Sanidad

Inteligencia Artificial y Geriatría: transformando el cuidado de las personas mayores

Desde que se presentó ChatGPT en 2020, la inteligencia artificial (IA) ha dejado de ser una fantasía futurista para convertirse en una realidad palpable en diversos campos, incluyendo la medicina. La IA ha captado la atención del mundo entero, transformando sectores y redefiniendo procesos. Dentro de este vasto universo, la geriatría se presenta como una de las áreas con mayor potencial para beneficiarse de los avances tecnológicos. A medida que la población mundial envejece, los retos para proporcionar una atención de calidad y accesible a las personas mayores se multiplican. En este contexto, la IA emerge como una herramienta poderosa que promete revolucionar la atención al mayor, optimizando recursos y mejorando significativamente su calidad de vida.

Por Francisco Javier Martínez Peromingo. Jefe de Servicio de Geriatría de la Fundación Jiménez Díaz.

Actualmente, la IA está encontrando aplicaciones prácticas y efectivas en varios aspectos del cuidado de las personas mayores. Una de las áreas más prometedoras es en el diagnóstico y la monitorización de la salud. Los algoritmos de aprendizaje automático pueden analizar grandes volúmenes de datos médicos para identificar patrones que los humanos podrían pasar por alto. Esto es particularmente útil en la detección temprana de enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer y el párkinson, donde la intervención precoz puede marcar una gran diferencia en la progresión de la enfermedad.

Por ejemplo, un estudio reciente publicado en Nature Medicine demostró cómo un modelo de IA pudo diagnosticar alzhéimer con una precisión del 95% analizando imágenes de resonancia magnética. Estos avances no solo permiten diagnósticos más tempranos, sino que también facilitan el desarrollo de tratamientos personalizados, adaptados a las necesidades individuales de cada paciente.

Además, los dispositivos portátiles equipados con sensores y tecnología de IA permiten la monitorización constante de los signos vitales. Estos dispositivos no solo registran datos, sino que también los analizan en tiempo real para alertar a los médicos y cuidadores sobre cualquier anomalía. Esta capacidad de respuesta inmediata puede ser crucial en situaciones de emergencia, como caídas o problemas cardíacos. Un ejemplo notable es el Apple Watch, con múltiples publicaciones reportando su utilidad por su capacidad de detectar irregularidades en el ritmo cardíaco, alertando a los usuarios y permitiendo intervenciones médicas a tiempo. El equipo dirigido por la doctora Cristina González de Villaumbrosia (geriatra) y el doctor Raúl Córdoba (hematólogo) en el hospital Rey Juan Carlos de Móstoles ha presentado ya resultados de monitorización con wearables de pacientes mayores con cáncer, en concreto linfoma, para detectar precozmente efectos secundarios del tratamiento.

En el ámbito doméstico, los robots de compañía y los asistentes virtuales están ganando popularidad. Dispositivos como ElliQ y Amazon Alexa no solo ayudan con las tareas diarias, sino que también proporcionan compañía y estimulación cognitiva. Estos sistemas pueden recordar a los usuarios que tomen sus medicamentos, programar citas médicas e incluso detectar cambios en el comportamiento que puedan indicar problemas de salud. En un estudio realizado por la Universidad de California, se observó que los usuarios de ElliQ mostraban una mejora significativa en su estado de ánimo y una reducción en los sentimientos de soledad. O, por ejemplo, Alexa es capaz de detectar y avisar de caídas en el ámbito residencial.

Otro ejemplo práctico es el uso de IA en la gestión de la medicación. Sistemas como el dispensador de medicamentos MedMinder utilizan algoritmos para asegurarse de que los pacientes tomen sus medicamentos en el momento adecuado, reduciendo así el riesgo de errores y mejorando la adherencia al tratamiento. Estos dispositivos pueden enviar recordatorios y alertas tanto a los pacientes como a sus cuidadores, ofreciendo una capa adicional de seguridad.

“La IA está siendo utilizada para personalizar la atención en los centros geriátricos”

La IA también está siendo utilizada para personalizar la atención en los centros geriátricos. Plataformas como CarePredict emplean sensores y algoritmos avanzados para monitorear las actividades diarias de los residentes, identificando patrones de comportamiento que puedan indicar problemas de salud. Estos sistemas permiten a los cuidadores intervenir de manera proactiva, mejorando la atención y reduciendo las hospitalizaciones innecesarias.

Perspectivas futuras

Mirando hacia el futuro, las posibilidades de la IA en geriatría son aún más impresionantes. La mejora continua de los algoritmos y la integración de sistemas inteligentes prometen diagnósticos y predicciones aún más precisos. La IA podría prever complicaciones de salud antes de que se manifiesten clínicamente, permitiendo intervenciones preventivas y personalizadas.

Una de las áreas más emocionantes es la rehabilitación y la terapia. Los robots de rehabilitación y los programas de IA adaptativos pueden personalizar las rutinas de ejercicio y seguimiento, ajustándose a las necesidades específicas de cada paciente. Además, la IA puede desempeñar un papel crucial en la detección de cambios sutiles en el comportamiento y la actividad diaria, que podrían ser indicadores tempranos de deterioro cognitivo o emocional.

