Dependencia

Cuidar sin sujeciones, un cambio de paradigma

La atención sin sujeciones es esencial para promover una cultura de respeto, dignidad y calidad de vida en las residencias de mayores. De hecho, el modelo de atención centrada en la persona, que defiende el sector sociosanitario, lleva implícito el valor de las no sujeciones físicas y químicas, por lo tanto, los centros y profesionales deben adquirir un compromiso formal y real. Según los expertos, durante el año 2022, se evolucionó mucho en esta línea, pero fue un primer paso. Sin embargo, ahora es el momento de avanzar. Este cambio exige mayor dedicación de los equipos, un cambio de los procesos y mayor formación de los profesionales, por lo que se requiere de tiempo. Así que cuanto antes comience el proceso, antes estarán preparados los centros. Con el fin de apoyar este cambio necesario y orientar sobre qué hacer para no utilizar las sujeciones, la Comisión de Cuidados sin Sujeciones de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) presentó a finales de mayo el documento Cuidados sin Sujeciones 2023. Esta guía, que se enmarca de lleno en el nuevo modelo de cuidados de larga duración, defiende el derecho a no estar sujeto, sea cual sea el ámbito de cuidado, y ofrece ideas y criterios para desarrollar el uso de no sujeciones.

Cada vez existe mayor evidencia científica sobre los perjuicios de la utilización de las sujeciones en el cuidado de las personas mayores. Del mismo modo, va calando la idea de que estar sujeto en contra de la voluntad de la persona vulnera derechos fundamentales como la libertad y algunos de los principios y valores básicos como la dignidad, la autonomía, la autoestima y el bienestar personal, aparte de los problemas de salud que el uso de las sujeciones puede causar o agravar. No obstante, los esfuerzos para implantar un modelo de atención a las personas mayores sin sujeciones deben reforzarse. “Se puede cuidar sin sujetar y los profesionales debemos hacerlo porque es un derecho del ciudadano y nuestra obligación moral. Ya no tenemos razones para seguir sujetando. Hace años podría ser, pero en este momento no”, argumenta la doctora Ana Urrutia, miembro de la Comisión de Cuidados sin Sujeciones de la SEGG y presidenta de la Fundación Cuidados Dignos.

En la presentación del documento Cuidados sin Sujeciones 2023, los representantes de la SEGG han explicado que, en los últimos años, hemos avanzado hacia otra manera de cuidar e interpretar el cuidado. Hay conceptos y datos que han cambiado, y este contexto requería de una revisión del anterior documento sobre sujeciones mecánicas y farmacológicas, publicado en 2014 por esta Comisión. 

Según el presidente de la SEGG, José Augusto García Navarro, el documento llega en un momento idóneo porque “estamos transformando los cuidados de larga duración a un modelo donde se tienen en cuenta los derechos de las personas mayores y con discapacidad. Y uno de los derechos que tienen estas personas, una de las maneras de hacer cuidados dignos, es hacerlo sin sujeciones”. 

Esta guía actualiza, desde el punto de vista legislativo, la situación a nivel nacional. Desde el punto de vista ético, hace una aproximación a ese cuidado sin sujeciones. Y también aporta pautas para que las organizaciones y los profesionales que se dedican a la atención de personas mayores con dependencia puedan hacer un cuidado sin sujeciones, tanto en residencias como en el propio domicilio. 

De sujetar bien a no sujetar

La doctora Urrutia concreta que, en España, hemos evolucionado de sujetar mucho y mal a sujetar mucho y bien. Pero ahora se está dando el paso a no sujetar. “Las sujeciones no pueden ser una elección. Cuando surge un problema se debe abordar de manera multidisciplinar centrado en la persona, analizando las causas y consecuencias, así como las necesidades particulares de la persona mayor”. 

Esta experta, apunta que, en otros países, ni siquiera se mencionan las sujeciones porque no se usan. También cada vez hay más residencias en España que apuesta por este modelo, así que está más que demostrado que es posible otra forma de cuidar. 

El documento anterior de la SEGG, publicado hace más de una década, ya determinaba la necesidad de eliminar las sujeciones, pero se centraba en el protocolo de sujeción para sujetar bien. Sin embargo, en este último, “no hablamos para nada de sujetar. Defendemos que no estar sujetos es un derecho y exponemos qué podemos hacer para no utilizar las sujeciones”, comenta el doctor José Pascual, coordinador de la Comisión Cuidar sin Sujeciones y presidente de la Asociación Dignitas Vitae. 

