El nuevo modelo asistencial propuesto por la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades surgió a raíz de dos viajes institucionales y empresariales, organizados por Federación de Castilla y León de Residencias de la Tercera Edad (ACALERTE). En Alemania, intercambiaron experiencias sobre el desarrollo de la Ley de Dependencia y, en Suecia, conocieron su sistema de servicios sociales, que supuso el origen del actual modelo de atención que está implantando Castilla y León.
Durante el viaje a Estocolmo, en septiembre de 2009, representantes de la Consejería y de la Gerencia de Servicios Sociales, así como empresarios de ACALERTE, establecieron contactos con representantes políticos y de servicios sociales estatales, regionales y municipales con competencias en servicios sociales. “Los temas más destacados que se abordaron fueron los relacionados con la formación, la organización y la gestión de los servicios sociales. Se visitaron residenciales para la atención a personas mayores y con demencias, equipamientos multiservicios, viviendas colectivas y servicios domiciliarios”, explica el presidente de ACALERTE, José María Delgado.
La consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades de Castilla y León, Milagros Marcos, reconoce que, desde el primer momento, “nos gustó el modelo multiservicio, porque en la prestación del servicio prima la persona y la atención es más personalizada. En la misma línea creamos nuestra Ley de Servicios Sociales, que se aprobó el año pasado, y que también está centrada en la persona”.
Asimismo, el presidente de la patronal asegura que, tras este viaje, “surgió la idea de modificar el actual Decreto 14/2001 regulador de las condiciones y requisitos para la autorización y el funcionamiento de los centros de carácter social para las personas mayores y sustituirlo por un nuevo modelo asistencial para Castilla y León. De la misma manera, comprobamos que era necesario llegar a un acuerdo sociosanitario para trabajar de manera coordinada”.
Otra cuestión que terminó de convencer a la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades, es que ya se habían probado con éxito las unidades convivencia en el área de discapacidad e infancia. “Con la experiencia adquirida, pensamos que el modelo sería fácilmente extrapolable al sector de mayores y dependencia. De forma paralela, detectamos que usuarios y profesionales de los servicios sociales demandaban un modelo de atención residencial alternativo, que huyera del hospitalario y que se aproximara a un verdadero hogar. Así, Castilla y León, partiendo de la experiencia sueca, está desarrollando su propio modelo, adaptado a las particularidades de nuestra comunidad autónoma”, subraya Marcos.
En ese sentido, la residencia de Los Royales, en Soria, es un banco de pruebas. Se trata, como define la consejera, de un modelo de centro “vivo, abierto, más atractivo y flexible, y de mayor calidad”, que gira alrededor de la persona y que permite que se estrechen los lazos de convivencia entre las personas mayores.
Estos nuevos centros multiservicios, además de residencia permanente, dispondrán de estancias temporales, centro de día y de noche. Pero también abrirán sus puertas para que los no residentes acudan “a tomar un café, comer, dormir un fin de semana… e, incluso, utilizar el servicio de lavandería”, explica Marcos.
La atención residencial tradicional también experimentará un cambio sustancial. En este nuevo modelo, con centros de no menos de 50 plazas, uno de los pilares fundamentales serán las unidades de convivencia. En lugar de habitaciones dispuestas alrededor de un pasillo, se plantean unidades formadas por grupos de 12 personas. Los residentes tendrán su habitación, pero compartirán dentro del mismo módulo sala de estar y multiusos, comedor y un espacio para los auxiliares de enfermería. “La idea es que los residentes puedan personalizar su entorno, decoren la habitación de forma hogareña o tengan un espacio para compartir con sus familiares. En definitiva, que conciban el centro como su propia casa”, indica Marcos.
Cada uno de los residentes contará con un profesional de referencia, que le prestará una atención directa, y hará un seguimiento individualizado de sus rutinas y cuidados. “Buscamos que el mayor y su cuidador establezcan un estrecho vínculo, lo que reportará importantes beneficios para el usuario. Pero también para el trabajador, porque se sentirá más unido a las personas a las que cuida, se implicará y estará más satisfecho de su trabajo”, declara Marcos. Este cuidador de referencia se encargará, además, de informar a la familia y promover su participación en la atención que reciben los mayores.
De esta manera, tal y como ha explicado la consejera, el modelo se basa en cuatro principios: “Individualidad, intimidad, adaptación del centro a la persona e implicación de la familia. El objetivo final es garantizar el derecho de la persona a tomar el control sobre su vida”.
