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Gerontogimnasia, una aliada física, cognitiva y emocional para un envejecimiento activo

Gerontogimnasia, una aliada física, cognitiva y emocional para un envejecimiento activo.
Gerontogimnasia, una aliada física, cognitiva y emocional para un envejecimiento activo.

La pérdida de fuerza muscular es uno de los primeros signos del envejecimiento, aunque a menudo, en las fases más tempranas, pasa desapercibida debido a su desarrollo lento y progresivo. Este proceso gradual de pérdida de masa y fuerza muscular, conocido como sarcopenia, es uno de los grandes desafíos a los que se enfrentan los profesionales dedicados al cuidado y bienestar de las personas mayores. La detección precoz y la intervención multidisciplinar resultan fundamentales para prevenir las consecuencias funcionales, emocionales y sociales asociadas a esta condición.

Como respuesta y solución a la aparición de la sarcopenia, la gerontogimnasia resulta una herramienta fundamental. Y va más allá del ejercicio físico. Su práctica regular contribuye a mejorar la fuerza, la movilidad articular y la coordinación, de igual forma que refuerza las capacidades cognitivas y favorece el bienestar emocional de los mayores en los centros residenciales. A través de sesiones adaptadas, dinámicas y motivadoras, los profesionales promueven una mejor calidad de vida y una mayor participación en el centro o el entorno comunitario.

Trabajo multidisciplinario

Sin embargo, antes de comenzar un programa de gerontogimnasia, es necesario realizar una evaluación individual que permite conocer el estado físico, funcional y de salud de cada usuario. Silvia Romero del Cura, coordinadora de Fisioterapia del centro residencial Sanitas La Moraleja, destaca que “esta valoración incluye una entrevista inicial donde se recogen los antecedentes médicos, los tratamientos en curso y las posibles limitaciones físicas».

“Posteriormente, se aplican pruebas funcionales adaptadas a la edad, como el test de la marcha, la prueba de levantarse y sentarse de una silla, o el test de equilibrio. También se evalúa la movilidad articular, la flexibilidad y la fuerza, junto con cuestionarios que valoran el nivel de autonomía y la capacidad para realizar actividades de la vida diaria. Con toda esta información, se diseña un programa adaptado a las necesidades y capacidades de cada persona”, agrega.

Con el objetivo de conseguir los mejores resultados y retrasar al máximo la dependencia, es esencial el trabajo interdisciplinar, en el que los fisioterapeutas son los grandes protagonistas, con la colaboración de otros profesionales, como los terapeutas ocupacionales o los auxiliares. Estos últimos pueden señalar las actividades o movimientos en los que los usuarios presentan mayores dificultades o, cuando sea necesario, llevar a cabo ellos mismos la dinámica mediante sesiones grabadas.

Primeras señales de fragilidad

La gerontogimnasia previene el riesgo de caídas en las personas mayores.

Dos fisioterapeutas de Amavir Villaverde (Madrid), Miguel Ángel Cano Conejero y Joaquín Rabadán Martínez, hacen hincapié en la importancia de la detección precoz porque “la debilidad muscular deriva en dificultad para realizar actividades básicas como vestirse y caminar”. Entre las primeras señales de debilidad o fragilidad muscular en el adulto mayor, las más comunes, según explican, son las siguientes:

  • Dificultad a la hora de levantarse de la silla o de la cama sin ayuda.
  • Disminución de la velocidad y pérdida de equilibrio o seguridad en la deambulación, con pasos más cortos, arrastre de pies o uso de mobiliario para apoyarse.
  • Fatiga inusual al realizar las actividades más cotidianas.
  • Reducción de la fuerza de agarre, o con dificultad para abrir botes.
  • Pérdida de masa muscular, que es visible a simple vista como en el contorno de brazos y piernas.
  • Disminución de la actividad física espontánea, donde la persona evita moverse o hacer ejercicio.
  • Exceso de tropiezos o caídas sin una causa evidente y que se repiten en el tiempo.

Una práctica segura y motivadora

Los fisioterapeutas señalan que detectar a tiempo estas señales “ayuda a preservar la salud, la funcionalidad y la calidad de vida”. En este sentido, la práctica regular de sesiones de gerontogimnasia, de forma segura y motivadora, bajo la supervisión de los propios fisioterapeutas, aporta beneficios físicos, cognitivos y emocionales, tal como desarrollan Cano Conejero y Rabadán Martínez.

