El Ilustre Colegio Oficial de Enfermería de Madrid acogió la I Jornada Científica organizada conjuntamente por la Sociedad Madrileña de Geriatría y Gerontología (SMGG) y la Asociación Madrileña de Enfermería Gerontológica (AMEG) bajo el lema “Cuidar con fuerza: la fragilidad desde todos los frentes”. El encuentro reunió a numerosos profesionales de la salud y de los cuidados: médicos, enfermeros, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, nutricionistas y gestores sociosanitarios, para reflexionar sobre el abordaje integral de la fragilidad en las personas mayores.
El acto inaugural contó con la intervención de Elena Viñas, secretaria general del Colegio Oficial de Enfermería de Madrid (CODEM); Juan Manuel Cuñarro Alonso, presidente de Asociación Madrileña de Enfermería Gerontológica (AMEG); Cristina Bermejo Boixareu, presidenta de la Sociedad Madrileña de Geriatría y Gerontología (SMGG); y Carmen González Paz, directora general de Coordinación Sociosanitaria del SERMAS.
En sus palabras de bienvenida, Elena Viñas destacó la importancia de la colaboración entre profesionales e instituciones “para garantizar una atención de calidad a una población cada vez más envejecida”, y reiteró el apoyo del Colegio a la especialidad de Geriatría y Gerontología “como una necesidad incuestionable, no un lujo”. Para Viñas, “abordar la fragilidad y prevenir la dependencia requiere profesionales formados con competencias avanzadas en valoración, intervención y acompañamiento, capaces de trabajar en equipos multidisciplinares y de liderar cuidados centrados en las personas”.
A continuación, Cristina Bermejo subrayó la urgencia de cambiar el enfoque sanitario hacia la prevención. “Nos hemos centrado demasiado en el tratamiento; deberíamos centrarnos más en la prevención. No se trata solo de detectar la fragilidad, sino de evitar que aparezca”, señaló. La presidenta de la SMGG destacó además el valor del trabajo conjunto entre enfermería y geriatría y expresó su deseo de que esta jornada “sea la primera de muchas”.
Por su parte, Carmen González Paz defendió la necesidad de dar respuesta a la fragilidad, un fenómeno que afecta ya al 18 % de la población mayor, de forma “coordinada, profesional, multidisciplinar y centrada en la persona”. Asimismo, añadió que “abordar la fragilidad no es una opción, es una necesidad urgente. La detección de la fragilidad y su correcto abordaje es fundamental, porque bien abordada, podemos revertir ese estado de fragilidad y prevenir situaciones de dependencia”.
La directora general recordó que la Comunidad de Madrid cuenta desde 2022 con el Plan de Atención Integral a la Fragilidad y Promoción de la Longevidad Saludable, “una estrategia transversal y multidisciplinar que promueve la autonomía y la permanencia en el entorno habitual de las personas mayores, respetando sus deseos y fomentando la prevención del edadismo”. Entre los avances del plan, mencionó la publicación de guías de buenas prácticas en alimentación, prevención de caídas y manejo del delirium, así como la acreditación geriátrica de los servicios de urgencias hospitalarios del SERMAS.
Alimentación en residencias
La primera sesión del encuentro, moderada por Eduardo Seyller García, presidente emérito de la AMEG, abordó la alimentación y la nutrición en residencias de mayores. El doctor Jesús Mateos del Nozal, geriatra y técnico de apoyo de la Dirección General de Coordinación Sociosanitaria del SERMAS, recordó que “la malnutrición es uno de los principales factores de riesgo de fragilidad” y alertó de que, según los nuevos criterios internacionales, uno de cada dos residentes presenta algún grado de desnutrición.
El experto centró su intervención en la “Guía de recomendaciones sobre alimentación y nutrición en centros residenciales para personas mayores” publicada en 2024 por la Comunidad de Madrid. Destacó su carácter multidisciplinar, fruto del trabajo de más de 40 profesionales de distintos ámbitos, y su enfoque práctico para mejorar la atención nutricional en residencias. Subrayó la importancia de individualizar los requerimientos nutricionales (alrededor de 30 kcal/kg/día, al menos un gramo de proteína/kg y entre 1,6 o dos litros de agua), de planificar menús equilibrados adaptados a las preferencias y necesidades de los residentes, evitar dietas restrictivas innecesarias, la necesidad de una buena salud bucodental, así como la importancia de convertir la comida en un acto social y placentero.
