Ana de la Hoz
Directora de la Residencia las Hoces de Cuenca
“Con la edad, podemos enfermar, pero tenemos derecho a ser cuidados, a seguir desarrollando nuestro proyecto de vida y a ser felices”, explica Ana de la Hoz, directora de la Residencia las Hoces de Cuenca donde se desarrolla “Contigo”, un proyecto que ha superado todas las expectativas que tenían. Las personas mayores lo han acogido con los brazos abiertos y las profesionales han percibido un enriquecimiento muy importante en las dinámicas y actuaciones que desarrollan. Hasta el momento, más de 120 personas mayores, familiares y trabajadores de esta residencia se han beneficiado, pero quieren que se siga extendiendo a otros centros.
Durante y tras la pandemia, la situación emocional de toda la comunidad que forma el centro, residentes, familiares y trabajadores, estaba y quedó muy afectada. Vimos que había que buscar caminos para que hubiera espacios de apoyo emocional que fueran trasversales a la dinámica del cuidado y atención diaria, donde se sintieran singulares y a la vez acompañados y apoyados, que les aportara esperanza y momentos de felicidad, donde los profesionales desarrollaran su labor técnica a través de actividades significativas para ellos en el día a día. Por ello, pedimos un proyecto como es el “Contigo”, que ha superado nuestras expectativas iniciales. Sus dos profesionales, trabajadora social comunitaria y psicóloga, han entendido a la perfección lo que se necesita en un centro residencial de mayores para que las personas se sientan felices y lo sientan como su mejor hogar.
Con los brazos abiertos. Han llenado su tiempo libre haciendo cosas que les gusta y les hace sentirse bien. Se sienten protagonistas, pues son ellos los que eligen lo que quieren hacer. Los días que no están, aunque tengan otras actividades terapéuticas en el centro, manifiestan que están aburridos.
Además de apoyo personal, que se ha dado a menudo desde el proyecto cuando se les ha requerido por parte de cualquier profesional, el equipo técnico ha observado un enriquecimiento muy importante en las dinámicas y actuaciones que se desarrollan desde el mismo, completándose con una visión importantísima psicosocial que ha llevado a mejorar los resultados en los programas de atención a cada usuario y en la dinámica de actuaciones en el centro. Su intervención ha repercutido directamente en la mejora, formación y reflexión sobre el buen trato a las personas mayores en el centro.
“Contigo” ha repercutido directamente en la mejora, formación y reflexión sobre el buen trato a las personas mayores en el centro
Apertura, respuesta a las necesidades de sentirse bien de los mayores y olvidar los malos momentos. Se sentían escuchados. También fue un apoyo al equipo técnico, que estaba muy afectado por la pandemia.
La evolución del proyecto, como del mismo centro, es hacia la humanización en la atención. Por esto hemos comenzado y estamos inmersos en un proceso de poder hacer una Atención Integral y Centrada en la Persona, con un proyecto piloto que estamos desarrollando, donde, además de ofrecer servicios y atenciones, se facilita a las personas apoyos emocionales y nuevas oportunidades de vida. Se sitúa a la persona en el centro de nuestra intervención; cuidando también a los y las profesionales que se comprometen en el día a día con una buena praxis.
A más de 120 personas mayores, sus familiares y trabajadores de la casa.
El bienestar y disfrute de los mayores, recuperando la ilusión por tener un proyecto de vida, la tranquilidad y apoyo emocional a las familias que han acudido al proyecto o han participado y acompañado en las actividades, y la implementación y mejora del equipo profesional del centro.
Sin duda. Ahora muchos profesionales se sientes más implicados e intervienen con propuestas para mejorar la vida de cada persona residente, observando sus gustos y preferencias.
Su filosofía, el saber descubrir como desean las personas ser tratadas y llevar ahí la atención. El tratar como nos gustaría a nosotros ser tratados y escuchados: en nuestro entorno, sin mesa de despacho por medio, codo con codo, sintiéndonos singulares, escuchados y acompañados.
Porque la buena atención no es únicamente estar bien cuidado con servicios, también es necesario el apoyo emocional y el buen trato humano y dar nuevas oportunidades para que los mayores se sientan bien, acompañados y felices en su proyecto de vida.
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