El programa de Comidas a Domicilio, puesto en marcha por el Gobierno de Castilla-La Mancha en colaboración con las distintas diputaciones provinciales, es una iniciativa que forma parte de las diferentes acciones de proximidad que se llevan a cabo desde el Gobierno regional en el área de Bienestar Social. Completa el Servicio de Ayuda a Domicilio y lo refuerza, fijando población en el territorio, generando empleo y retrasando la edad en la que los mayores se institucionalizan, permaneciendo durante más tiempo en su ámbito territorial y afectivo junto a sus familiares, sus vecinos, en definitiva, en su entorno de siempre.
El director general de Acción Social de Castilla-La Mancha, Francisco Armenta, explica que habían detectado que las personas mayores, por diferentes motivos, no cuidaban correctamente su alimentación. La escasez de recursos económicos, la falta de información o conocimientos de cocina para llevar a cabo una buena alimentación, las dificultades que en las zonas rurales puede suponer para las personas con dificultades de movilidad la adquisición de productos, se estaban convirtiendo en factores de riesgo para la desnutrición y fragilidad en las personas. Por eso desarrolló “esta iniciativa que pretende combatir todas estas cuestiones proporcionando una alimentación de calidad, equilibrada y adaptada a las necesidades de cada usuario o usuaria”, afirma Armenta.
Por eso, los principales beneficiarios del programa son personas mayores, personas dependientes y también personas vulnerables de los municipios y localidades menos pobladas de la región. Como norma general se benefician personas que viven en municipios de menos de 5.000 habitantes. “También se benefician los propios entornos y las personas que viven y trabajan en ellos. Y es que se suele confiar en negocios de la zona para realizar ese servicio de menús y su reparto, y ellos, a su vez, trabajan con producto local de proveedores del entorno”, reconoce el director general de Acción Social.
El Plan, que cuenta con la financiación de los Fondos Europeos, en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, está dotado con 8,6 millones de euros en total, con un reparto de 1,7 millones de euros para cada Diputación en el bienio 2022-2023.
Los principales objetivos del programa Comidas a Domicilio, según indica Armenta, son los siguientes:
– Retrasar el momento de la institucionalización.
– Mejorar la calidad nutricional de las personas más vulnerables incidiendo de forma clara en el mantenimiento de una dieta equilibrada y variada.
– Generar empleo en las zonas más rurales donde va dirigido el programa y fijar población.
En definitiva, “es un programa que persigue mejorar la calidad de vida de los castellanomanchegos, luchar contra la despoblación, ser motor económico y reforzar los servicios de proximidad”, constata el director general de Acción Social.
Para conseguir estos objetivos, el programa cuenta con tres líneas fundamentales: distribución de las comidas a domicilio; formación de las auxiliares de ayuda a domicilio de la región, en la que se ha puesto mucho empeño porque más de seis mil profesionales se enfrentan a situaciones complejas y diversas cada día, y la incorporación de nuevas figuras profesionales de la psicología y la fisioterapia que ayudarán a la formación y acompañarán a las auxiliares del servicio en situaciones que requieran de sus conocimientos.
El buen desarrollo del programa tiene que ver con la colaboración y sensibilidad de Gobierno de Castilla-La Mancha y las distintas diputaciones provinciales, que han situado en el centro de la acción política a las personas más vulnerables, en este caso, las personas mayores o en situación de dependencia, especialmente en aquellas poblaciones más pequeñas.
En este sentido, Armenta traslada su más sincero agradecimiento por el trabajo realizado desde los equipos de las Diputaciones Provinciales y en particular el impulso dado por cada uno de sus presidentes. “No es fácil coordinar una acción conjunta en toda la región y ponernos de acuerdo tantos actores implicados, pero las Diputaciones entendieron desde el primer momento que, a pesar de ser un programa que se gestionaría desde las provincias, debía dotarse de una dimensión regional y tener una forma única respetando las peculiaridades de cada territorio. Todo ha sido y está resultando mucho más fácil de lo que se preveía en un proyecto tan complejo. Estamos muy satisfechos”, admite.
Contar con una dieta equilibrada y ajustada a las necesidades nutricionales es muy importante. Por eso, las personas mayores mejoran su calidad de vida con este programa. “Atendiendo a la demanda, evitamos riesgos y prevenimos de una manera sencilla complicaciones en el día a día que hagan empeorar su estado de salud”, apunta Armenta.
El programa de Comidas a Domicilio se adapta a cada una de las necesidades nutricionales de las personas mayores. Los menús que se ofrecen son muy variados, atendiendo a las necesidades específicas de cada uno y contando con el apoyo de nutricionistas que orientan en la composición de las dietas.
Además, el proyecto no solo consigue mejor salud física, sino también metal. La visita diaria que se realiza para el reparto de los menús ayuda a luchar contra la soledad no deseada y puede alertar si se produce alguna situación de deterioro físico o cognitivo ayudando a prevenir o atajar las situaciones de dependencia en personas que vivan solas.
Por otra parte, este programa, junto con otros que se desarrollan desde la Consejería de Bienestar Social, se convierten en un pequeño motor de la economía de la región. La implicación de las empresas en el proyecto es ejemplar. Estas empresas locales aportan gran valor al proyecto, que junto con las Administraciones Públicas y a las entidades del Tercer Sector, persiguen el mismo objetivo. Es un claro ejemplo de colaboración público-privada.
Cuando hace un año se inició este sistema de reparto de comida a domicilio en el medio rural para mayores de 65 años había algunas experiencias previas en Guadalajara y Albacete, ahora se ha extendido al resto de rincones de Castilla-La Mancha. Así lo explica el director general de Acción Social: “El programa lleva un ritmo distinto en cada provincia. Albacete, Guadalajara y Ciudad Real avanzan a un ritmo más rápido porque ya contaban con una experiencia previa que les ha hecho ir más deprisa; Toledo está arrancando a un ritmo extraordinario y despertando un gran interés entre los mayores de la provincia y Cuenca está iniciando el proyecto precisamente ahora”.
Comidas a Domicilio está en una etapa muy incipiente de su puesta en marcha, pero de seguir a buen ritmo, puede convertirse en un programa de éxito y de una iniciativa que ha llegado para quedarse. En esta línea, Armenta comenta que este proyecto piloto se ha iniciado con la llegada de los fondos europeos, pero “los datos que se van conociendo hacen que podamos pensar en la viabilidad de mantener este tipo de iniciativas en el tiempo”. Además, pronto comenzará la fase de evaluación que hará reflexionar, con evidencias, sobre cómo reforzar o potenciar este programa.
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