AMADE destaca el acompañamiento familiar para promover el bienestar de las personas mayores dependientes

En el marco del Día Internacional de las Familias, que se conmemora el miércoles 15 de mayo, la Asociación Madrileña de Atención a la Dependencia (AMADE) hace un llamado a la sociedad para reflexionar sobre el papel fundamental que desempeñan las familias en el cuidado de los mayores dependientes, tanto de aquellos que permanecen en su hogar como los que son usuarios de centros de día y de residencias.

El envejecimiento es una etapa de la vida que debe afrontarse con el máximo respeto, dignidad y cuidado. Por ello, desde AMADE, reivindican el acompañamiento familiar en este proceso, ya que la presencia activa de los familiares en la vida de los mayores dependientes no solo brinda bienestar emocional, sino que también fortalece los lazos afectivos y contribuye a una mejor calidad de vida.

Pilar Ramos, presidenta de AMADE, enfatiza la necesidad del cocuidado entre los centros residenciales y centros de día y los familiares: «Es fundamental que las familias se involucren de manera activa en el cuidado de las mayores en situación de dependencia”. Según explica Ramos, aunque las residencias y centros de día cuentan con equipos profesionales especializados en el apoyo y cuidado a las personas mayores, “la atención e implicación de los familiares sigue siendo imprescindible. El apoyo emocional y la compañía son aspectos esenciales para el bienestar de las personas mayores dependientes, y el rol de la familia es irremplazable”.

Los centros, en este aspecto, son categóricos y promueven los vínculos familiares desde el primer momento, haciendo partícipes a los familiares del plan de cuidado, pero también facilitando las visitas y favoreciendo los lazos afectivos con actividades que puedan compartir.

Las residencias y centros de día son lugares abiertos donde se ofrece una atención integral y centrada en la persona, basada en las necesidades de los mayores y en sus preferencias y deseos. Pero también es esencial, en la relación diaria, conocer las voluntades de los familiares. “Para nosotros, resulta indispensable tener una comunicación fluida con los familiares. Debemos convertirnos en un equipo bien coordinado si queremos dar respuesta efectiva a las necesidades reales de cuidado. Por esta razón reclamamos su implicación”.