Ballesol y la Universidad Pontificia Comillas organizan las VI Jornadas “Bioética de los espacios y modelos residenciales”

La Universidad Pontificia Comillas y Ballesol organizan las VI Jornadas “Bioética de los espacios y modelos residenciales”.
La Universidad Pontificia Comillas y Ballesol organizan las VI Jornadas “Bioética de los espacios y modelos residenciales”

Comprender la vejez, el envejecimiento y la longevidad como un proceso en el que influyen factores y dimensiones biológica, espiritual, social, económica o psicológica, entre otros. Pero, ¿qué relevancia en esta etapa de la vida puede tener humanizar el espacio, el diseño o su funcionalidad? Y ¿cómo puede contribuir en la búsqueda del respeto a la vida y los entornos que la persona habita?

Estas fueron algunas de las reflexiones que se abordaron en las VI Jornadas que con el lema “Bioética de los espacios y modelos residenciales”, organizaron la Cátedra de Bioética de la Universidad Pontificia Comillas y las residencias de mayores Ballesol.

En la presentación de estas Jornadas, Francisco Romero, director de Recursos Humanos de Ballesol, introdujo algunas de las claves para entender que “otra manera de envejecer es posible” desde una residencia geriátrica como las de esta compañía. “Entendiendo que el bienestar no sólo es salud física sino tranquilidad emocional, disponiendo de un entorno acogedor recibiendo siempre un trato que reconozca y respete cada historia de vida”. La aportación de Rafael Amo, director de la Cátedra de Bioética de Comillas estuvo centrada en reconocer el valor de un centro sanitario. “Depende en buena medida de la calidad de las relaciones que seas capaz de generar. En la medida que sean humanizantes, permitan la relación personal, ese centro sociosanitario será valioso éticamente hablando” . Añadiendo que “el nexo entre el espacio físico y el modelo de convivencia que se propone es el hecho de que quien vive en un centro sociosanitario no es un cliente, un usuario o residente, es un habitante”

Primera Jornada

Desde el punto de vista de la Arquitectura para el cuidado, Carlos Lera, director de Gestión de Inmuebles de las Residencias de mayores Ballesol, trasladó el influjo que puede tener en el cuidado centrado en la persona el diseño o la distribución de un centro residencial. “ Sin duda, los espacios que habitamos condicionan y pueden facilitar la vida o una mala arquitectura puede dificultarla. Por eso la perspectiva ética del diseño arquitectónico es tratar de conseguir entornos facilitadores teniendo en cuenta las necesidades concretas de cada persona”. Añadiendo en su argumentación la importancia de “la escucha activa, pensar que la vida no se acaba en la residencia, que exista un equilibrio entre espacios seguros, accesibles y libertad, y la socialización frente a la soledad no deseada”

En esta misma línea Josep Vergés, Presidente de la Osteoarthritis Foundation International (OAFI),con su conferencia “Accesibilidad universal una cuestión ética”  aportó algunos datos relevantes como que “el 20% de las personas que han sufrido una fractura muere en el primer año y para 2034 aumentarán un 30% el número de fracturas, alcanzando los 370.000 casos en España”. Una tendencia que  “llevará al paciente a vivir en residencias en lugar de en hospitales porque el sistema no puede asumir la situación médica actual”.  El doctor Vergés concluyó su intervención con un consejo. “Llegar a mayor con buena calidad de vida depende de unas articulaciones y musculatura apropiada, sino desencadena en obesidad, hipertensión, diabetes…”

En la segunda mesa de diálogo “Humanizando el espacio” , participaron Javier Jiménez Sánchez, arquitecto y especialista en arquitectura hospitalaria y José Carlos Bermejo, Doctor en Teología Pastoral Sanitaria  y experto en humanización de la salud, en duelo y bioética. En su intervención, Jiménez Sánchez consideró “la importancia y la relación directa entre el diseño arquitectónico y la experiencia humana” pese a una normativa “cada vez más compleja y con unas reglas arquitectónicas difíciles de cumplir en cuanto a las características de los centros”.

Crear espacios que no solo puedan satisfacer las necesidades de la persona sino que también el entorno promueva la conexión social, los derechos, la dignidad o la autonomía. En torno a esta filosofía llevada al Centro Asistencial y de Humanización de la Salud, Bermejo recordó a los asistentes que “el ser humano antes de intentar, poder o querer ser autónomo es relacional e interdependiente. Por eso no sólo hay que construir pensando en el individuo que quiere estar solo, sino en el que tiene relaciones”.

Segunda Jornada

Estas VI jornadas organizadas por Ballesol y la Universidad Pontificia de Comillas han servido  también para analizar las perspectivas que desde la bioética y la responsabilidad compartida abordan los modelos residenciales.  Implicaciones éticas, sociales y sostenibles. Sin olvidar el equilibrio entre ética y política en la atención a la dependencia. Aspectos que quedaron expuestos en la conferencia de Rafael Sánchez Ostiz, profesor de Geriatría y Gerontología y presidente de la patronal CEAPs  que subrayó que “el lugar en el que cuidamos es tan importante como el entorno y la atención centrada en las relaciones”. Pilares fundamentales para avanzar en “diversificar los formatos residenciales, rediseñar los centros como hogares, incluir a residentes y familias en la gobernanza del centro, reorientar las políticas públicas hacia la calidad de vida y pasar de la ética de los Comités a la ética de las manos”

Como continuación a esta intervención, David Cantarero, profesor titular de la Universidad de Cantabria en el Área de Economía Aplicada compartió con los más de 200 asistentes a estas dos jornadas una visión desde la economía de la salud en los modelos residenciales. En su opinión, hay desafíos éticos en la práctica del cuidado como “el acceso a los cuidados de salud no debe ser considerado un producto de mercado , sino un derecho inherente a todas las personas”, aludiendo también a que “la atención médica debe de estar disponible independientemente del nivel económico de quien la necesite”. Para concluir su participación, Cantarero añadió algunos de los riegos a los que nos enfrentamos. Con un 20% de la población con más de 65 años y un 8%-10% de dependientes ( casi cinco millones de personas) que 500.000 personas viven en residencias y otras variables a considerar, “el impacto económico de los modelos de cuidados puede suponer 15.000 millones de euros en próximos años”.

La última ponencia fue dirigida por Josep de Martí  que habló sobre “ Bioética de las unidades residenciales” haciendo referencia al impacto que tienen en la calidad de vida de los residentes. Especialmente si se actúa sobre la innovación en el diseño y la gestión de las residencias para personas mayores. Siendo esencial adecuar el modelo a lo que podemos pagar. “El Tsunami que viene dejará más personas dependientes, una atención más costosa e infraestructuras antiguas”. Añadiendo una pregunta, ¿podremos garantizar calidad para todos? “una encrucijada entre la ética y la política con soluciones micro ( qué puede hacer cada residencia)  meso ( cada comunidad autónoma) y macro ( depende mucho de lo que gastemos)” porque al final hay una clave muy importante que es el personal. “Tenemos que centrarnos en los empleados porque los residentes los vamos a tener garantizados por la capacidad económica y las políticas sociales, lo que nos va a costar es encontrar a gente que quiere trabajar”.

Clausuró estas VI Jornadas VI jornadas organizadas por Ballesol y la Universidad Pontificia de Comillas, Fermín García, director médico de Ballesol, resaltando el compromiso de esta compañía por “la innovación y la mejora de la calidad de vida de las personas que cuidamos, manteniendo el mismo lema funcional de la persona en el centro de los cuidados”, concluyó.

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