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Nerea Melgosa: “Más que hablar de ratios, debemos hablar de calidad de vida y de la satisfacción de las personas mayores”

Nerea Melgosa, consejera de Bienestar, Juventud y Reto Demográfico del Gobierno Vasco.
Nerea Melgosa, consejera de Bienestar, Juventud y Reto Demográfico del Gobierno Vasco.

El Gobierno Vasco avanza hacia un modelo de atención y bienestar basado en la proximidad, la coordinación interinstitucional y la corresponsabilidad comunitaria, con la persona en el centro del sistema. Así lo subraya Nerea Melgosa, consejera de Bienestar, Juventud y Reto Demográfico, quien destaca la solidez del modelo vasco de servicios sociales, reconocido por su cohesión, su inversión sostenida y su apuesta por los cuidados de calidad. En un contexto de creciente envejecimiento poblacional, Melgosa defiende la necesidad de reforzar la sostenibilidad del sistema, impulsar la innovación en los servicios y consolidar la cooperación entre los ámbitos social y sanitario para dar una respuesta integral a las nuevas necesidades de la ciudadanía.

Nerea Melgosa

Consejera de Bienestar, Juventud y Reto Demográfico del Gobierno Vasco

La cohesión social, un rasgo distintivo

¿Qué balance hace de la atención a las personas en situación de dependencia en el País Vasco?

Quiero aclarar que en Euskadi contamos con una arquitectura interinstitucional, de tal manera que la atención directa a las personas en situación de dependencia la gestionan las diputaciones forales: Bizkaia, Gipuzkoa y Álava. La competencia del Gobierno de Euskadi es establecer las normativas.

En cuanto a tu pregunta, teniendo en cuenta la realidad sociodemográfica que tenemos en el país, que somos una de las regiones más envejecidas de Europa, creo que el balance es satisfactorio. Por supuesto, tendremos que mejorar, sobre todo en lo que respecta a las listas de espera, pero la atención es buena en comparación con el resto del Estado. Además, creo que hay un gran reconocimiento por el trabajo de cercanía.

Lo que nos define es que nosotros no hablamos tanto de la atención a la dependencia bajo los baremos que se nos marcan desde el Estado, sino desde el propio modelo que tenemos en Euskadi. El modelo de cercanía, el modelo de atención comunitaria y el de las residencias pequeñas, el de las unidades convivenciales. No nos importan tanto las ratios de la dependencia, sino que las personas mayores en Euskadi estén bien atendidas, que estén contentas y que vivan su vida lo máximo posible, con apoyos y con autonomía.

¿Cuáles son los retos demográficos en Euskadi?

En Euskadi tenemos un índice bajo de nacimientos, aunque ha habido un repunte en los últimos meses, y una esperanza de vida alta, que derivan en un envejecimiento de la población. Esto denota un triunfo de la atención sanitaria y del sistema de bienestar, pero preocupa la sostenibilidad del propio sistema.

7,67 en el Índice DEC 2024, que evalúa la calidad de estos servicios en las comunidades autónomas.

¿Qué les hace referencia?

Como el propio Índice DEC concluye, la cohesión social es uno de nuestros rasgos distintivos. Además, también están la ratio de trabajadoras sociales por persona o habitante y el tema de la coordinación interinstitucional, que no es fácil. Estamos hablando de tres niveles interinstitucionales: ayuntamientos, que son lo local de la prevención y la atención y Atención Primaria; las diputaciones, que son la atención especializada, y luego estaría el Gobierno de Euskadi, que se encarga más de la planificación, coordinación y las leyes.

Por otra parte, está la inversión. En Euskadi hay una gran inversión económica en servicios sociales. Pero también el éxito tiene que ver con todos los profesionales y las profesionales que trabajan en el sector del sistema vasco de servicios sociales.

Además, es necesario dar las gracias a los propios usuarios, que nos exigen mucho, pero también son responsables en el uso de los recursos.

“Nuestro modelo se basa en la cercanía, en la atención comunitaria y en residencias de pequeño tamaño”

La inversión es un aspecto importante. Hace unos meses surgió la polémica porque trascendió a los medios que el Gobierno había llegado a un acuerdo con el País Vasco para financiar el 50 % de la dependencia, que en realidad es lo que siempre se ha exigido y lo que siguen exigiendo el resto de comunidades autónomas.

¿Es cierto?

No, no es cierto. El Partido Nacionalista Vasco suscribió un acuerdo con el Partido Socialista para la investidura del presidente Sánchez al Gobierno español, en el cual se dijo que se iba a pagar ese 50 %. Pero hoy todavía no está negociado y, mucho menos, está dado el okey por parte del Ministerio. No obstante, esperamos que la aportación del 50 % por parte del Gobierno llegue cuanto antes, porque el criterio de los índices de la atención a la dependencia no es cosa de las comunidades autónomas ni de las diputaciones; lo marca el Estado español. Y si están fijando unos criterios, los tienen que pagar. Nosotros alguna vez hemos votado en contra, porque sabemos que, con la aportación del Estado, es imposible mantener las ratios que imponen.

