Una de las secuelas más visibles que ha dejado la Pandemia por la COVID-19 es el riesgo asociado al inmovilismo y la consecuente pérdida de masa muscular y ósea, “ lo que obligará a aumentar el aporte de proteínas en ancianos mayores de 75 años para recuperar este déficit ocasionado por la COVID-19”
En este sentido Iván López Llorente, NutriAsesor de Danone Specialized Nutrition y de residencias de personas mayores indica que “es fundamental hacer un estrecho seguimiento del estado nutricional de los mayores, fomentando un patrón de dieta mediterránea alineado con sus preferencias alimentarias y vigilando que su deglución sea segura y eficaz para evitar el riesgo de desnutrición”
Para poder combatirlo será necesario, entre otras medidas, un correcto abordaje nutricional y especialmente en las residencias de ancianos con un uso adecuado de las denominadas “dietas de textura adaptada” (cocina terapéutica de alimentación adaptada) y los protocolos de elaboración, supervisados por dietistas-nutricionistas que garantizan su idoneidad nutricional como fundamentales. Siendo aconsejable acompañarlo de ejercicios multicomponente, “que son una mezcla de resistencia y fuerza muscular con ejercicios aeróbicos y de equilibrio” sobre un programa que engloba ejercicios de resistencia, flexibilidad, equilibrio y fuerza para mejorar la capacidad funcional y aquellas funcionalidades que puedan verse afectadas.
En línea con esta valoración, muchas de las personas mayores han presentado durante el último año “síndrome de rechazo de la alimentación, pérdida de apetito y diversos síntomas digestivos” motivados por la infección de coronavirus, su evolución y consecuencias.
Por ello el doctor Antonio Ortega, médico en la residencia Ballesol Mirasierra, recomienda potenciar la dieta mediterránea con mayor protagonismo de las legumbres, la fruta o el aceite junto a un mayor aporte de proteínas, “siendo imprescindible acompañarlo de un soporte nutricional que refuerce la dieta y las necesidades de cada paciente”.
No solo es necesario que haya alimentos disponibles en cantidad suficiente, además la calidad de los mismos debe ser la más adecuada, en función de la edad o la patología que pudiera haber. Por ello desde Nutricia y Ballesol han elaborado para la población más mayor una serie de consejos básicos:
1.La dieta mediterránea sigue siendo la más saludable. En la cual, predominan las legumbres, verduras, hortalizas y frutas de temporada. Mejor la distribución en varias comidas, repartidas durante el día y en cantidad no excesiva. Aderezo con aceite de oliva.
2.Las carnes, no más de 3 o 4 raciones semanales y las más apropiadas por menor cantidad de grasas son: pollo, pavo, conejo.
3.Las legumbres, de 2 a 4 raciones semanales, preferiblemente a mediodía (Ej. Lentejas, garbanzos, alubias)
4.Los cereales, en 2 a 4 raciones semanales. Que no falte la paella o la pasta.
5.El pescado, en varias raciones a la semana, es muy apropiado en las cenas.
6.Los huevos, también incorporan proteínas y pueden consumirse de 2 a 4 raciones a la semana en diferentes momentos del día y formas de presentación (fritos, cocidos, revueltos, etc.).
7.El vino tinto, en cantidad moderada es saludable, si coincide con el gusto personal (Ej. una copa en las comidas principales)
8.Aporte suficiente de lácteos en forma de leche o derivados. (2 o 3 raciones al día)
Finalmente, no podemos olvidar algunos consejos adicionales que son válidos para todas las edades:
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