. Con un “presupuesto muy social” la consejería trabaja para “luchar contra las desigualdades”, y espera tener a mitad de legislatura una Ley que reconozca los derechos de las personas mayores en la región que ayude, además, a luchar contra la discriminación por edad. Esta licenciada en Administración Pública se muestra firme al confirmar que está “firmemente convencida de la importancia de la política para mejorar la vida de los ciudadanos”.

¿Cuáles son las prioridades de su departamento para esta legislatura?

Nuestro principal objetivo es continuar desarrollando y consolidando nuestro sistema público de servicios sociales para que los aragoneses, con independencia de su edad o situación personal, puedan desarrollar su proyecto vital. Para conseguirlo avanzaremos y consolidaremos el sistema de dependencia, implementando la Ley de derechos y garantías de las personas con discapacidad, actualizar y ampliar el Catálogo de Servicios Sociales y aprobar leyes como la de derechos de las personas mayores -cuyo proceso participativo acaba de empezar- o sacar adelante el primer Plan contra la soledad no deseada; también queremos liderar una política de inclusión social desde la Dirección General de Inclusión Social y Voluntariado.

Añadir el término ‘familia’ como una declaración de intenciones y un objetivo en sí mismo: la protección de todos los modelos de familia y que la perspectiva de las familias permee todas las políticas del Gobierno de Aragón es fundamental. Para eso contamos con el trabajo de la Dirección General de Familia, Infancia y Natalidad.

Otra de las grandes prioridades será asentar las bases de la Historia Social Única, coordinada desde la Dirección General de Igualdad de Oportunidades, como una herramienta fundamental que constituirá un elemento central del sistema público de servicios sociales y del nuevo modelo de atención social en Aragón. También seguimos contando con la labor de los profesionales del Instituto Aragonés de Servicios Sociales y el Instituto Aragonés de la Juventud, organismos autónomos, que garantizan que cada aragonés que se acerca a ellos, en cualquiera de sus etapas vitales, reciba la atención que necesita.

«La protección de todos los modelos de familia y que la perspectiva de las familias permee todas las políticas del Gobierno de Aragón es fundamental»

En definitiva, queremos que los servicios sociales estén centrados en las personas y sus necesidades, pero nuestro objetivo no es sólo proteger a las personas que viven en una situación de vulnerabilidad: queremos generar oportunidades para ellas y para todos los aragoneses.

¿Qué supondrá para los ciudadanos que el ejecutivo cuente con “unos presupuestos muy sociales” este año?

En 2024 Aragón cuenta con el mayor presupuesto de su historia: 8.256 millones de euros que favorecen una inversión récord de 4.841 millones en políticas sociales. Los fondos propios para las consejerías de Educación, Sanidad y Bienestar Social crecen un 10,77%, un 10,39% y un 12,06% respectivamente para apuntalar los que son los pilares básicos del Estado del Bienestar.

Tener estas cuentas eminentemente sociales es una cuestión esencial para la cohesión y la lucha contra las desigualdades; quienes gestionamos los servicios sociales somos la primera puerta a la que llaman los aragoneses que se encuentran en una situación de dependencia, discapacidad, desamparo en la infancia o riesgo de exclusión social.

Nuestro compromiso es gestionar esos recursos con los pies en la tierra y siendo conscientes de que no caben fórmulas mágicas para dar respuesta a las necesidades que cubren los servicios sociales, en permanente revisión y evolución.

“Nuestro objetivo no es solo proteger a las personas que viven en una situación de vulnerabilidad, queremos generar oportunidades para ellas y para todos los aragoneses”

Este gobierno ha creado la Dirección General de Mayores, organismo inédito en la región. ¿A qué realidades responde esta creación?

La creación de la Dirección General de Mayores es una decisión estratégica, la expresión decidida de la especial sensibilidad de este Gobierno por las personas mayores. Sabemos –con datos de 2022, los últimos disponibles– que uno de cada cinco aragoneses tiene más de 65 años y de ellos, 96.000 tienen más de 80. El número de personas mayores en nuestra Comunidad Autónoma ha ido aumentando progresivamente desde el año 2000 hasta representar ahora mismo al 36% de la población: más de 480.000 personas.