No es de recibo que nos marquen unos criterios y, luego, no nos paguen, pero a nadie, el 50%. Es más, es que no nos pagan ni el 36% de lo que cuesta.

Dignificar el trabajo de los cuidados de larga duración también es una asignatura pendiente. Y es uno de los objetivos de la nueva normativa de modificación de la Ley de Dependencia y Discapacidad.

¿Qué opinan al respecto?

Nosotros aplaudimos todo lo que tenga que ver con mejorar las condiciones de los trabajadores. Pero no podemos quedarnos en las ratios; debemos hablar del sistema de cuidados en su conjunto y tener una propuesta para este sistema de cuidados. En cada comunidad autónoma, tenemos una forma de proceder y de trabajar para dar respuesta a nuestras realidades sociodemográficas, que son muy diferentes.

Por eso, esto no puede ser café para todos.

Hay que determinar la situación de gastos. Nosotros proponemos que nos paguen lo que corresponda para la atención a la dependencia y, en función de eso, nosotros sabemos cómo tenemos que gestionarnos, porque lo estamos haciendo bien. Y me remito al reconocimiento del informe DEC. Por eso, no hay que hablar tanto de la dignidad de los cuidados; lo primero es que se pague lo que se tiene que pagar para poder atender con calidad. Y, por otra parte, tienen que dar libertad para seguir trabajando como sabemos a las comunidades autónomas que llevamos mucho tiempo gestionando bien y se nos reconoce el prestigio y la profesionalización en los cuidados.

“El envejecimientoactivo se tiene que crear,favorecer y reforzardentro de la accióncomunitaria”

En el País Vasco también están apostando por la coordinación sociosanitaria.

Nosotros llevamos mucho tiempo trabajando en el tema de las gobernanzas colaborativas con el Departamento de Salud.

¿Qué es la interconsulta sociosanitaria?

La Interconsulta Sociosanitaria es una herramienta dirigida tanto a los agentes sociales como sanitarios, que busca establecer un canal de comunicación para poder hacer una consulta al otro sistema ante un posible caso de coordinación sociosanitaria. Es un primer contacto en el proceso de coordinación que, además de posibilitar una comunicación, realiza un registro del caso.

El objetivo es implementar un sistema de comunicación de casos sociosanitarios entre los profesionales de Osakidetza y los profesionales de los servicios sociales de base, de manera electrónica y en ambas direcciones.

Ante una detección de necesidad social y/o sanitaria se genera un circuito de interconsulta desde la atención primaria de Osakidetza a los servicios sociales o desde los servicios sociales a Osakidetza para que sea respondida desde el ámbito correspondiente.

Para ustedes es muy importante la interoperabilidad.

Así es. De hecho, vamos a tratar de trabajar con fondos europeos, no ya tanto desde la plataforma, sino desde los agentes. A través de las Organizaciones Sanitarias Integradas (OSIS), se crean diferentes grupos de trabajo en el plano local, diputaciones y Gobierno vasco con otros agentes como las asociaciones de barrio o las asociaciones de pacientes para trabajar las atenciones comunitarias, sociales y sanitarias. Para desempeñar esta labor es muy importante escuchar a los profesionales, los usuarios y las familias. En Euskadi contamos con un gran tejido social y asociativo y creo que tenemos que seguir trabajando en la interoperabilidad para que lo sanitario y lo social se sigan mirando a los ojos.

¿Hablamos de envejecimiento activo? ¿Cuáles son los principales retos que se plantea su departamento?

En Euskadi seguimos desde hace años una estrategia de envejecimiento activo.

Para nosotros, el envejecimiento activo lo tienen que hacer las personas mayores y la comunidad. Y, para esto, es importante la acción comunitaria. Nosotros somos un país en el que el trabajo de cercanía y colaborativo es lo más importante y lo más necesario. De hecho, la palabra bienestar es sinónimo de ser, estar y vivir bien en la comunidad. Y, para nosotros, el envejecimiento activo se tiene que crear, favorecer y reforzar dentro de la acción comunitaria.

¿Qué iniciativas han puesto en marcha para impulsar la participación social y la vida activa de las personas mayores?

Tenemos programas bastante potentes, que surgen a partir de la Agenda Nagusia, que es la agenda principal que marcan las personas mayores de Euskadi a través de foros de participación y sesiones de trabajo. Es un ejemplo de escucha activa, efectiva y afectiva.

En este momento estamos trabajando también con personas jóvenes, porque nos parece que la solidaridad y la equidad intergeneracional también contribuyen al envejecimiento activo. Cuando hablamos de comunidad, y sobre todo viendo cómo es la pirámide de población de Euskadi, creemos que todos tenemos que aportar.

Por otra parte, en la estrategia de envejecimiento activo, también destaca la promoción de la salud y el deporte. En este ámbito, los ayuntamientos de Euskadi son bastante activos y cuentan con unas tarjetas municipales para hacer deporte que son bastante económicas, incluso gratuitas.

Asimismo, estamos repensando los centros de mayores para que sean más abiertos, diversos y conectados con la comunidad.

