«Con estas terapias inmersivas no solo trabajamos los trastornos cognitivos, sino que también generamos estímulos en los residentes. Conseguimos que disfruten de experiencias vitales que vivieron en su pasado u otras que no vivieron y que ahora pueden experimentar mediante una visita o un paseo virtual. Así, se generan estímulos, se despiertan recuerdos, interactúan y disfrutan como si estuvieran haciendo un viaje o una excursión. Bilbao, Lisboa, el acuario de San Sebastián, Roma… son algunas de sus experiencias favoritas. Los resultados que obtenemos gracias a estas terapias se reflejan en sus caras cuando nos expresan su voluntad de repetir o el deseo de viajar a sitios nuevos, además redundan en la mejora de su lenguaje comprensivo y expresivo», explica el director del centro, Alberto Garcia-Santiuste Azcunaga.
El acto, además, contó con la presencia de Asier Arrizabalaga, presidente de la Asociación Vasca de Geriatría y Gerontología, quien pudo conocer de primera mano las terapias y anunció: «El grupo de trabajo “Discapacidad y envejecimiento” de la Asociación Vasca de Geriatría y Gerontología va a poner en marcha un estudio piloto para evaluar los efectos de las salas inmersivas de realidad virtual en ciertas variables físicas, psicológicas y sociales».
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