También insistió en la necesidad de formación continua y trabajo coordinado entre todos los profesionales del ámbito residencial, así como en la monitorización periódica de la situación nutricional tanto individual como del conjunto del centro. La guía concluye con 30 recomendaciones clave y un algoritmo que resume el proceso de prevenir, valorar, tratar y monitorizar la nutrición de las personas mayores en residencias, siempre desde un enfoque integral y multidisciplinar.
Fragilidad con claridad
La segunda ponencia corrió a cargo de Cristina Bermejo, médica geriatra del Hospital Puerta de Hierro Majadahonda y presidenta de la SMGG, bajo el título “Fragilidad con claridad”. En su exposición, Bermejo explicó los fundamentos clínicos de la fragilidad, su diagnóstico y las escalas más utilizadas, recordando que no debe confundirse con mal pronóstico ni con dependencia. “La fragilidad es una oportunidad para intervenir antes de que llegue la dependencia.”
Finalmente, insistió en que la prevención y el tratamiento de la fragilidad pasan por tres pilares: ejercicio físico, nutrición y valoración geriátrica integral. Afirmó con rotundidad que “no tengo que esperar que un paciente sea frágil para decirle que tiene que hacerlo”, y calificó el ejercicio físico como “la única pastilla antienvejecimiento” realmente eficaz. Criticó la falta de prescripción sistemática de ejercicio y recordó que “un paciente ingresado diez días pierde la misma masa muscular que en diez años”. Concluyó destacando que la fragilidad “es una situación reversible” si se interviene adecuadamente y que la meta es mantener la autonomía funcional como base de un envejecimiento saludable.
Nutrición, ejercicio y adherencia
La jornada contó también con una mesa debate moderada por la enfermera especialista en enfermería geriátrica del Hospital Universitario del Tajo y secretaria de AMEG, Cristina Fernández, y con la participación de María Nieves Vaquero, enfermera especialista en enfermería geriátrica del Hospital Universitario Ramón y Cajal, y Marina Verano de la Torre, enfermera especialista en enfermería geriátrica del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz. El diálogo se centró en las controversias actuales sobre suplementación nutricional, adherencia a las dietas y programas de ejercicio físico en población frágil.
María Nieves Vaquero defendió que la nutrición sin ejercicio apenas logra resultados y que el binomio nutrición–ejercicio debe ser la base del abordaje. Por su parte, De la Torre advirtió sobre la proliferación de suplementos sin evidencia suficiente. Ambas coincidieron en que el seguimiento enfermero y la coordinación con las unidades de geriatría de enlace son fundamentales para mantener la adherencia y detectar dificultades en tiempo real.
También se puso de relieve la necesidad de movilización precoz en hospitales y residencias, la creación de espacios seguros para el ejercicio terapéutico y la superación del miedo a fomentar la actividad física en pacientes frágiles.
Mesa debate sobre sarcopenia
La jornada concluyó con una mesa sobre la sarcopenia bajo el título “Menos pastillas y más zapatillas”. La sesión fue moderada por José Antonio García García, enfermero especialista en enfermería geriátrica y vicepresidente de AMEG, y contó con la participación de Jimmy Martín Gonzales Turín, geriatra del Hospital Universitario del Tajo, y Alejandro Álvarez Bustos, fisioterapeuta e investigador posdoctoral en el Centro de Investigación Biomédica en Red sobre Fragilidad y Envejecimiento Saludable (CIBERFES).
Los ponentes coincidieron en la importancia del ejercicio físico como tratamiento fundamental frente a la pérdida de masa y fuerza muscular asociada al envejecimiento, destacando la necesidad de reducir la medicalización innecesaria y promover hábitos activos en todas las etapas de la vida.
