El Hospital Ramón y Cajal ha organizado este martes la «II jornada de calidad asistencial y seguridad del paciente de residencias de mayores», con la presencia de representantes de la Administración Pública y numerosos profesionales del ámbito sanitario y sociosanitario. Durante la sesión, se profundizó sobre los retos en la coordinación asistencial, así como en el abordaje de calidad asistencial y seguridad del paciente en los centros residenciales.
La inauguración contó con la presencia de Carlos Mingo Rodríguez, director gerente del Hospital madrileño; Jesús María Aranaz, jefe de Servicio de Medicina Preventiva y Salud Pública del hospital y catedrático de Ciencias de la Salud de UNIR; directora científica del Instituto Ramón y Cajal de Investigación Sanitaria (IRYCIS); y Carmen González Paz, directora general de Coordinación Sociosanitaria de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid.
A continuación, Rafael Bengoa Rentería, asesor internacional de The Institute for Health & Strategy (SI-Health), hizo balance de las enfermedades que más crecerán en los próximos años, así como la necesidad de invertir y transformar el Sistema Nacional de Salud (SNS) y la innovación en los hospitales, centros de salud y residencias.
Retos en las residencias
Finalizadas las primeras ponencias, tuvo lugo lugar la mesa redonda «Nuevos retos en seguridad del paciente en residencias de mayores», moderada por Cristina Díaz-Agero Pérez, del Servicio de Medicina Preventiva y Salud Pública del hospital. Silvia Lores Torres, directora médica de Grupo Valdeluz, profundizó sobre el uso de sujeciones en los centros residenciales y su impacto en los usuarios, con consecuencias tanto físicas como psicológicas.
A su vez, Alberto Pardo Hernández, subdirector general de Calidad Asistencial de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, profundizó sobre las características del entorno sociosanitario y los principales retos sobre calidad asistencial y seguridad del paciente, como la formación insuficiente de los profesionales y la escasa participación de residentes y familias.
