José Manuel Ropero Campos, subdirector general de Mayores y Prevención de la Soledad No Deseada del Ayuntamiento de Madrid.
José Manuel Ropero Campos, subdirector general de Mayores y Prevención de la Soledad No Deseada del Ayuntamiento de Madrid.

«Mayores Prematuros supone una visión pionera, ya que persigue un cambio de paradigma social, realizando una propuesta inclusiva»

José Manuel Ropero Campos

Subdirector general de Mayores y Prevención de la Soledad No Deseada del Ayuntamiento de Madrid

La longevidad de las personas con Síndrome de Down ha aumentado significativamente en las últimas cinco décadas, incrementándose en 30 años, lo que supone una esperanza de vida cercana a los 60. Sin embargo, este envejecimiento precoz presenta desafíos únicos que requieren una atención especializada. Por ello, y en un esfuerzo por promover la inclusión y celebrar la longevidad de las personas con Síndrome de Down, el Ayuntamiento de Madrid ha ampliado un innovador proyecto de integración en los centros municipales. “Mayores Prematuros”, desarrollado en colaboración con la Fundación Síndrome de Down, ha emergido como una oportunidad para aquellos que enfrentan el desafío del envejecimiento precoz y la discapacidad intelectual. 

Este programa, destinado a personas con síndrome de down mayores de 40 años, se ha convertido en un recurso de referencia para la participación activa en un entorno inclusivo que se adapta a su etapa evolutiva y necesidades específicas. El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha expresado el compromiso del Ayuntamiento con la expansión del proyecto a otros centros municipales, reconociendo su importancia en la lucha contra la soledad no deseada y el fomento de la integración. El programa aborda estos desafíos mediante la prevención y detección temprana de síntomas de declive funcional, promoviendo la autonomía y la calidad de vida a través del desarrollo de habilidades sociales, cognitivas y emocionales. De todo ello nos habla José Manuel Ropero Campos, subdirector general de Mayores y Prevención de la Soledad No Deseada del Ayuntamiento de Madrid.

¿Qué inspiró la creación de “Mayores prematuros”?

El proyecto ‘Mayores Prematuros’ es un proyecto puesto en marcha por el Ayuntamiento, junto a la Fundación Síndrome de Down, que pretende, según el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, “proporcionar nuevas habilidades a las personas con Síndrome de Down que alcanzan una determinada edad”. Gracias a los avances sanitarios, éstas tienen una mayor esperanza de vida y, por ello, necesitan una atención más temprana, pero igualmente necesaria. A tal fin se ha desarrollado este proyecto piloto para que puedan desarrollar actividades socioculturales, de ocio y deportivas con personal especializado. Uno de los motivos que justifican su razón de ser es hacer visible una realidad presente en la población que no ha tenido protagonismo social porque ha estado principalmente protegida en el entorno de la propia familia. 

¿A qué desafíos se enfrentaron al implementarlo como experiencia piloto?

Para poder asegurar una mejor calidad vital se requiere abordar con nuevas medidas el envejecimiento prematuro que les afecta, y este programa lo hace mediante la prevención y detección de los síntomas de declive funcional. Para lograrlo se realiza una atención temprana que ayuda a combatir la pérdida de capacidades y a mantener la mayor autonomía, fomentando tanto sus habilidades sociales como cognitivas (atención, lenguaje, orientación, autorregulación) y emocionales (autoestima, empatía o seguridad).

“El proyecto pretende hacer visible una realidad presente en la población que no ha tenido protagonismo social porque ha estado protegida en el entorno de la propia familia”

En la medida en que van teniendo una mayor longevidad se trata de establecer las mejores medidas para que sigan desarrollando sus potencialidades y capacidades, y en ello su integración en los centros de mayores municipales es un elemento que está contribuyendo a generar sinergias gracias a nuevas iniciativas y a realización de actividades socioculturales.

¿Qué tipo de actividades se ofrecen dentro del proyecto y bajo qué criterios se seleccionaron?

El proyecto piloto se implantó en 2022 en el Centro Municipal de Mayores La Vaguada, que es donde primero se ha desarrollado, y en su seno se ofrecen diferentes actividades y talleres en los que participan los adultos con discapacidad intelectual, tales como taichí, teatro inclusivo, gimnasia al aire libre, relajación, sudoku, dominó o acuarela. Actividades que permiten a las personas con Síndrome de Down seguir estando activos al poder desarrollar tanto actividades físicas como artísticas o creativas. Cabe destacar que este programa también permite proporcionar un espacio de atención a las personas cuidadoras; si cuidamos a quienes cuidan aseguramos que las personas cuidadoras también tengan momentos de respiro, descanso y desconexión. 

