Durante la jornada, el presidente de la red UNAD, Luciano Poyato, ha explicado que “cuando hablamos de mayores y adicciones es importante poner el foco en normalizar que la población envejece y esto no significa necesariamente que determinados consumos desaparezcan de la vida de las personas por cumplir años”. De hecho, ha asegurado que los consumos pueden mantenerse o incluso iniciarse independientemente de la edad de las personas.
De la misma manera, Poyato ha declarado que, al aumentar la esperanza de vida, la supervivencia de las personas que han sufrido o sufren adicciones también crece. “Son personas con adicciones que envejecen y, por lo tanto, es evidente que necesitarán recursos específicos, recursos compartidos con profesionales preparados y concienciados para trabajar con población mayor con algún tipo de adicción”, ha puntualizado.
Por su parte, el presidente de LARES, Juan Ignacio Vela, ha destacado que “este diagnóstico nos aproxima a una realidad que existe y que merece toda nuestra atención. Desde Lares y UNAD, pretendemos ser pioneros para que otras entidades, junto a nosotros, sigan profundizando e investigando esta problemática para facilitar la comprensión y atención de esta realidad concreta”.
Además, este proyecto “encaja en el modelo de Atención Integral y Centrado en la Persona que el Grupo Social Lares lleva desarrollando años, ya que la base es conocer de pleno la trayectoria de vida y las circunstancias de cada persona. Para ello, no solo es necesario escuchar sus necesidades e inquietudes, sino poder comprenderlas y atenderlas de forma integral”, concluye Vela.
En la presentación del estudio también ha participado la exministra de Asuntos Sociales y presidenta del Observatorio Estatal de la Soledad No Deseada (SoledadES), Matilde Fernández, que ha manifestado que el estado del bienestar debe evolucionar a un modelo “cuidador” y esto significa que las personas tienen que estar en el centro de cualquier decisión política.
Por ello, ha apuntado que se debe crear una sociedad comunitaria con políticas transversales e intergeneracionales para, precisamente, abordar desde todos los puntos de vista los problemas reales de la población, en este caso de las personas mayores con adicciones. «El conjunto de profesionales del bienestar tenemos que ir donde está la gente, no esperar a que vengan», ha subrayado. Así, ha instado a elevar este trabajo a organismos e instituciones y “planificar en la agenda el derecho democrático a que la ciudadanía lo conozca para que cale”.
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