“Es esencial establecer marcos éticos claros para garantizar que las decisiones tomadas por los sistemas de IA sean justas y equitativas”

Por ejemplo, el robot PARO, un dispositivo terapéutico en forma de foca, ha demostrado ser eficaz en la rehabilitación cognitiva de pacientes con demencia. PARO utiliza sensores y algoritmos de IA para interactuar con los pacientes, proporcionando estímulos sensoriales y emocionales que mejoran su bienestar y ralentizan la progresión de la enfermedad.

En términos de avances tecnológicos, se espera que la integración de la IA con la telemedicina se profundice. La pandemia de COVID-19 ha acelerado la adopción de la telemedicina, y la IA puede potenciar esta herramienta al proporcionar diagnósticos remotos más precisos y seguimiento constante. Un estudio del Journal of Medical Internet Research mostró que las consultas de telemedicina respaldadas por IA reducían significativamente la necesidad de visitas presenciales, mejorando la eficiencia del sistema de salud.

Otra área con un potencial significativo es el uso de la IA para mejorar la movilidad y la independencia de las personas mayores. Exoesqueletos robóticos y dispositivos de asistencia motriz equipados con IA pueden ayudar a las personas con movilidad reducida a realizar actividades diarias, reduciendo su dependencia y mejorando su calidad de vida. Estos dispositivos pueden adaptarse a las necesidades específicas de cada usuario, proporcionando el soporte necesario para caminar, subir escaleras o realizar ejercicios de rehabilitación.

Beneficios y desafíos

Los beneficios de la IA en la geriatría son innegables. La capacidad de mejorar la calidad de vida de las personas mayores es quizá el más importante. La IA puede ayudar a mantener la independencia de los adultos mayores, ofreciendo asistencia sin invadir su privacidad. Además, la optimización de los recursos y el tiempo de los cuidadores y profesionales de la salud es otro beneficio significativo, permitiendo una atención más eficiente y eficaz.

“La implementación exitosa de la IA en geriatría requiere que los médicos, enfermeras y cuidadores estén familiarizados con las tecnologías y sepan cómo integrarlas en su práctica diaria”

Sin embargo, estos avances no están exentos de desafíos. La accesibilidad y la brecha digital son problemas reales que deben abordarse. No todas las personas mayores tienen acceso a la tecnología o las habilidades necesarias para utilizarla. Además, la aceptación y adaptación a la tecnología por parte de las personas mayores y sus familias es un factor crucial para el éxito de la implementación de la IA en el cuidado geriátrico.

La ética y la privacidad también son preocupaciones importantes. El manejo de datos sensibles debe ser realizado con la máxima precaución para proteger la privacidad de los pacientes. Además, es esencial establecer marcos éticos claros para garantizar que las decisiones tomadas por los sistemas de IA sean justas y equitativas.

Un ejemplo de estos desafíos es el uso de algoritmos en la toma de decisiones clínicas. Si bien los algoritmos pueden ofrecer recomendaciones basadas en datos, es fundamental que estas decisiones sean interpretadas y supervisadas por profesionales de la salud para evitar errores y sesgos que puedan afectar negativamente a los pacientes.

Un desafío adicional es la necesidad de una capacitación adecuada para los profesionales de la salud. La implementación exitosa de la IA en geriatría requiere que los médicos, enfermeras y cuidadores estén familiarizados con las tecnologías y sepan cómo integrarlas en su práctica diaria. Programas de formación específicos, como el que dimos la pasada semana en la Fundación Jiménez Díaz y daremos el próximo 6 de junio en el hospital de la Cruz Roja, son esenciales para asegurar que el personal que atiende al paciente mayor vaya comenzando a conocer y utilice estas herramientas de manera efectiva.

Una de las lecciones más valiosas que aprendí durante mi residencia es que en geriatría nunca hay que ir a la última, sino a la penúltima. Este principio se basa en la prudencia de esperar a ver los resultados de los nuevos fármacos en la vida real, más allá de los estudios clínicos, debido a la susceptibilidad de las personas mayores a los efectos secundarios. Sin embargo, en el caso de la inteligencia artificial y dado su potencial beneficio, debemos ser vanguardia. La IA tiene el potencial de transformar el cuidado de las personas mayores, ofreciendo soluciones innovadoras a los desafíos del envejecimiento poblacional.

Para que este potencial se materialice plenamente, es necesario abordar los desafíos de accesibilidad, aceptación y ética. Con un enfoque cuidadoso y considerado, la IA puede no solo mejorar la calidad de vida de las personas mayores, sino también optimizar los recursos y esfuerzos de quienes los cuidan. En última instancia, la integración de la IA en la geriatría representa una promesa emocionante de un futuro donde la tecnología y el cuidado humano trabajan de la mano para crear un mundo más saludable y feliz para las personas mayores.

REDACCIÓN BALANCE

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