Este nuevo documento cambia la filosofía del mundo del cuidado, impulsando una atención sin sujeciones. Y esperan que se convierta en un referente como lo fue el anterior. De hecho, según indica este geriatra, “el documento de 2014 sigue siendo útil para aquellas entidades que mantienen las sujeciones, porque les ayudará a sujetar de una forma correcta, aunque nosotros apostemos por avanzar hacia el cuidar sin sujetar”.  

La SEGG considera que todas las personas atendidas en el ámbito del Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia (SAAD) tienen derecho a recibir una atención libre de sujeciones, ya sean físicas, mecánicas y químicas (o farmacológicas). Para ello, entienden que los centros residenciales deberán adquirir un compromiso formal respecto a la atención libre de sujeciones.

Los expertos coinciden en que para las organizaciones es difícil cambiar, pero es necesario abordarlo. “Es un proceso que cuesta años porque exige un cambio de mentalidad, además de mucha más dedicación por parte del equipo y una reorientación de los cuidados. Se tiene que situar a la persona en el centro de la atención y considerar que cada persona es diferente y requiere de unos cuidados distintos. Hay que cambiar mucho la filosofía y abandonar esas maneras de trabajar en serie que tenemos muchas veces con las personas, pero se puede conseguir”, concreta el doctor Pascual. 

Necesidad de un cambio legislativo

Actualmente, no existe ninguna norma nacional que regule las sujeciones en las residencias. En el 2022 apareció la Instrucción de la Fiscalía General del Estado número 1/2022, sobre el uso de medios de contención mecánicos o farmacológicos en unidades psiquiátricas o de salud mental y centros residenciales y/o sociosanitarios de personas mayores y/o con discapacidad. Y ese mismo año, el Ministerio de Derechos Sociales aprobó la resolución publicada el 11 de agosto de 2022 en el BOE, por la que se confirma el acuerdo del Consejo Territorial de Servicios Sociales y del Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia sobre criterios comunes de acreditación y calidad de los centros y servicios del sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia (SAAD), donde se establece la atención libre de sujeciones. En ambos casos, se tomó como base en el documento sobre sujeciones de la SEGG de 2014.  

Tanto la instrucción de la Fiscalía General como la resolución del Ministerio suponen una base, pero no es una base legal. Y, como no tenemos ninguna base normativa nacional, se está utilizando la instrucción como una norma. Pero la Fiscalía General del Estado sigue con la filosofía de sujetar bien, y esto tiene que evolucionar. 

Según señalan, en la instrucción se especifica que, a final de este año, harán una memoria con todas las fiscalías y facilitarán a la SEGG los “datos de sujeciones”, que no los “datos de no sujeciones”. “Pero nosotros queremos utilizar esos datos y trabajar con ellos para hacerlo bien. Crear una base de datos y extraer esa información y trabajarla para cambiar la filosofía. Es la primera vez que hemos conseguido que la Fiscalía General del Estado se ponga en contacto con las inspecciones de servicios sociales y trabajen casi con un mismo objetivo, y es importante aprovechar esta oportunidad, este apoyo institucional, para mejorar. Hemos avanzado más con este apoyo que los 15 años que llevamos investigando y aportando a este tema de las sujeciones”, destaca el doctor Pascual. 

Desde la SEGG creen que es necesario impulsar un cambio legislativo que dé cobertura a un nuevo modelo de atención sin sujeciones y que contemple claramente las situaciones excepcionales en las que sea posible utilizar sujeción, así como que establezca los requisitos legales de uso adecuado en tiempo y en forma. Por otra parte, serán aconsejables campañas de sensibilización en la sociedad para favorecer el cambio cultural hacia el cuidado sin sujeciones. 

Por todo ello, es clave el papel de la Administración Pública en la transformación del modelo de cuidado español hacia un modelo que no sujeta: subvenciones a la formación de los centros, planes de inspección que contemplen la exigencia de la retirada de las sujeciones, visibilización de los centros libres de sujeciones, concursos públicos de gestión de plazas públicas que exijan que los centros sean libres de sujeciones o se encuentren retirándolas, obligatoriedad de los centros de mostrar públicamente el derecho que los usuarios tienen de exigir una atención libre de sujeciones, etc.