Con Helduak Zabaltzen queremos que sigan siendo lugares de encuentro, relación y cuidado mutuo. Además, en esta transformación, estamos trabajando en su propio funcionamiento para que, a través de asambleas, se decida lo que sucede en el centro. Para eso se ha dotado de participación a los diferentes agentes y a las personas mayores para que determinen lo que quieren hacer. Los ayuntamientos, que son los competentes en la materia, ya están poniendo encima de la mesa iniciativas. En esta línea, hemos desarrollado un proyecto europeo que se llama Altxor 2.0, que es un servicio público que ofrece orientación a miles de personas que tras jubilarse quieren seguir participando en la vida social y comunitaria. A través de una atención personalizada, tanto presencial como online, el servicio ayuda a las personas a identificar sus necesidades, acceder a recursos disponibles en su entorno y construir nuevos proyectos vitales desde el empoderamiento.

La OCDE pide adaptar las ciudades al envejecimiento y destaca la importancia de entornos inclusivos para todas las edades.

¿Cómo son los entornos amigables e inclusivos para las personas mayores que se promueven con el Reto Euskadi Lagunkoia Berria 2025?

Euskadi Lagunkoia Berria es otro proyecto importante enfocado al envejecimiento activo. La palabra lagunkoia significa amigable en castellano. Y, con este programa, que tiene una trayectoria de más de 10 años, se dota de herramientas a los pueblos y ciudades, pero sobre todo al ámbito rural, para crear entornos amigables con las personas mayores que promuevan su participación y mejoren la convivencia.

Este año, como estamos preocupados y ocupados con el tema de la equidad intergeneracional para crear mayor riqueza comunitaria, lo que estamos promoviendo con Euskadi Lagunkoi es el acercamiento de los mayores con niños y jóvenes, a través de procesos participativos y de compartir los espacios públicos. Y están surgiendo proyectos muy bonitos. El siguiente paso es trabajar el tema de la discapacidad en todas las edades.

Una filosfía de cuidado en la comunidad

¿Cómo funcionan los servicios de proximidad, por ejemplo, la ayuda a domicilio, la teleasistencia, los centros de día, etc., para mejorar la autonomía personal de las personas mayores con dependencia y/o con discapacidad?

Estos servicios los gestionan las diputaciones y los ayuntamientos, a excepción de la teleasistencia. En esta materia, en el Gobierno vasco tenemos un proyecto muy potente: BetiOn. Este servicio está muy bien valorado y evaluado por los usuarios, pero también por sus familias.

Se ha hecho una gran inversión en esta asistencia que cuenta con tecnología predictiva, y la seguimos fomentando.

Y, para aquellas personas con mayor dependencia, están las residencias.

¿Cómo es la regulación de estos centros? ¿Hacia qué modelo tienden?

Actualmente, en Euskadi estamos trabajando para cambiar el decreto de residencias. Llevamos tiempo analizándolo porque queremos ajustarnos a toda la tipología de centros que existe, tan diferentes entre las zonas rurales y urbanas, y tan diversas en el plano sociodemográfico en los tres territorios.

Ha sido un proceso bastante participado y participativo. Hemos trabajado desde la Agenda Nagusi con los grupos de personas mayores, pero también con los colegios profesionales y, por supuesto, con las diputaciones. Lo que queremos incluir en estos decretos, que son normas bastante encorsetadas, son las experimentaciones, para pasar de las generalidades a las singularidades.

“Los cuidados deben entenderse comouna responsabilidad compartida entre laAdministración, el tercer sector y la ciudadanía”

Por otra parte, nos preocupa la evaluación y la valoración. Por eso, en esta legislatura hemos establecido una Dirección de Evaluación e Inspección, pero lo que nos interesa es la evaluación. De hecho, consideramos que más que las ratios, lo importante es la calidad, que la persona mayor esté bien atendida. Esta visión supone un cambio de cultura, y en Europa ya se está haciendo. No decimos que no a las ratio, pero tenemos que tender hacia la evaluación de las necesidades de la persona y, en función de ello, trabajarlo en la comunidad. Para nosotros, lo más importante es que la persona mayor decida dónde quiere estar, cuánto tiempo quiere estar y cómo quiere estar.

¿Para cuándo está prevista su publicación?

No tenemos una fecha exacta. Queremos que esté en breve, pero también queremos trabajarlo con Sanidad para tener el último okey antes de sacarlo a la luz.

¿Cuáles cree que son los principales desafíos de la sociedad, pero también de la Administración Pública, relacionados con el reto demográfico?

Para nosotros es muy importante la sostenibilidad del sistema. Es fundamental que los ciudadanos tengamos en cuenta lo que el sistema invierte en nosotros y cuánto cuesta ser atendidos, para que seamos responsables con las conductas, por ejemplo, con el autocuidado. También es relevante fomentar las relaciones sociales. Tenemos que trabajar en comunidad y empezar a reconocernos como sujetos o agentes activos de la misma.

Nosotros pensamos que los cuidados son comunitarios y la responsabilidad pública y comunitaria de todos los agentes, tanto de empresas privadas como del tercer sector y de la propia persona. Además, también el hombre tiene que ocupar el lugar que no han tenido hasta ahora en los cuidados.

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