La coordinación sociosanitaria cobra especial importancia en este nuevo modelo de atención, sobre todo en lo referente a la farmacia hospitalaria y a las unidades de convalecencia. Respecto a estas últimas, continúa la consejera, “están diseñadas para aquellos mayores que, tras abandonar el hospital, siguen necesitando cuidados sanitarios, superiores a los que ofrece una residencia tradicional. En los centros multiservicios se habilitarán camas, donde el usuario podrá ser atendido en las dos vertientes: social y sanitaria, lo que mejorará el servicio y aumentará la eficiencia del sistema sanitario. En centros de hasta 50 plazas, sobre todo en el medio rural, no será obligatorio tener médico y la atención sanitaria será prestada por los profesionales del Sistema Público de Salud. Hasta ahora, era obligatorio tener médico en todos los centros”. Fruto del convenio firmado entre Familia e Igualdad de Oportunidades y Sanidad para la coordinación sociosanitaria, “estamos elaborando el mapa donde se ubicarán estas camas de convalecencia, que ayudarán a disminuir las plazas libres”, declara la consejera.
Pros y contras del nuevo modelo de atención residencial, elaborado por ACALERTE
PROS
CONTRAS
Al igual que en Suecia, el nuevo modelo asistencial de Castilla y León contará con unos indicadores de calidad. “Esperamos que nos dejen participar en la elección de los indicadores y que el modelo sea consensuado por todas las partes implicadas”, asegura Delgado.
Una vez testado en la residencia pública de Soria y en centros privados, el siguiente paso será la aprobación del decreto que defina y regule el modelo. La Junta de Castilla y León ya trabaja en la redacción del borrador del decreto, que pretende encontrar el máximo consenso del sector y que, previsiblemente, estará cerrado este mismo año o a principios de 2013.
Un profesional de referencia o gestor de casos coordina, supervisa y hace el seguimiento de la atención que recibe la persona mayor, con el fin de que sea de calidad y adecuada a su grado y nivel de dependencia. Pero, además, el mayor contará con diferentes profesionales en función de su necesidad: fisioterapeuta, terapeuta, auxiliar… Paralelamente, se ofrecen vías y apoyos para promover su participación comunitaria, prestando especial atención a aquellas personas que se encuentran en riesgo de aislamiento y soledad.
“Con estas experiencias piloto se evaluará rigurosamente el incremento de la calidad de vida de las personas, así como la eficiencia y sostenibilidad de las medidas a implantar. Uno de los objetivos del proyecto es evitar institucionalizaciones en residencias y el uso innecesario de los ingresos hospitalarios y de otros consumos sociosanitarios”, incide Zabaleta. En opinión de la consejera, la institucionalización del mayor no depende del nivel ni del grado de dependencia, “sino de las condiciones que haya en cada domicilio. Si la casa no reúne las condiciones, el mayor estará mejor en una residencia. Pero todas las personas pueden ser atendidas en el domicilio”.
En cuanto a los centros residenciales, “estamos experimentando las unidades de convivencia, que reproducen un ambiente similar al del domicilio y se establece una relación con el gestor de casos y los profesionales de referencia. Además, se incorporan actividades de la vida cotidiana”, reconoce la consejera.
“Es una nueva mirada al proceso de envejecimiento. Se trata de promover la autonomía. Aunque las personas sufran algún tipo de dependencia son capaces de decidir, pensar y expresar sus preferencias y eso es lo que tiene que primar en el modelo de atención. A partir de ahí, se derivan cambios en las estructuras de las propias residencias, en los perfiles profesionales de los cuidadores y en la coordinación efectiva y eficaz del espacio sociosanitario”, concluye Zabaleta.
Modelo Sueco
Los centros residenciales de Suecia están integrados por apartamentos equipados con baño, cocina y habitación, que los residentes decoran con sus propios muebles y pertenencias. Los apartamentos donde viven las personas que necesitan atención las 24 horas del día, forman pequeñas unidades de convivencia agrupadas alrededor de una cocina, comedor, sala de estar, terrazas y/o jardín de uso común.
En los centros grandes, suele haber dos tipos de apartamentos: con servicios y agrupados en unidades de convivencia. En la planta baja, normalmente hay un centro de día y espacios abiertos a los vecinos del barrio: restaurante, café, sala de actos, biblioteca, peluquería, podología, sala de fitness…
Los usuarios pagan aparte el alquiler y la comida, pero las personas con bajos ingresos pueden solicitar un subsidio estatal para el alquiler. Además, existe una tarifa máxima para los cuidados, establecida por el Gobierno sueco, que se actualiza cada año en función de la evolución del índice de precios.
Por otra parte, el modelo sueco intenta mantener a las personas mayores o dependientes el mayor tiempo posible en su casa. Por lo tanto, potencia al máximo la asistencia a domicilio e intenta agrupar a los mayores en zonas más pobladas, donde se puede ofrecer mejor calidad en los servicios.
El Gobierno ha elaborado, conjuntamente con la Asociación de Municipios y Provincias, unos Indicadores de Calidad de la Atención a las Personas Mayores, con el fin de controlar el servicio que prestan los proveedores que gestionan centros y servicios públicos. Por su parte, el Ayuntamiento de Estocolmo aplica también a centros residenciales y a los servicios a domicilio unos indicadores de calidad, que pretenden facilitar la elección de centros por parte de los mayores o de sus familiares.
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