Es necesario impulsar un cambio legislativo que dé cobertura a un nuevo modelo de atención sin sujeciones

Uso excepcional y temporal

La SEGG recuerda que todos los usuarios atendidos en centros residenciales deben recibir una atención de calidad. Por tanto, el documento sólo contempla el uso de sujeciones en situaciones urgentes, de manera excepcional y temporal, tras haber fracasado la aplicación de medidas preventivas que eviten su uso. 

En este sentido, las indicaciones se limitan a cuadros agudos de urgencia vital, en los que se den situaciones o conductas que representen una amenaza real para la integridad física de la persona o de terceras personas; protección de dispositivos sanitarios de urgencia vital; asegurar el reposo cuando esté indicado por razones terapéuticas; enfermedad mental diagnosticada en situación de crisis aguda, y siempre que el paciente lo haya solicitado voluntariamente y el médico considere que existen criterios clínicos de indicación.

Pero los expertos advierten que la aplicación de sujeciones siempre estará sometida a un procedimiento documentado, que deberá contar con prescripción médica, supervisión técnica, consentimiento informado, determinación de tiempos de la sujeción (no superior a 24 horas) y formato de la sujeción, así como un análisis de los riesgos que entrañaría su uso. Además, será obligatoria la comunicación al Ministerio Fiscal. Con respecto a la temporalidad, la doctora Urrutia explica: “Nosotros proponemos 24 horas porque consideramos que, en ese tiempo, se puede resolver cualquier problema que haya conducido a sujetar”.

Sujeciones en los hospitales

El uso de sujeciones no es exclusivo de las residencias de mayores, en los hospitales también se utilizan. De hecho, según apunta la geriatra y presidenta de la Fundación Cuidados Dignos, en las residencias los geriatras llevan más tiempo trabajando en el modelo de no sujeción y ahora se está empezando a extender a otros estamentos del cuidado, como los hospitales, que están interesados en que les contemos cómo se está implantado”, asegura. 

Esto se debe a que es Servicios Sociales el que ha legislado la cuestión de las sujeciones, en concreto en las residencias. Y a los hospitales no les compete la Ley de Servicios Sociales. Esto propicia la imagen de que sólo sujetamos en las residencias, pero nada más lejos de la realidad. De hecho, en los hospitales, cada vez son más conscientes de que deben dejar de sujetar y también de su incapacidad para eliminarlas, pero en estos centros sigue siendo algo secundario. 

José Pascual, de la Asociación Dignitas Vitae, que está trabajando con hospitales de crónicos y agudos que atienden a pacientes de salud mental, apunta que, en los hospitales, “aún no han llegado ni a la fase de atención que proponíamos en el documento de 2014, de sujetar bien. Mientras en las residencias se trabaja para aplicar el documento de 2023 de no sujeciones”.

La doctora Urrutia sostiene que el que se establezca una Ley Orgánica, viene muy bien para avanzar en el cambio de cultura de cuidados no sólo en las residencias, sino en otros ámbitos donde se practican sujeciones. 

Pero, hasta que eso suceda, el documento Cuidados sin Sujeciones 2023 de la SEGG constituye una hoja de ruta relevante para avanzar hacia las no sujeciones. Además, está dirigido a todos los ámbitos. “El concepto de no sujetar es global. Así que, con esta guía, nos dirigimos a todo el mundo que atiende a personas mayores”, expresa esta geriatra.

Al fin y al cabo, la forma de conseguir la atención sin sujeciones es aplicando el modelo de atención centrado en la persona, que consiste en adaptarse a las necesidades de la persona, ya sea una persona mayor o con una patología mental, utilizando técnicas, herramientas y maneras de trabajar totalmente distintas según a quien se atienda.

El modelo de atención centrado en la persona es la clave para conseguir una atención sin sujeciones en todos los ámbitos, incluyendo hospitales y residencias de mayores

Formación, clave para el cambio de modelo

Para un desarrollo de la cultura del cuidado y una evolución hacia la atención sin sujeciones es esencial la formación adecuada de los profesionales que trabajan con personas mayores. A través de esta formación, deben adquirir los conocimientos, habilidades y perspectivas necesarias para abordar las necesidades de los residentes de manera compasiva y respetuosa, promoviendo así una mayor calidad de vida y bienestar.