Los criterios que se siguen para la selección de actividades pretenden facilitar, mediante actividades socioculturales y de ocio, un programa que lo que busca es potenciar el desarrollo integral cognitivo, físico, social, emocional y lingüístico de personas con discapacidad intelectual, mayores de 40 años que ya se han retirado de la vida laboral, de forma que puedan optimizar sus competencias en un entorno colaborativo y creativo. Los participantes, usuarios del centro ocupacional de la Fundación Síndrome de Down de Madrid, acuden al centro de mayores dos días a la semana para realizar talleres inclusivos de teatro y acuarela, dos disciplinas artísticas que les proporcionan nuevos códigos para comunicarse, expresarse y vincularse con su entorno.

“Este programa también permite proporcionar un espacio de atención a las personas cuidadoras”

¿Cómo se involucran las familias y cuidadores de las personas con Síndrome de Down en el proyecto?

Es evidente que este proyecto, convertido ya en servicio, está dando respuesta a la demanda de las entidades de apoyo a personas con discapacidad y a las familias cuidadoras, a quienes, además, se les posibilitan unos momentos muy necesarios de respiro y desconexión en la tarea del cuidado.

La propuesta recogida en el Artículo 19 de la Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad nos señala que el modelo más eficaz para aquellas personas con discapacidad intelectual que envejecen es el que adecúa los apoyos y servicios a la realidad de las personas en el mismo lugar donde están, y sin crear servicios segregados especializados alejados del contexto donde el sujeto ha crecido y ha vivido durante muchos años.

José Luis Martínez-Almeida, alcalde de Madrid.
José Luis Martínez-Almeida, alcalde de Madrid.

Respecto de las familias, existe el reconocimiento creciente por el que muchas afrontan efectiva y positivamente las demandas adicionales experimentadas en la crianza de un niño con discapacidad. En general, todas las familias en las que hay un niño con discapacidad necesitan información y orientación precisas y prácticas, y por ello es esencial una información que les ayude a comprender la conducta de la persona con Síndrome de Down y la suya propia. La mayoría de ellas necesitarán algún tipo de apoyo en diferentes momentos, y muchas necesitan una ayuda práctica que debe ser fácil y rápidamente accesible. Es decir, que las familias precisan tener acceso a unos servicios regulares, flexibles y competentes.

De ahí que este proyecto suponga una red de ayuda donde sería necesario incluir una mayor relación entre las familias y aumentar el número de personas que proporcionen apoyo emocional para facilitar orientación y asistencia utilitaria y ayuda práctica.

¿Cómo han sido las interacciones entre los participantes con Síndrome de Down y los usuarios del Centro Municipal de Mayores La Vaguada?

Con estas actividades lo que se busca es fomentar la convivencia y la socialización entre personas con Síndrome de Down y las personas usuarias del Centro Municipal de Mayores La Vaguada. Gracias a “Mayores Prematuros”, en este espacio de encuentro se promueve una cultura inclusiva a partir de la sensibilización mediante la experiencia directa y sostenida, generando así un impacto significativo por lo favorable que resulta en las personas mayores sin discapacidad intelectual. Pero no solo. La interacción está aportando elementos favorables con un doble impacto: al observarse un aumento en las posibilidades y capacidades que muestran las personas con Síndrome de Down como consecuencia del grado de vinculación que mantienen con las personas mayores usuarias del Centro Municipal de Mayores; unas personas mayores con quienes han forjado vínculos de colaboración y amistad que les está aportando a ambos un beneficio recíproco en su estado de bienestar.

En resumen, esta interacción está demostrándose muy positiva y útil, al provocar una influencia mutua entre las personas mayores sin discapacidades intelectuales y las personas con Síndrome de Down que está resultando tan beneficiosa como estimulante.

¿Qué feedback están obteniendo para calificar este proyecto como un éxito?

La actuación para lograr una longevidad de calidad en esta población se centra en potenciar su inclusión en la comunidad. En este sentido, valorando el análisis de los objetivos perseguidos por los centros municipales de mayores vemos que éstos ofrecen un entorno normalizado que les permite poder interactuar con personas con las que les resulta sencillo compartir gustos y experiencias similares, además del desafío conjunto de trabajar para conservar la memoria o la movilidad.

“La actuación para lograr una longevidad de calidad en esta población se centra en potenciar su inclusión en la comunidad”

En este contexto, la iniciativa que se ha buscado implantando este proyecto supone una visión pionera, ya que persigue un cambio de paradigma social, realizando una propuesta inclusiva que atiende a la diversidad de personas que presentan una misma realidad y objetivos. Lo que ha demostrado este programa piloto, en palabras del delegado de Políticas Sociales, Familia e Igualdad, es que puede haber una complementariedad entre las personas mayores y las personas con discapacidad intelectual, motivo por el que comparten los diferentes talleres, así como la participación en obras de teatro inclusivas. 