En el plano físico:

  • Mejora la fuerza muscular y ayuda a prevenir la sarcopenia y a mantener la autonomía.
  • Mayor coordinación y control motor.
  • Aumenta la flexibilidad y movilidad articular.
  • Estimula la circulación y la función cardiovascular, favoreciendo el trabajo cardíaco.
  • Ayuda a mantener un peso saludable, con la ayuda de una dieta equilibrada.
  • Se favorece la densidad ósea, sobre todo si a esos ejercicios les sumamos dinámicas con peso.
  • Mejora la postura y alineación corporal.

Atendiendo al plano cognitivo:

  • Estimula la memoria y concentración, más aún si combinamos con ejercicios mentales o con ritmo. Habitualmente usamos en las sesiones frases como recordar qué día es o qué se celebra.
  • Se promueve la neuroplasticidad, ya que el ejercicio y su repetición favorecen la creación de nuevas conexiones neuronales.
  • Retraso del deterioro cognitivo, ya que puede ser útil para acompañar o prevenir demencias leves.

En el plano emocional y social:

  • Mejora el estado de ánimo, ya que aumenta los niveles de endorfinas y así se pueden reducir los síntomas de depresión o ansiedad, fomentando el contacto social y la integración.
  • Las sesiones aportan un componente integrador y de relaciones sociales entre residentes que provienen de distintas unidades de convivencia.
  • Se proporciona una rutina estructurada y motivación diaria.

Fundamental en la prevención de caídas

Durante las sesiones de gerontogimnasia se trabajan principalmente las capacidades físicas que más influyen en la autonomía y en la prevención de caídas, como el equilibrio, la fuerza, la movilidad y la coordinación. Romero del Cura incide en que “la fuerza se ejercita sobre todo en las piernas y el tronco (en miembros superiores o inferiores), para facilitar los desplazamientos y las tareas diarias”.

“La movilidad y la flexibilidad se trabajan mediante movimientos amplios y controlados que favorecen el mantenimiento del rango articular. Además, se incluye la estimulación cognitiva, a través de ejercicios que combinan movimiento y memoria, coordinación y ritmo, fortaleciendo también las capacidades mentales”, explica.

Precisamente, en la prevención de caídas, que es uno de los principales riesgos en la población mayor, la gerontogimnasia desempeña un papel preventivo fundamental. La coordinadora de Fisioterapia del centro residencial Sanitas La Moraleja recalca que estas sesiones mejoran la coordinación y la percepción del propio cuerpo en el espacio, lo que permite realizar movimientos más seguros y controlados.

“Otro beneficio importante es la reducción del miedo a caer, que muchas veces limita la movilidad y la independencia de la persona. Con la práctica regular, los mayores ganan confianza y seguridad en sus desplazamientos diarios”, manifiesta Romero del Cura.

Planificación y regularidad

Cano Conejero y Rabadán Martínez recomiendan la práctica de la gerontogimnasia “todos los días porque la intensidad no supone consecuencias musculoesqueléticas que limiten la realización al siguiente día”. Sin embargo, recalcan que “los ejercicios han de ser adaptados a la edad y el estado de la persona para que su realización suponga beneficio y placer al terminar la sesión”. “El objetivo es aprovecharnos del gran aporte que nos proporciona la gerontogimnasia y hemos de ser constantes para realizarla”, agregan.

Por su parte, las sesiones que se realizan en el centro de La Moraleja suelen tener una duración de entre 40 y 50 minutos y se estructuran en tres fases principales:

  • Un calentamiento suave que incluye ejercicios de movilidad articular, respiración y activación muscular.
  • Ejercicios de fuerza, coordinación y resistencia, adaptados al nivel del grupo.
  • Estiramientos y ejercicios de relajación. Romero del Cura desvela que el material empleado es variado: pelotas, bastones, bandas elásticas, aros o, incluso, música para acompañar el ritmo, un “modus operandi” equivalente al de un gimnasio u otros tipos de entrenamiento. No obstante, hace hincapié en que “es fundamental trabajar en un espacio seguro, bien iluminado, sin obstáculos y bajo la supervisión de un profesional”.

Aprendizaje e implicación

Uno de los aspectos más relevantes de las sesiones es la actitud de aceptación, participación y motivación que demuestran los usuarios. Los resultados son impecables, superando las expectativas. Los fisioterapeutas de Amavir Villaverde destacan que “los residentes muestran gran ánimo y colaboran en seguir esta dinámica lo mejor posible, aprendiendo cada día aquellos ejercicios más complejos o con cierta dificultad y que cada vez realizan mejor”.

