La profesional galardonada ha sido una de las alumnas graduadas de la primera promoción del Plan de Sucesión para la Detección del Talento Interno de Amavir. Elaboró este proyecto de una escuela infantil en la residencia en su trabajo final del Curso de Directores de Centros de Servicios Sociosanitarios.
Edurne Galán propone un proyecto de conciliación familiar y laboral en Amavir. Esto supone un gran beneficio para los trabajadores. La Escuela Infantil, AMAKIDS, de 0 a 3 años, está integrada en la residencia. Además, contempla la puesta en marcha de un programa de actividades extraescolares para niños y niñas de 3 a 12 años.
“Mi principal objetivo fue idear la creación de una escuela infantil que beneficiara a los profesionales que trabajamos en el centro, pero también a los residentes”, explica Edurne.
Para esta trabajadora y futura directora de centros sociosanitarios, la conciliación supone un aspecto fundamental en el desarrollo de su profesión. “Con este proyecto quise plasmar un plan de conciliación, sobre todo en la etapa de 0 a 3, cuando son tan pequeños y cuando es tan importantes tenerles cerca de ti”, explica la galardonada.
La mención recayó en este trabajo “por aportar una nueva e innovadora visión de la gestión de los equipos humanos en el sector sociosanitario”, según destacó la asociación. No obstante, Edurne quiere reconocer el valor de los trabajos y el esfuerzo de todas sus compañeras que también han participado en el curso y como finalistas en los premios. “El premio no es solo para mí, es merecidísimo para todas. Se lo agradezco mucho porque hemos luchado todas juntas día a día, mes a mes”, apunta.
Además de las ventajas de la conciliación laboral y familiar, la iniciativa supone una mejora también para la calidad de vida de los residentes. “Al hecho de tener cerca a tus hijos hay que sumarle todos los beneficios que a nivel intergeneracional conllevan este tipo de actividades. Cuando hay un niño, siempre se genera mucha alegría”, explica.
El proyecto prevé implantar actividades y talleres intergeneracionales, creando lazos entre las personas mayores y los grupos de niños y jóvenes que acudirían a la escuela infantil y a las actividades extraescolares.
De este modo, algunas rutinas y actuaciones puntuales se llevarían a cabo con los residentes y en las dependencias del centro. Se trabajaría también para involucrar a los distintos profesionales: terapeutas, animadores y psicólogos, entre otros. “Así se fomenta la autonomía, se potencian hábitos saludables y el intercambio de conocimiento, para desterrar los estereotipos asociados a la edad”.
Edurne Galán empezó a trabajar en Amavir en 2010 como animadora sociocultural, y ha crecido profesionalmente con esta compañía desde entonces, cosechando logros en el sector en el que lleva trabajando más de 13 años. Madre de dos hijos y trabajadora social en Amavir Alcorcón desde 2016, aspira a tener la oportunidad de poder dirigir un centro residencial en un futuro no muy lejano.
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