Esta nueva generación de mayores tiene unas inquietudes y necesidades que deben de ser escuchadas: por eso estamos trabajando en propuestas ambiciosas para afrontar con mayor eficacia los retos derivados de nuestra realidad demográfica y social. Apostamos por fomentar el envejecimiento activo y saludable y, a mediados de legislatura, esperamos haber definido legalmente los derechos de las personas mayores con esa futura Ley.

Por un lado, seguiremos atendiendo desde el Instituto Aragonés de Servicios Sociales a los aragoneses mayores en situación de dependencia o discapacidad, pero en concreto desde la Dirección General queremos innovar y atender a todos esas personas mayores que quieren seguir implicados y ser protagonistas de su tiempo, disfrutando de la cultura, el ocio y el deporte y que quieren ser reconocidas y escuchadas como parte importante y activa de la sociedad aragonesa.

«Tener estas cuentas eminentemente sociales es una cuestión esencial para la cohesión y la lucha contra las desigualdades»

Una de las prioridades de esta Dirección es la elaboración de la Ley de Derechos de las Personas Mayores.

Hemos querido impulsar una Ley de derechos de las personas mayores porque creemos que es el momento de abordar la definición y el refrendo legal de esos derechos, y lo estamos haciendo con la certeza de que servirá para consolidarlos y para luchar contra la discriminación por edad.

Ahora mismo estamos preparando el borrador del Anteproyecto de esa Ley para que sea innovadora, integral y colaborativa. En España hay pocas leyes a nivel autonómico que aborden esta materia y las que existen lo hacen dirigiéndose especialmente a las personas con mayores necesidades de atención o en situación de dependencia, por lo que no parecen ajustarse a ese cambio de paradigma social en la consideración de la vejez y a ese perfil de mayores activos al que nos hemos estado refiriendo.

Tampoco ninguna de esas leyes recoge los problemas que hoy consideramos fundamentales porque no se habían detectado: pensemos en la lacra de la soledad no deseada, la brecha digital, el edadismo o la discriminación por edad. Todos estos asuntos están sobre la mesa en esta fase de borrador del Anteproyecto, por lo que nuestra iniciativa legislativa podrá llegar a ser pionera a nivel nacional. Por eso hemos optado por primar la participación desde el principio, sustentando el diagnóstico de la realidad de los nuevos mayores de forma deliberativa, entre todos.

Es precisamente esta Dirección General la responsable de liderar el Plan estratégico contra la soledad no deseada.  ¿En qué punto se encuentra este Plan?

Hemos considerado prioritaria la puesta en marcha de una estrategia autonómica contra la soledad no deseada. Nuestra directora general de Mayores, Ana Isabel Berges, está diseñando una batería de acciones que permitan tanto acompañar a los mayores que sufren esta situación de soledad como impulsarles en su búsqueda de nuevas expectativas e intereses -personales y comunitarios- en los que puedan volcarse para salir de ella. Esto se une al impulso que vamos a seguir dándole al Observatorio de la Soledad, adscrito al Justiciazgo de Aragón.

Carmen Susín, consejera de Bienestar Social y Familia del Gobierno de Aragón.

¿En qué medida contribuye el Observatorio Aragonés de la Soledad a frenar esta realidad en la región?

Para luchar contra la soledad no deseada es necesaria la colaboración con el sistema sanitario, las farmacias y las entidades sociales y comarcales, que son quienes detectan en primer término esas necesidades. Todas esas instituciones y organismos estamos representados en el Observatorio Aragonés de la Soledad, un instrumento que queremos seguir apoyando.

