Viento a favor para healthcare

Laura Díaz

Directora Healthcare de Colliers

En los últimos meses, la inversión en el sector salud ha experimentado una ralentización, debido a factores como el incremento del precio del dinero, la inflación, la situación geopolítica, el incremento del coste de la energía, de los costes de construcción o de los costes laborales. Sin embargo, la necesidad de nuevas plazas sigue existiendo lo que hace que continúe siendo sólido el futuro de este sector. A pesar del período de reflexión por el que ha pasado el mercado, los gestores y la mayoría de los inversores siguen respaldándolo. 

Tras años de un crecimiento en ascenso, el 2023 se ha caracterizado por inversiones selectivas, donde el desajuste entre las expectativas de oferta y demanda hicieron que se dieran pocas transacciones. Los preacuerdos entre promotores e inversores, sobre todo en desarrollos “llave en mano”, donde el precio estaba fijado han sido difíciles de llevar a cabo debido a esa diferencia en precio que ya no se podía sostener.

Pero el 2024 empieza con un espíritu más optimista entre los inversores institucionales que vislumbran en el segundo semestre, con la previsible bajada de tipos de interés, una reactivación del sector, con un incremento del número de proyectos a desarrollar. Por ello, en este momento existe una ventana de oportunidad para inversores tenedores tradicionales de otros activos, inversores de menor volumen o inversores family offices, que han empezado a prestar atención a un sector que se caracteriza por sus operadores solventes, que firman contratos a largo plazo con garantías.

En general, el sector se centra cada vez más en proyectos Greenfield, que se ajusten a los nuevos requerimientos de sostenibilidad y eficiencia, así como a posibles nuevas regulaciones. Además, la separación entre Opco y Propco está permitiendo a los operadores seguir con sus planes de expansión, que, en estos meses, aunque de manera más pausada, no han dejado de analizar oportunidades, ya que la necesidad de incrementar el número de plazas dentro de sus planes de expansión sigue existiendo.

La inversión no se limita únicamente a las residencias de mayores, un sector que está experimentando una creciente consolidación, pero que aún tiene mucho recorrido por desarrollar, especialmente en nuestro país, el segundo con mayor esperanza de vida en Europa y donde casi el 20 % de la población supera los 65 años. Estas peculiaridades sociales y demográficas de nuestro país nos llevan a desarrollar nuevos conceptos, como el tan comentado Senior Living, un modelo enfocado a personas más independientes. Este concepto condicionado por el tipo de uso del suelo y las licencias otorgadas en cada comunidad autónoma, además del arraigo familiar que todavía existe en España, hacen que, aun cuando está despertando mucho apetito inversor, todavía sea un mercado inmaduro.

 También se está viendo una diversificación hacia otras áreas de actividad, destinando capital a hospitales, donde se ha observado un aumento en la inversión para el desarrollo de nuevos proyectos. En este ámbito, las empresas privadas ya poseen el 28 % del total de los hospitales, marcando una tendencia significativa en el sector. 

Por último, ha habido un notable incremento en la demanda de servicios de salud mental. A pesar de que los trastornos de salud mental son cada vez más comunes, la inversión en este sector sigue siendo claramente insuficiente en relación con otras áreas de la atención médica. Además, los centros privados tienen la capacidad de proporcionar atención continua con una frecuencia que actualmente no puede igualar la atención pública.

Por todo lo anterior, el sector salud sigue siendo un sector en auge, donde el viento sopla a favor, que en los próximos años experimentará un incremento no sólo en volumen de inversión sino en distintos conceptos y modelos de activo que harán que muchos inversores centren su foco en este mercado.