Inteligencia Artificial al servicio de la teleasistencia: una innovación constante en los cuidados

Inteligencia Artificial al servicio de la teleasistencia para impulsar los cuidados de las personas mayores.
Inteligencia Artificial al servicio de la teleasistencia para impulsar los cuidados de las personas mayores.

ViveLibre

Héctor Díez Caso. CEO de ViveLibre

«Estamos ante un cambio de paradigma. Los dispositivos pasan a un segundo plano en favor de los algoritmos, de nuestra capacidad para extraer información de los datos y crear valor a partir de la misma»

Héctor Díez Caso. CEO de ViveLibre.

En ViveLibre preferimos hablar de «teleasistencia multifactorial». Creemos que este concepto refleja mejor hacia dónde nos dirigimos: una aproximación holística a los servicios de atención remota.

Estamos ante un cambio de paradigma, donde el valor no está sólo en los dispositivos en sí mismos, sino en los datos que generan y, sobre todo, en el análisis avanzado y el uso inteligente que hacemos de esa información. El verdadero valor está en cómo procesamos y convertimos esos datos en acciones preventivas capaces de anticipar riesgos, detectar patrones y ofrecer respuestas personalizadas.

El desafío actual no es la falta de sensores, ya que podemos medir prácticamente cualquier magnitud física. Sin embargo, trasladar esta información al usuario de forma poco precisa y descontextualizada no aporta un valor real.

El reto está en cambiar el enfoque, dejando atrás la dependencia de los dispositivos y centrándonos en el tratamiento efectivo de la información. Es crucial poner el foco en la interoperabilidad entre sistemas de recolección y análisis para que los datos generados aporten un valor tangible al servicio. No se trata de medir más, sino identificar qué información genera valor real para elevar la calidad y eficiencia de nuestros servicios.

La inteligencia artificial (IA) juega un papel fundamental en este proceso. En ViveLibre llevamos tiempo trabajando en algoritmos predictivos y sistemas que permiten anticipar riesgos, optimizar la atención y mejorar los resultados.

Además, desarrollamos y controlamos todos los aspectos de la tecnología que sustenta nuestras soluciones. De hecho, hemos sido una de las primeras –si no la primera– empresas en España en diseñar y fabricar un smartwatch desde cero como parte de nuestra solución de teleasistencia multifactorial.

Aunque los avances tecnológicos impulsan esta evolución, el cambio no depende solo de la tecnología. Hace años que contamos con las herramientas necesarias para mejorar los servicios, pero estas innovaciones no siempre llegan al usuario, ya sea por falta de incentivos o licitaciones públicas restrictivas o falta de entidad del mercado privado para generarlos. A esto se suma que los cambios en las soluciones se deben de introducir gradualmente, ya que el usuario necesita adaptarse. Sin embargo, es difícil imaginar que el usuario del futuro, acostumbrado a móviles y portátiles, acepte un modelo de teleasistencia como el actual.

Creo firmemente que la colaboración público-privada es esencial para impulsar este cambio. Las administraciones deben actuar como promotoras de la innovación, creando marcos que faciliten el desarrollo de servicios centrados en las personas.

Proyectos como «Apoyos Conectados» y RUMBO nos han permitido probar este nuevo modelo en cientos de hogares. Estos proyectos no son solo una muestra de lo que podemos hacer hoy, sino un punto de partida hacia el futuro de la teleasistencia, donde la personalización y la proactividad serán esenciales.

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