La nueva residencia tiene una superficie construida de 8.717 metros cuadrados, repartidos en planta sótano, baja, primera y segunda. En el sótano, con acceso a un amplio patio ajardinado, se encuentran las estancias dedicadas a las actividades y atención a residentes (gimnasio, despachos médico y de enfermería, terapia ocupacional, psicología, biblioteca, peluquería…), además de la zona de limpieza, cocina, instalaciones, almacenes y vestuarios y zona de descanso del personal. En la planta baja, se ubican la cafetería y todo el área administrativa.
Las habitaciones (152 en total, 137 de ellas individuales y 15 dobles) se reparten en ocho unidades de convivencia independientes, en cada una de las cuales residirán entre 19 y 22 personas, con su propia sala de estar y comedor. Con esta estructura se busca que en cada módulo vivan personas con unas condiciones de salud o características similares, lo que facilita una mejor adaptación y atención por parte de los profesionales y un seguimiento más personalizado. Uno de esos módulos está especializado en personas con alzhéimer y otro tipo de demencias severas. Todas las habitaciones cuentan con su propia dotación de mobiliario adaptado y baño geriátrico, pero podrán ser decoradas a gusto de los residentes con sus enseres personales si así lo desean.
La residencia ofrecerá estancias permanentes y también estancias temporales (respiro para familiares, convalecencia, rehabilitación…).
La plantilla de la residencia, que estos días empieza a incorporarse, estará formada por unos 100 profesionales de muy distintos ámbitos para ofrecer una atención integral a los usuarios: medicina, enfermería, trabajo social, terapia ocupacional, psicología, fisioterapia, animación sociocultural, personal gerocultor, limpieza, lavandería, cocina, mantenimiento, recepción…
El centro está dirigido por Olaia Arbizu, diplomada en Trabajo Social por la Universidad Pública de Navarra y Postgrado en Mediación Familiar por la Universidad de Deusto, que ha sido directora de las residencias de Amavir en Betelu y Argaray entre 2013 y 2021.
Amavir está colaborando con el Ayuntamiento del Valle de Egüés y con el Gobierno de Navarra para fomentar el empleo local y el de personas con discapacidad y en riesgo de exclusión social.
Desde el punto de vista arquitectónico, una de las prioridades ha sido la integración del edificio en la estructura urbana existente. Destaca la gran luminosidad de todas sus dependencias, tanto habitaciones como zonas comunes. De la misma forma, y en sintonía con las políticas de responsabilidad social de la compañía, se han extremado las medidas de diseño y materiales para conseguir los niveles más altos de aislamiento acústico y la máxima eficiencia energética, obteniendo la Calificación A en la Escala de Calificación Energética.
Además de una cuidada decoración para procurar un ambiente hogareño a las personas usuarias, la residencia cuenta también con más de 1.000 metros cuadrados de jardín y otros 1.400 metros cuadrados de terrazas. Hay también una amplia zona porticada, que permitirá así disfrutar del exterior aún con climatología adversa. Las zonas correspondientes a las áreas de estar y comedor de cada módulo de convivencia tienen ventanales verticales acristalados, que proporcionan gran luminosidad y vistas a los residentes.
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