“Si algo no tiene una persona en situación de Dependencia es tiempo para esperar”, denuncia la presidenta del Círculo Empresarial de Atención a la Dependencia (CEAPs), Cinta Pascual, quien exige a las administraciones que en 2023 adopten medidas urgentes para poner a cero el contador del limbo. “Se lo deben”.
Alarmante resulta, más si cabe, que un 83,5% de las personas que están en esa ‘tierra de nadie’ (161.033) lleven aguardando una respuesta efectiva desde hace más de seis meses o que más de 90.000 españoles con los dos máximos grados de Dependencia reconocida, y por tanto con una necesidad imperiosa de atención, sigan sin contar con una prestación. A esto hay que sumar las 137.683 personas que ni siquiera han logrado que las administraciones les digan si tienen el grado suficiente de Dependencia como para ser merecedor de una prestación.
El tiempo de espera medio en España para recibir atención a la Dependencia desde que se presenta la solicitud era a mediados de año de 326 días, según el propio Imserso. Nada que ver con los 180 días que, por ley, tienen las autonomías como máximo para resolver un expediente. De nuevo, las diferencias entre autonomías son abismales. Frente a los 782 días que tardan en Canarias, los 532 días en Andalucía o los 498 en Murcia, en Castilla y León la administración exclusivamente se demora 125 días en reconocer el derecho o 146 días en el caso del País Vasco.
– 2% del PIB a la atención a las personas: que se destine el 2% del PIB a la atención a las personas, que la Administración Central aportara el 50% de la Dependencia, como marca la norma, y porque se estableciese un IVA único con independencia de quién pague los servicios. “Solo con financiación suficiente será posible hacer sostenible el sistema”, sostiene la presidenta del Círculo Empresarial de la Dependencia.
– Fomento de la prestación vinculada al servicio: garantizar que toda la población con derecho a recibir prestación tenga el recurso necesario, que se fomente la Prestación Económica Vinculada a la Prestación del Servicio y que la prestación económica por cuidado familiar sea, como establece la ley, una excepción y no la regla general.
–Servicio exprés: que se establezca una prestación vinculada al servicio exprés, de tal forma que en el plazo máximo de 2 o 3 meses reciba la ayuda una persona que, de la noche a la mañana, se convierte en gran dependiente y no puede permanecer en su hogar dignamente atendido o aquel que se encuentra al final de vida o necesita cuidados paliativos.
Aunque desde el pasado 1 de agosto han entrado en vigor las nuevas cuantías para la Ley de Dependencia, CEAPs considera que “no se ajustan a las necesidades reales de las personas, ni cubren el reconocimiento a los profesionales de la atención”, sostiene Pascual.
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