Gómez Santos señaló que este es precisamente uno de los pilares en los que se basará el futuro modelo de residencias, en el que está trabajando desde finales de 2020 el Comité Asesor Sociosanitario. Y también una de las necesidades que evidenció la pandemia, que puso de manifiesto a importancia de disponer de esta y otra información sobre las personas residentes en centros de servicios sociales de forma casi continua y permanentemente actualizada, puntualizó.
A pesar de que hoy el plan de atención individualizada que se debe hacer de cada residente se revisa como mínimo anualmente o, en todo caso, ante cualquier variación significativa de su situación, el seguimiento continuado permitiría detectar y evaluar lo deterioro de las funciones cognitivas que sufren las personas durante lo proceso de envejecimiento prácticamente en tiempo real, apuntó.
La secretaria general técnica recordó, asimismo, que la Consellería de Política Social ya estaba trabajando en la mejora de los criterios de valoración de la dependencia pensando en las personas con deterioro cognitivo antes de la crisis sanitaria de la covid-19. La irrupción de esta en el escenario internacional obligó, no obstante, a revisar el planteamiento inicial para adaptarlo a la nueva realidad de los centros.
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