Pero, precisamente, ésta es una de las carencias. “La formación que reciben los cuidadores no está acorde con lo que necesitamos en este momento. Nos encontramos con profesionales poco tolerantes, poco pacientes, y eso hay que transformarlo desde la educación para que las personas conozcan los principios éticos del cuidado. Hay que dejar de hablar de sujeciones y hablar de tolerancia, empatía, cercanía, bioética”, advierte Ana Urrutia.

También hay que formar bien al profesional para que haga una aproximación y análisis adecuado de las causas que provocan situaciones complejas en el desempeño del cuidado y de las posibles soluciones que se tienen al alcance, sin que se provoque una merma de la dignidad de las personas mayores.

Para cuidar a las personas mayores con respeto y dignidad se deben buscar soluciones más humanas y éticas

Según el doctor José Augusto, la formación es básica para tratar a personas mayores con dependencia y a personas con demencia. “Además es una de las acciones que ha demostrado más eficacia a la hora de ofrecer un cuidado más digno, con menos efectos secundarios y con mejor resultado final. Se ha comprobado que cuando se forma a los cuidadores de pacientes con demencia, se utilizan menos fármacos, por ejemplo, se cuida mejor, con respeto y con cierta psicología social que previene el uso de sujeciones”, refiere.

Sin embargo, actualmente, “la falta de profesionales tanto en residencias como en atención a domicilio y las fórmulas rápidas de formación que se están habilitando, tienen un gran impacto en el sector. Será difícil medirlo, pero tendrá impacto social”, advierte el presidente de la SEGG.

Por su parte, José Pascual, profesional que trabaja en la universidad y en el Instituto Nacional de las Cualificaciones (INCUAL), que es una organización estatal que trabaja en el diseño curricular de la formación profesional, también insiste en que el secreto para una atención de calidad y sin sujeciones está en la formación. Este especialista incide en que se debería cambiar también el contenido del diseño curricular. Asimismo, desaprueba las fórmulas de formación rápida porque “son un peligro”, afirma.

Los tres expertos están de acuerdo en que los profesionales que se dedican al cuidado de las personas mayores deben contar con actitudes y aptitudes específicas para que la atención sea de calidad y se consiga un enfoque sin sujeciones. También coinciden en que la formación apropiada es determinante para que los cuidadores aprendan los conocimientos necesarios sobre el enfoque centrado en la persona, así como sobre las alternativas a las sujeciones y las estrategias para abordar comportamientos complejos sin recurrir a medidas restrictivas.

«El secreto para una atención de calidad y sin sujeciones está en la formación»

Riesgos del uso de sujeciones físicas y químicas

El uso de sujeciones físicas o químicas en el cuidado de las personas mayores o en los hospitales constituye una violación de los derechos de la persona. Además, acarrea riesgos significativos que afectan tanto a la salud física como al bienestar emocional y psicológico. Algunos de los inconvenientes más importantes son los siguientes:

  • Lesiones físicas: el uso de sujeciones físicas, como correas o dispositivos de inmovilización, puede aumentar el riesgo de lesiones en la piel, como úlceras por presión. Además, las restricciones de movimiento pueden llevar a caídas y fracturas en caso de que la persona intente liberarse o moverse mientras está sujeta.
  • Reacciones adversas: en algunos casos, el uso de sujeciones químicas (medicamentos sedantes) puede tener efectos secundarios, como somnolencia excesiva, confusión, caídas y riesgo de interacciones medicamentosas.
  • Deterioro muscular y funcional: las sujeciones pueden causar un debilitamiento de los músculos debido a la falta de uso y movimiento. A largo plazo, esto puede llevar a una pérdida de funcionalidad y movilidad, lo que agrava la dependencia.
  • Estrés y angustia emocional: la restricción física puede causar angustia emocional y sensación de pérdida de control en la persona mayor. Esto puede aumentar los niveles de ansiedad, miedo, depresión y confusión.
  • Deterioro cognitivo y funcional: las sujeciones pueden tener un impacto negativo en el funcionamiento cognitivo de la persona mayores, especialmente en aquellos con demencia o trastornos cognitivos.

Carmen Moreno

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