Nuestra revista Balance… cumple 15 años en este 2025. La empresa editora, Senda, y su máxima autoridad, Matilde Pelegrí, como cabeza del proyecto, han decidido celebrarlo y dedicar este número a conmemorar la efeméride. Lógico y hasta necesario. Yo, colaborador casi desde el inicio –no he faltado en ningún número desde abril de 2012–, me doy por aludido y sumo mi testimonio incondicional a este homenaje. Lo hago encantado y con conocimiento de causa. Feliz Cumpleaños.
Creo que la revista ha cubierto y cubre de manera generosa los objetivos para los que nació. Ha sido un escaparate permanente de los problemas relacionados con el mundo de la dependencia, una palabra que inicialmente daba título exclusivo a la publicación. Pero no sólo eso. Durante estos 15 años, sus páginas han recogido otras muchas cuestiones relacionadas con la vida y los problemas de las personas mayores y del mundo en el que viven. Han facilitado información acerca de todos y cada uno de los acontecimientos importantes acaecidos en este ámbito desde 2010, acudiendo a fuentes primarias, con presencia directa en los eventos correspondientes. También a través de infinitas entrevistas, extensas e inteligentes, con los protagonistas implicados en estos temas por toda la geografía española.
Más allá de la información, Balance ha sido también un foro abierto de opinión. Un lugar de confrontación, de debate y de encuentro para el análisis y para la búsqueda de soluciones a los infinitos problemas abiertos vinculados a este sector etario. El campo temático fue y es enorme. Incluye lo que genéricamente llamamos cuestiones sociales, con la dependencia como un telón de fondo inicial, aunque de ninguna manera exclusivo ni antes ni ahora. Pero nunca ha rehuido aquellas otras relacionadas con los problemas que genera la salud del mayor y la forma más adecuada para afrontar los retos derivados de la misma, o con puntos que cabe interpretar entran directamente en el campo de las opciones y decisiones políticas.
La línea de corte ha venido siempre marcada por el respeto. Las formas pueden llegar a ser tan importantes como el fondo. Se ha buscado de manera expresa dignificar al colectivo y luchar en términos activos contra cualquier forma de discriminación por edad. Combatir el edadismo.
Balance es un foro abierto de opinión
Todo ello se ha llevado a cabo con amplitud de miras, generosidad y buenas formas; algo, esto último, que da la sensación de que, lamentablemente, se va perdiendo en estos tiempos. Personalmente, puedo dar testimonio de todas las afirmaciones ante dichas. Declaraba yo en el número con el que se celebraba el décimo aniversario de Balance y lo repito en la actualidad que, a lo largo de esas casi 150 colaboraciones aparecidas con mi firma, siempre me he sentido totalmente libre. Nunca he recibido la menor sugerencia acerca de los contenidos abordados ni nada que pudiera parecerse de forma remota a una mínima censura. Considero esto importante en los tiempos que corren.
Sólo me resta reiterar mis felicitaciones a la revista, pero, sobre todo, al grupo humano que hay detrás. A quienes, con su dedicación, la hacen posible. A los actuales y a los anteriores, con su directora al frente. Feliz cumpleaños y adelante.







