Paralelamente, asistimos a un rápido crecimiento en la digitalización de los servicios tanto públicos como privados. La pandemia ha acelerado este proceso, dando lugar a un aumento significativo en el uso de plataformas digitales para gestionar servicios que abarcan diversos aspectos de la vida cotidiana. Realizar trámites administrativos, solicitar citas médicas o participar en actividades de ocio requiere de un conocimiento y manejo de la tecnología, que, en muchos casos, impacta negativamente en las personas mayores, disminuyendo su nivel de autonomía.
A esta realidad se suma un entorno familiar que, a diferencia de épocas anteriores, presenta una mayor dispersión geográfica debido a motivos laborales o de estilos de vida y que se traduce en modelos de convivencia familiar donde la posibilidad de contar con una red de apoyo cercana, capaz de brindar asistencia, se ve cada vez más reducida.
En este contexto de digitalización social, implementar acciones que fomenten la formación digital de los ciudadanos y el aprendizaje continuo a lo largo de la vida son estrategias fundamentales para prevenir la exclusión social, además de promover un envejecimiento activo y saludable.
Con este propósito, desde la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) y la Organización Iberoamericana de Seguridad Social (OISS) hemos desarrollado un Protocolo para el acceso de las personas mayores a la sociedad digital en Iberoamérica. Está orientado a la mejora de la calidad de vida de los mayores, y tiene como objetivo apoyar a los países iberoamericanos en la formulación e implementación de políticas públicas que aborden las necesidades que esta población tiene en un contexto caracterizado por una profunda transformación digital.
Además del protocolo, hemos puesto a disposición una guía que orienta sobre los pasos a seguir para llevar a cabo un proceso de formación digital específicamente diseñado para los mayores, y que está dirigida tanto a profesionales en creación digital, adultos mayores, como a personas o instituciones relacionadas. Se trata de promover iniciativas que se orientan a lograr una educación de calidad para todos, que promueven el aprendizaje a lo largo de la vida y que garantizan la igualdad de condiciones en el acceso a la digitalización, reduciendo la brecha digital, y bajo la premisa de que la inclusión digital, además de un derecho, es también una herramienta transversal para la inclusión social.
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