“La percepción por parte de este departamento (fisioterapia) es que hay una gran implicación, simpatía y aceptación. Muchos residentes nos comentan cómo les favorece en cuanto a mayor rango de movimiento de sectores articulares como hombros y caderas, donde ven beneficios en su rutina diaria”, agregan.

Asimismo, reconocen que los usuarios “echan de menos que los fines de semana no se realice dicha actividad”. “Ahí juega un papel esencial el equipo auxiliar para suministrarles estas dinámicas con los vídeos y realizar con ellos los ejercicios encaminados a preservar el estado físico que hacen durante la semana”, detallan.

“Es fundamental trabajar en un espacio seguro, bien iluminado, sin obstáculos y bajo la supervisión de un profesional”, Silvia Romero del Cura, coordinadora de Fisioterapia del centro residencial Sanitas La Moraleja

Después de numerosas sesiones prácticas y amplia experiencia, Cano Conejero y Rabadán Martínez creen que “la gerontogimnasia ha de hacerse lo más amena posible, donde la fluidez, adaptación de ejercicios, humor, simpatía y cercanía son pilares esenciales para crear ese vínculo y adherencia en las sesiones y la tarea se convierta en una rutina deseada y esperada”.

Evaluación continua

La clave fundamental de todo proceso de entrenamiento está en observar y evaluar de manera continua el progreso de los usuarios. En los centros Sanitas, según señala la coordinadora de Fisioterapia del centro de La Moraleja, se analizan aspectos como la velocidad de la marcha, la facilidad para levantarse de la silla, la capacidad para mantener el equilibrio y la resistencia ante el esfuerzo.

“También se valoran los progresos en la realización de actividades cotidianas, como vestirse, desplazarse o participar en tareas del centro. Además, se tienen en cuenta las percepciones subjetivas de bienestar y autonomía expresadas por los propios mayores, ya que la sensación de mejora personal es un indicador clave de éxito en estos programas”, agrega.

La gerontogimnasia nos recuerda que el movimiento es una herramienta terapéutica, preventiva e, incluso, emocional. Detrás de cada sesión hay investigación, apoyo continuo y empatía, cercanía, tres pilares que ponen en valor el trabajo que se desarrolla.

Durante el proceso de envejecimiento, esta práctica destaca por promover la movilidad y participación. Así, se consigue un envejecimiento activo y una mayor autonomía.

¡Hora de moverse! Humor, simpatía y cercanía: la fórmula de la gerontogimnasia

En Sanitas, entre los ejercicios más habituales en las sesiones de gerontogimnasia se encuentran, tal y como desvela Silvia Romero del Cura, los ejercicios de levantarse y sentarse de la silla para fortalecer piernas y tronco, y los movimientos de puntillas o talones para mejorar la circulación y la estabilidad.

También se incluyen ejercicios de movilidad de hombros y caderas con bastones, juegos con pelotas pequeñas para trabajar la coordinación, ejercicios de equilibrio como mantenerse sobre un pie. Con frecuencia, se incorporan actividades con música o coreografías sencillas, que además de estimular el cuerpo, mejoran la memoria, la atención y el estado de ánimo.

Una sesión completa de gerontogimnasia en Amavir Villaverde

En Amavir Villaverde, configuran así las sesiones con sus usuarios, tal y como cuentan dos de sus fisioterapeutas, Miguel Ángel Cano Conejero y Joaquín Rabadán Martínez:

Columna cervical: flexión, extensión e inclinación cervical de forma progresiva, evitando rotaciones y movimientos de desgaste. Priorizar siempre la respiración y la técnica sobre la velocidad.

Cintura escapular: flexión, extensión, abducción y aducción bilateral, círculos con los brazos, movimientos de natación (braza, espalda o crol), triple flexión (hombros, codos y muñecas), ejercicios de remo y gestos como coger una fruta y dejarla en un cesto.

Muñecas y dedos: flexión de dedos, movimiento de salpicadura, pinza con los dedos y el pulgar, giros de muñecas combinados con flexión de hombros (como bailar sevillanas).

Columna dorsolumbar y pelvis: inclinaciones laterales sentados para recoger algo del suelo sin despegar la espalda del asiento, tocarse los pies y desenrollarse elevando brazos para extender el raquis.

Tren inferior: ejercicios de cuádriceps y cadera con triple flexión y flexo-extensión de cadera y rodilla, usando consignas como “mirarse los dedos” o “enseñar la planta al compañero”. Pueden realizarse con lastres o mancuernas para mejorar fuerza, masa muscular y densidad ósea.

Tobillos: flexoextensión, rotaciones y pronosupinación.

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