Debe priorizar la autonomía personal, el autocuidado y la calidad de vida de las personas mayores y su entorno, así como de las personas en situación de dependencia o con discapacidad; pero, además, debe ser capaz de responder con eficacia a los cuidados de larga duración o la cronicidad.
Una atención que ofrezca centros residenciales y sociosanitarios libres de sujeciones y con personal profesional formado en derechos humanos.
Para ello, es imprescindible mejorar la coordinación sociosanitaria, y dotar de recursos humanos, así como de una financiación suficiente. Asimismo, es fundamental la ampliación de servicios acordes con las necesidades reales de las personas mayores, dedicando especial atención a las zonas rurales.
Y, por tanto, una atención que tenga en cuenta a las personas mayores sobre cómo, dónde queremos vivir y cómo queremos envejecer. No se trata de caridad ni de asistencialismo: hablamos de derechos.
La Associació Catalana de Recursos Assistencials (ACRA) ha publicado los ganadores de los Premios ACRA…
La Comunidad de Madrid está desarrollando un programa piloto para habilitar espacios destinados a escuelas…
La soledad no deseada es uno de los grandes retos del sector sociosanitario y de…
Aunque se ha avanzado mucho en los últimos años, los cuidados paliativos hoy no están…
Grupo SENDA, en colaboración con la Xunta de Galicia, comunica la reprogramación, por motivos ajenos…
La alimentación no solo nutre, también puede dignificar el envejecimiento y mejorar la calidad de…