Las reuniones tanto de la comisión permanente como del plenario están dándonos las claves casi en tiempo real de lo que nuestros mayores demandan para proteger su bienestar emocional y prevenir el riesgo de aislamiento y exclusión social. Sabemos que la brecha digital o el edadismo ya existían en 2019, pero lo vivido en la crisis del covid exacerbó esos y otros problemas, de modo que poder tomarles el pulso a las políticas contra la soledad no deseada resulta fundamental para que todas esas respuestas funcionen.

El Instituto Aragonés de Servicios Sociales, gestiona un Aula de Mayores y una red de Hogares de Personas Mayores. ¿Qué son estos hogares y para quiénes son?

En Aragón tenemos 29 hogares que podemos definir como puntos de encuentro entre personas mayores en los que se programan todo tipo de actividades para el tiempo libre, el ocio, la cultura y el uso de dispositivos conectados. En 2023 esa treintena de hogares contaba con 103.000 socios en toda la Comunidad.

Durante estos meses como consejera he podido comprobar, en primera persona, cómo son algunos de esos hogares de personas mayores y cómo facilitan un espacio de convivencia social, de integración y de participación que resulta clave para prevenir el aislamiento y la soledad.

Los requisitos para ser socio son tener cumplidos 65 años (o más) y residir en la Comunidad Autónoma de Aragón. Excepcionalmente también pueden ser socios personas menores de 65 que reciben una pensión de jubilación o si tienen determinadas circunstancias personales. Una vez se expide el carné de socio (un trámite que es gratuito) se puede acceder a todos los servicios y actividades del centro, la gran mayoría de ellos sin coste alguno.

Actualmente se está desarrollando un proyecto de Decreto para regular estos hogares. ¿Qué novedades incorporará?

Estamos ante un cambio normativo: pasamos de una orden a un Decreto y lo hacemos pensando en que los hogares por fin se abran a esas nuevas generaciones de personas mayores que se han ido incorporando a la vida de estos centros, con nuevas necesidades y deseos. Entre las principales novedades del proyecto de Decreto están la apertura de los hogares a un nuevo grupo, el de ‘personas amigas’, que no tendrán la consideración de socios por no cumplir los requisitos, pero sí participarán y colaborarán con los centros.

También se pretende mejorar las relaciones de la comunidad gracias a las redes de colaboración con entidades amigas, ya sean públicas o privadas sin ánimo de lucro, y crear un nuevo marco de participación basado en las personas que participan día a día de las actividades y actuaciones del centro. El desarrollo del proceso de participación se puede consultar en tiempo real en el espacio web de Participación del Gobierno de Aragón.

¿Qué define el Programa de Envejecimiento Activo y Saludable de Aragón?

Dentro de ese Programa de Envejecimiento Activo encontramos actividades TIC, ejercicio físico, retos cognitivos, talleres culturales, pautas para la vida saludable o sesiones de crecimiento personal y emocional, entre otras. Todas ellas tienen como objetivo la promoción de la autonomía personal y la prevención de la dependencia; empezaron el pasado 12 de febrero y van a desarrollarse hasta el 13 de diciembre de 2024.

El Instituto Aragonés de Servicios Sociales impulsa estos talleres y actividades en sus 29 hogares como parte de un planteamiento positivo y responsable del proceso de envejecimiento y busca incentivar esa participación activa a la que ya me he referido.

Los programas se dividen en cinco áreas: la de actividad física (yoga, espalda sana…); la cognitiva, centrada en la memoria; la de TIC, con clases de informática y actividades en Internet; la de crecimiento personal (autoestima, educación emocional…) y por último, la de vida saludable. Para la convocatoria de 2024 se han registrado más de 5.600 solicitudes, lo que da fe de la buena acogida que tienen estos talleres, cofinanciados al 60% con fondos propios del Instituto Aragonés de Servicios Sociales y al 40% por el Fondo Social Europeo Plus.

Otra de las prioridades marcadas en el arranque de la legislatura es la coordinación sociosanitaria. ¿Qué herramientas se activarán para conseguir que sea efectiva?

