Como punto de partida, recordar que el sector residencial está muy atomizado, ya que existen alrededor de 5.600 residencias, con una oferta de casi 381.000 plazas residenciales (frente a las 112.000 camas hospitalarias). “Residencias que somos hogares para personas mayores, no centros sociosanitarios. Tenemos profesionales sanitarios para atender la cronicidad, pero no enfermedades agudas. De hecho, en nuestros centros no podían ingresar personas con enfermedades infectocontagiosas. Y, de repente, nos vimos resolviendo procesos médicos agudos en una vivienda colectiva sin recursos técnicos ni humanos”, ha explicado Fernández-Cid. Y ha añadido: “Cómo le dices a una persona con deterioro cognitivo que no puede quitarse la mascarilla y que debe mantener la distancia de seguridad”.
Por eso, el presidente de la FED considera que las residencias “hemos sido injustamente tratadas, demonizadas y criminalizadas. En marzo se consideró a las residencias un espacio sanitario, lo que supuso un problema. Sobre todo, porque faltaron medios y test para aislar a los residentes con criterio. Nuestro criterio fue clínico, valorando los síntomas que no siempre eran fiables”.
Durante la crisis sanitaria, el desconocimiento llevó a responsables de la vida social y política del país a acusar al sector de la situación que se estaban viviendo en las residencias e incidir en que la causa podría encontrarse en que está en manos de fondos de inversión. “Pero eso no es así. El 75 % de las empresas que operan son pymes, las multinacionales suponen el 11 % y los fondos de inversión el 8 %”, ha subrayado Fernández-Cid.
No solo eso, sino que, además, se trata de un sector muy intensivo en lo que a trabajadores se refiere. El sector de las residencias privadas empleaba a más 155.000 trabajadores directos en 2018, alrededor de un 1 % de la población activa en España. “Somos un sector dinámico que genera una actividad económica de más de 4.500 millones de euros al año. El volumen de facturación y la intensidad de creación de puestos de trabajo convierten al sector en una herramienta de reducción del déficit público. La actividad económica generada, de forma directa e indirecta, por el sector de las residencias revierte al Estado a través de una mayor recaudación por IVA, Impuesto de Sociedades, IRPF y cotizaciones sociales”, ha señalado Fernández-Cid. De acuerdo a los cálculos realizados por la FED, por cada euro pagado en una residencia, el Estado recibe 0,41 euros en tributos y cotizaciones. Si tenemos en cuenta que el estado financia solo una parte del precio, por cada euro de gasto público, recibe de vuelta 0,64 euros.
El 25 % de las plazas son de titularidad pública. Del resto de plazas, que está en manos del sector privado, un 26 % son plazas concertadas, con un precio regulado y fijado en función de la renta y nivel de dependencia del usuario.
Sobre el precio, el sector lleva años reivindicando que los precios de concierto se ajusten al coste de los servicios. En este sentido, informe constata que el coste de una plaza pública es de 170 euros al día, mientras que la Administración pública concierta con el sector privado esa misma plaza a 54 euros de media, lo que supone un 300 % menos. “Por eso, no es de extrañar que el 59 % de los ingresos vengan de las plazas privadas”, ha detallado Fernández-Cid.
A todo ello, hay que sumar que el 60 % de los ingresos se destinan a la retribución del personal, 2,2 veces más que la media del sector servicios. “Generamos empleo estable y localizado, eminentemente femenino”, ha expuesto.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la existencia de 5 plazas residenciales por cada 100 personas mayores de 64 años para cubrir las necesidades; sin embargo, en España hay 4,22. Somos deficitarios en alrededor de 66.000 plazas, unas 550 residencias a 120 plazas de media. Cifras que irán incrementándose; de hecho, según PWC, en 2050, será necesario cubrir aproximadamente 400.000 plazas adicionales, lo que supone la construcción de más de 100 residencias nuevas cada año.
“Duplicar la actual cifra de residencias supondría, aproximadamente, una inversión de 35.000 millones de euros y la generación de 150.000 puestos de trabajo adicionales, lo que consideramos un reto factible y razonable, así como una oportunidad. Pero es necesario contar con un entorno favorable y las condiciones necesarias para la inversión y de ese espíritu de colaboración con la Administración que, históricamente, ha funcionado en nuestro país”, señala Fernández-Cid.
Además del informe, la FED ha elaborado un Documento de Propuestas sobre la incidencia de la crisis provocada por el COVID-19 en el sector de las residencias, donde se analizan los problemas coyunturales y estructurales y se aportan soluciones a todos esos problemas. Se ha detectado que buena parte de los problemas preexistentes se han visto agravados por esta emergencia sanitaria, como la financiación o la asistencia sanitaria a los usuarios de las residencias.
Concretamente, el secretario general de la FED, Alberto Echevarría, resumió estas propuestas de mejor en cuatro puntos:
Propuestas de la FED ante el reto del COVID-19
Radiografía del Sector de la Tercera Edad en España. FED y PWC
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