Con motivo del Día Mundial de la Alimentación, 16 de octubre, la Sociedad Española de Nutrición Clínica y Metabolismo (SENPE) advierte que la desnutrición relacionada con la enfermedad continúa siendo un problema de gran magnitud y, a menudo, invisible en el sistema sanitario español. Este reto afecta a las personas mayores de una manera significativa, con la malnutrición como uno de los problemas más prevalentes en la población mayor.
En concreto, según datos de la Alianza Másnutridos, los mayores institucionalizados tienen un mayor grado de dependencia: una tercera parte son derivados al menos, una vez al año, a urgencias. Además, la mitad de los casos requiere ingreso.
Según este contexto, el estudio PREDyCES reveló que 1 de cada 4 pacientes hospitalizados presenta riesgo de desnutrición al ingreso y que, en muchos casos, este riesgo persiste al alta o incluso aparece durante la hospitalización. Esta situación se asocia con más complicaciones clínicas, estancias hospitalarias más prolongadas y mayor mortalidad. Además, el impacto económico es notable: el coste potencial atribuible a la desnutrición hospitalaria supera los 1.143 millones de euros anuales, lo que representa aproximadamente el 1,8% del gasto sanitario público. Pese a ello, gran parte de los casos no se detectan ni reciben el tratamiento adecuado.
Las personas mayores que viven en residencias y muchos de los usuarios de centros de día tienen mayor prevalencia de deterioro cognitivo y demencia y mayor probabilidad de presentar otros síndromes geriátricos como dolor, caídas, úlceras por presión y desnutrición. Por todo ello, es vital garantizar que las comidas servidas en hospitales y residencias de personas dependientes o con necesidades especiales sean saludables, nutritivas y sostenibles.
En este sentido, SENPE ha mostrado su proactividad frente al proyecto de normativa que publicó el pasado mes de mayo el Ministerio de Sanidad en fase de consulta pública con el fin de mejorar la alimentación en hospitales y residencias. La entidad ha permitido, así, que ciudadanos, organizaciones sociales, profesionales, sindicatos, asociaciones de usuarios y consumidores realizaran sus aportaciones.
Medidas de alimentación hospitalaria
Para responder a esta consulta pública por parte del Gobierno, el Grupo de Trabajo Sinergias SENPE y pacientes de la Sociedad Española de Nutrición Clínica y Metabolismo elaboró el documento “Aspectos a tener en cuenta en la Regulación de la Alimentación Hospitalaria”, en el que propone medidas clave, entre ellas:
- Cribado sistemático del riesgo de desnutrición en las primeras 48–72 horas tras el ingreso y reevaluación periódica.
- Monitorización continua de peso, evolución nutricional e ingesta de alimentos.
- Mejora de la dieta basal hospitalaria, garantizando que sea suficiente, variada, segura y adaptada a las necesidades de cada paciente.
- Disponibilidad de alimentos de textura modificada y preparaciones fortificadas para personas con riesgo nutricional, disfagia u otras necesidades especiales.
- Refuerzo de la seguridad alimentaria y la calidad nutricional mediante estándares homogéneos en todo el sistema sanitario.
- Incorporación de dietistas-nutricionistas en todos los equipos hospitalarios, como profesionales de referencia en la planificación, supervisión y seguimiento de las dietas.
- Protocolos claros de actuación nutricional integrados en las guías clínicas y alineados con la evidencia científica más actual.
Estas propuestas están alineadas con la Declaración Internacional sobre el Derecho Humano a la Atención Nutricional, aprobada en el Congreso ESPEN de Viena (2022), que reconoce la atención nutricional como un derecho humano fundamental, inseparable del derecho a la salud y a la alimentación.
“La alimentación hospitalaria no es un lujo, sino un derecho que debe estar protegido. Instamos a las administraciones a avanzar hacia un reglamento específico que lo asegure en todo el sistema sanitario español”, concluyen desde SENPE.