¿Qué calendario de acciones manejan para expandir el servicio a otros centros municipales de Madrid?

Este servicio se ha testado con éxito y está en la línea de otros programas del Gobierno municipal para paliar la soledad no deseada en Madrid. De hecho, se está estudiando cómo ampliar a otros centros municipales a la vista de los excelentes resultados de acogida que apunta su implantación. Aún no se ha establecido el calendario para replicarlo, pero la idea es extenderlo primero en el distrito de Fuencarral-El Pardo, por su cercanía con el Centro Ocupacional de Down Madrid, lo cual facilita los desplazamientos y la complementariedad de ambos recursos.

“Este servicio se ha testado con éxito y está en la línea de otros programas del Gobierno municipal para paliar la soledad no deseada en Madrid”

En todo caso, este es un proyecto pionero e innovador que atiende a la diversidad de personas que comparten una misma realidad: una buena vejez. 

Al tiempo, se encuentra fundamentado en la Convención Internacional de Naciones Unidas sobre los derechos de las personas con discapacidad, favoreciendo la igualdad de derechos y libertades que tiene cualquier ciudadano que comienza un proceso de envejecimiento. Por último, recordar que es un proyecto que refuerza las alianzas entre la Administración pública y una entidad del Tercer Sector (en este caso Down Madrid) con la posibilidad de poder ser replicado por otros centros de mayores como experiencia de éxito. 

¿Qué consejos daría a otras comunidades interesadas en implementar un proyecto similar?

Los estudios más solventes indican la importancia de la prevención, la detección y la instauración de hábitos de vida saludable y tratamientos tempranos para minimizar los efectos negativos del envejecimiento temprano en personas con discapacidad intelectual. Es decir, que existe un gran consenso en la idea de que los principios de actuación para lograr un envejecimiento de calidad en esta población se deben centrar en potenciar su inclusión en la comunidad, su autodeterminación y en que reciban el máximo apoyo familiar.

También es cierto que cada vez más personas con discapacidad intelectual se encuentran en la etapa de la vejez, y la mayoría de estos estudios coinciden en considerar los 45 años como el momento en el que las personas con discapacidad intelectual (particularmente las personas con Síndrome de Down) empiezan a manifestar los síntomas de declive funcional que indican el inicio del envejecimiento prematuro. A esta edad las personas con discapacidad comienzan a manifestar pérdida de capacidades lo que lleva a considerar medidas como este proyecto piloto que supongan una respuesta al aumento de la esperanza de vida de las personas con síndrome de Down, que actualmente se acerca a los 60 años.   

Es, por lo tanto, imprescindible que continúen el mayor tiempo posible, siempre y cuando su estado de salud y mantenimiento de las competencias lo permitan, desarrollando las tareas que han venido realizando los últimos años y participando en la medida de lo posible en entornos normalizados. Lo cual no implica que las personas mayores con discapacidad intelectual no puedan participar y beneficiarse de programas que atiendan sus necesidades comunes al envejecimiento en un entorno inclusivo como son los Centros Municipales de Mayores.

Es complicado dar cierto tipo de consejos cuando las circunstancias particulares de cada supuesto no permiten aplicar recetas generales para cada caso concreto. No obstante, entendiendo que lo primero es el bienestar de las personas con Síndrome de Down, bien podría concluirse lo siguiente: a cada administración o institución según su capacidad, y a cada realidad concreta según su necesidad.

Hacia unos centros de mayores diversos e inclusivos

Respecto al impacto del proyecto en las personas que participan en él, para Ropero Campos “ha generado impactos directos en dos direcciones, pues al tiempo que potencia a la persona adulta con discapacidad intelectual, promueve competencias y ralentiza la aparición de signos de envejecimiento precoz, dentro de un entorno normalizado. También genera consecuencias significativas positivas en el entorno de personas mayores sin discapacidad intelectual, provocando un cambio de imagen de la persona adulta con discapacidad intelectual en cuanto a sus posibilidades, y esta experiencia aporta un gran estado de bienestar”.

Asimismo, y respondiendo a si existe algún aspecto que les haya sorprendido durante el proceso, Ropero Campos reconoce que “posiblemente, el factor sorpresa resida en el impacto observado que afecta y transforma la dimensión social de los centros de mayores, pasando a considerarse ahora como centros de diversidad e inclusión que ofrecen un entorno en donde se promueve la posibilidad de que la persona mayor con discapacidad intelectual pueda ejercer en plenitud los derechos de participación ciudadana que le son inherentes”.

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