Queremos que ésta sea la legislatura en la que definitivamente los servicios sociales dejen de ser un compartimento estanco, en la que podamos superar la eterna desconexión entre el sistema educativo, el sistema sanitario y la atención integral a las necesidades de las personas en su día a día.

Para eliminar esas barreras entre Departamentos y trabajar de forma coordinada es para lo que queremos impulsar la Historia Social Única, precisamente para garantizar un adecuado desarrollo personal, emocional y social para los aragoneses a lo largo de su ciclo vital, incrementando su autonomía, mejorando su calidad de vida, sus interacciones con otras personas y su inclusión en la comunidad.

Además de ser el documento que reunirá toda la información sobre la atención social que recibe cada persona, se convertirá en la plataforma digital que permitirá a los ciudadanos disponer de la información más completa sobre los servicios sociales públicos y a los profesionales trabajar con todas las herramientas necesarias prestar una atención integral a cada persona o familia.

En materia de dependencia, ¿cómo se trabaja para reducir las listas de espera?

Hay unas 4.000 personas esperando su valoración de la dependencia en Aragón, una cifra que se mantiene relativamente estable desde 2022 y que entendemos que es inadmisible. Acabar con las listas de espera necesita personal y necesita presupuesto y eso no es de izquierdas ni de derechas: es gestión.

Por eso en los últimos seis meses hemos implementado una batería de medidas necesarias para reducir las inaceptables listas de espera que nos encontramos al llegar al Ejecutivo y hacer además mejores las prestaciones y servicios que tienen que ver con esa atención a la dependencia.

Este mes de marzo vamos a contratar 8 nuevos valoradores de la dependencia –6 para Zaragoza y 2 para Huesca– a través de un plan especial para reducir las listas de espera dotado con casi 300.000 euros de fondos propios del IASS que se va a prolongar durante 12 meses. Además de nuevas contrataciones como éstas, estamos estudiando ampliar el horario de atención desde las 08.30 horas -en vez de a las 09.00 horas- y la posibilidad de que los equipos de valoración trabajen también en turno de tarde.

«Queremos que ésta sea la legislatura en la que definitivamente los servicios sociales dejen de ser un compartimento estanco»

¿Cuándo arranca y en qué se sustenta el programa CuidArte en la región? ¿De qué modo contribuye a reforzar la apuesta del ejecutivo regional por cuidar de quienes cuidan?

CuidArte ofrece apoyo emocional a personas que cuidan y lo hace en grupos dirigidos por un profesional con experiencia. Pueden formar parte de él cuidadores que sientan una sobrecarga -emocional o física- provocada por esa tarea de cuidar, a corto o largo plazo. Esas sesiones les sirven para identificar sus propias necesidades y gestionar sus emociones, que van desde el estrés a un posible sentimiento de culpa o el duelo.

Dentro del Programa CuidArte, que tiene unos 90 grupos de apoyo repartidos en las tres provincias, se abren las puertas a espacios compartidos entre iguales. Este proyecto permite en último término mejorar la calidad de vida de las personas mayores y personas con discapacidad, sean dependientes o no, al haber podido escuchar y ayudar a quienes los cuidan y atienden.

Si seguimos centrados en los cuidadores de las personas mayores o personas con discapacidad que necesitan cuidados, ¿por qué se pone en marcha el Servicio de Formación de Personas Cuidadoras?

Este servicio que se presta desde los hogares del IASS facilita un espacio de aprendizaje y de intercambio de experiencias entre familiares de personas que necesitan ser cuidadas por razones de edad, enfermedad, discapacidad o dependencia. Así se adquieren habilidades y estrategias para reforzar la labor de los cuidados en el domicilio, respetando en todo momento el máximo nivel posible de autonomía en las personas cuidadas.

