Este programa de atención a domicilio, que se implantó el pasado mes de octubre, ha realizado más de 1.000 atenciones entre presenciales y telefónicas a casi 80 personas. El 70% de ellas fueron realizadas por profesionales de Enfermería y otro 30%, por médicos.
Los beneficiarios tienen edades comprendidas entre 23 y 93 años, con una edad media de 66 años, y la duración media de la asistencia en el domicilio ha sido de 7,6 días. En cuanto a su origen, el 50% procede de Urgencias y el resto, de las unidades de hospitalización convencional tanto de servicios médicos como quirúrgicos.
Esta modalidad ofrece tanto a los enfermos como a sus familiares más comodidad y mayor adaptación a su ritmo de vida habitual. Además, tiene la ventaja de que se disminuye el tiempo de convalecencia y el riesgo de infecciones nosocomiales. También se reduce el deterioro funcional y la posibilidad de aparición de síndromes confusionales. Y se potencian el autocuidado y la autonomía.
El equipo de Hospitalización a Domicilio es de carácter multidisciplinar y está integrado por tres facultativos de los servicios de Urgencias y Medicina Interna y seis profesionales de Enfermería. Estos acuden a los domicilios de los pacientes o bien realizan seguimiento telefónico en horario de mañana y tarde todos los días de semana. Además, cuentan con el apoyo del Servicio de Urgencias en horario nocturno en los casos necesarios, proporcionando la misma atención continuada que en un ingreso ordinario.
Las patologías atendidas son las que presentan bajo riesgo de complicaciones agudas que permiten ser asistidas en el domicilio, con procedimientos de complejidad equiparable al de la hospitalización convencional.
Entre ellas se incluyen infecciones (respiratorias, urinarias, abdominales, osteoarticulares, de piel y partes blandas), enfermedades crónicas reagudizadas de origen cardiorrespiratorio (EPOC, insuficiencia cardiaca), heridas y quemaduras de piel, y la finalización de tratamientos prolongados.
El equipo ha desarrollado protocolos específicos para asegurar la continuidad asistencial entre el Hospital y los centros de salud en el seguimiento del paciente para que las transiciones entre niveles cumplan con los criterios de seguridad y calidad en la atención.
Otra faceta relevante de la Hospitalización a Domicilio es su labor en el ámbito de la Educación para la Salud, ya que los médicos y enfermeras forman a pacientes y familiares sobre cuidados en un entorno amigable donde es más fácil lograr la adquisición de conocimientos y hábitos saludables.
De esta forma, se les implica en el conocimiento de la enfermedad y en las medidas de cuidado que favorecen su curación o mejoría y la prevención de posibles complicaciones a futuro.
En este sentido, la experiencia del equipo en sus primeras semanas de funcionamiento es muy positiva, ya que han detectado una gran implicación de los familiares o cuidadores, siendo un factor fundamental en la mejoría de los pacientes.
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