Izquierdo explica que su primer trabajo como auxiliar de enfermería fue en un turno de noche de un centro temporal para enfermos de COVID-19, en Barcelona. Allí pasó por una experiencia sobrecogedora: tratar con pacientes muy dependientes, con demencias muy avanzadas y daños cerebrales que estaban en situación de aislamiento. «Recuerdo un paciente concreto que había sufrido varios daños cerebrales y tenía el móvil en la mesita de noche, no podía ni moverse ni hablar, pero podía oír cosas», rememora.
Esta situación actuó como catalizador para que Izquierdo empezara a gestar el proyecto de Mirou: «Pensaba que tenía que haber algún sistema para que aquellas personas pudieran conectarse con la familia sin esperar a que alguien tuviera que coger el móvil y pulsar un botón».
Izquierdo estuvo buscando posibilidades en el mercado y no encontró opciones que pudieran resultar de ayuda para personas dependientes en situación de aislamiento. En aquel momento estaba estudiando el máster universitario de Diseño de Interacción y Experiencia de Usuario (UX) de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la UOC. «Esto me abrió los ojos a ideas del ámbito tecnológico y de la comunicación», afirma. Entonces, decidió desarrollar Mirou como trabajo final de máster.
La aplicación, fácil de usar, permite hacer llamadas o videollamadas entre personas dependientes o en aislamiento y una persona externa o familiar. «Cuando un familiar llama al enfermo, la llamada se conecta directamente sin que el paciente tenga que hacer ninguna acción», explica Izquierdo.
Este simple mecanismo rompe el aislamiento de la persona de forma fácil y sin la necesidad de depender de alguien que ayude a establecer conexión con el exterior. «Es una ayuda más para la persona aislada, pero también para los familiares, porque muchas veces no pueden comunicarse con ella por los horarios de visitas limitados o porque el personal sanitario no puede ayudarlos», comenta.
Además, la aplicación también facilita el trabajo de los sanitarios: «Los trabajadores sanitarios quedan liberados y no tienen que gestionar la comunicación entre el familiar y el paciente». Mirou se convierte así en una ventana abierta en la habitación de alguien que, por razones sanitarias, tiene que estar aislado y no puede comunicarse con el exterior si no recibe ayuda.
Izquierdo ya ha desarrollado un prototipo de la aplicación y lo ha probado a pequeña escala entre pacientes de un centro sanitario. Las pruebas que ha hecho han recibido comentarios muy satisfactorios, lo que la ha impulsado a desarrollar el proyecto. «Queremos encontrar a alguien que tenga capacidades para desarrollar la app y estamos abiertos a colaboraciones», explica.
Así, para la estudiante, participar en el programa de emprendimiento SpinUOC ha servido «para pensar en el proyecto, decidir dónde queremos ir y establecer cuáles son los siguientes pasos, y nos ha dado herramientas para poder hacerlo». En este sentido, también valora que, a través de esta iniciativa de la universidad, su proyecto puede darse a conocer entre entidades públicas o privadas que puedan tener interés.
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