Hablamos de un programa formativo dentro del que cada persona cuidadora puede optar por profundizar en asuntos como el fomento de hábitos saludables, conocimiento de los cuidados que necesitan quienes padecen de párkinson o demencia, higiene postural y prevención de riesgos y caídas, inteligencia emocional, técnicas de relajación y manejo del estrés, posibles ayudas técnicas, qué adaptaciones del entorno y del hogar se pueden plantear o cómo movilizar a un gran dependiente, por poner algunos ejemplos.

En clave personal

¿Cree que la política ayuda a cambiar las cosas?

Por supuesto que sí. La política es el arte de gobernar y desde esa perspectiva –bien entendida– es desde donde se deben establecer los objetivos e implementar los medios para seguir avanzando como sociedad. Lamentablemente la política suele ir siempre un paso por detrás de la sociedad y los gobiernos deberíamos anticiparnos a los problemas y afrontar políticas innovadoras que o bien prevengan esos problemas o que establezcan las soluciones a priori, pero la realidad es que a la Administración le cuesta mucho adaptarse a los cambios. A pesar de todo, soy una convencida de la importancia de la política para mejorar la vida de los ciudadanos. Lo que tenemos que hacer es cambiar las formas de trabajar e instaurar una cultura de la innovación en el diseño de las políticas públicas con la vista puesta en el medio y largo plazo.

Las personas que ejercemos una responsabilidad pública lo hacemos por el mandato de los ciudadanos y nunca debemos olvidarlo. La ejemplaridad, la honestidad, el compromiso, la transparencia y la empatía deben ser las notas que caractericen a un servidor público. Una persona que gestione las políticas públicas tiene que ser capaz, muy trabajador, proactivo y con una gran vocación de servicio porque la gestión es complicada; no es un camino de rosas y está llena de aciertos y equivocaciones… Sin valores éticos, actitud y capacidad no se puede afrontar ese mandato de los ciudadanos, que no es otro que solucionar sus problemas y garantizar su bienestar.

¿Cuál cree que es la primera obligación de un servidor público con respecto a los mayores?

Hay un fundamento moral y de justicia: debemos asumir y reconocer la importancia capital de los mayores en nuestra sociedad. Este colectivo, además de numeroso, constituye la plasmación de la experiencia, del trabajo, del esfuerzo y la lucha sostenida de las generaciones que nos precedieron y debemos reconocer su contribución impagable, esforzada y generosa para sentar las bases del   presente y del futuro de nuestra sociedad; ese esfuerzo pasado ha servido para sustentar nuestro bienestar, nuestros avances sociales y nuestras perspectivas de mejora. 

Los mayores no pueden quedar al margen de ese presente y ese futuro que han contribuido a garantizar, sino todo lo contario: deben afrontarlo y disfrutarlo con pleno reconocimiento y protagonismo social. Por eso merecen que hoy, en una sociedad tan compleja y cambiante, pongamos especial atención a sus peculiaridades y desarrollemos para ellos, para todos ellos, programas que aseguren sus necesidades e impulsen sus opciones vitales.

¿Qué les debemos todos a los mayores? ¿Cómo reconocérselo como sociedad?

A nuestros mayores les debemos nuestro presente y nuestro futuro y por ello no pueden quedar al margen de ese presente y ese futuro que han contribuido a garantizar. Por esa misma razón creamos la DG de Mayores: porque no sólo tenemos que garantizar su bienestar cuando están en una situación de vulnerabilidad, también tenemos que apoyarlos y acompañarlos en su proceso de envejecimiento activo, respetando su autonomía e impulsando políticas innovadoras en las que se sientan reflejados.

Las personas mayores siguen disfrutando de su participación activa en la sociedad a la que tienen mucho que aportar: viajan, hacen deporte a alto nivel, disfrutan de su ocio, de la cultura y de sus relaciones personales y en ese momento vital es en el que las instituciones tenemos que compartir sus inquietudes e impulsarlas con nuevas políticas. Para esto es útil la política bien entendida, porque la sociedad cambia y evoluciona y con ella lo hacen las personas mayores, por lo que tenemos que darles nuevas respuestas: en eso consiste el arte de gobernar.

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