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Francisco Tarazona: “No somos capaces de satisfacer la demanda de geriatras que existe en el territorio estatal”

Francisco Tarazona, presidente de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología.
Francisco Tarazona, presidente de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología.

Francisco Tarazona

Presidente de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG)

En el marco del 65º Congreso de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), que tuvo lugar en el mes de junio, Francisco José Tarazona fue elegido nuevo presidente de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG). Tarazona es médico y doctor en Medicina por la Universidad de Valencia, especialista en Geriatría y ejerce como geriatra en el Hospital Universitario de La Ribera (Alzira, Valencia).

La geriatría: valoración actual y déficit de profesionales

¿Qué significa para usted asumir la presidencia de la SEGG?

Es una gran responsabilidad. Después de seis años como vocal clínico en una junta directiva que ha modernizado la SEGG en muchos aspectos, supone un reto seguir avanzando en esta línea.

¿Cuál es la situación actual de la geriatría y la gerontología en España?

En estos momentos tenemos una proyección positiva. En los últimos 15 años hemos pasado de tener 50 residentes por año a casi 130. Esto supone un incremento importante de la docencia y de la expansión de la geriatría en el ámbito clínico, tanto hospitalario como extrahospitalario. Y ocurre lo mismo con la gerontología; tenemos un desarrollo a nivel docente e investigador muy importante, que se traduce en un gran número de titulaciones universitarias de posgrado y también en la gran cantidad de artículos científicos en revistas importantes publicados por gerontólogos españoles, tanto del área social como del área clínica.

¿A qué cree que se debe este repunte?

Esta mejor situación de la geriatría se debe a la necesidad de tratar adecuadamente a las personas mayores. Y, por otra parte, al déficit de otros especialistas, que nos está permitiendo desarrollar el ámbito clínico geriátrico en instituciones hospitalarias y en departamentos de salud en los que hasta ahora no habíamos podido entrar. Al mismo tiempo, están creciendo los departamentos de geriatría ya existentes debido a los estándares de calidad de nuestra práctica clínica.

Con ese crecimiento, ¿cree que la demanda de esta especialidad está acorde con las necesidades reales de la sociedad?

No. Actualmente no somos capaces de satisfacer la demanda de geriatras que existe en el territorio estatal. Es necesario seguir generando muchos más especialistas anualmente. Debemos establecer más unidades acreditadas e incrementar el número de residentes en las unidades docentes acreditadas que ya existen. Vamos avanzando poco a poco, pero la velocidad de nuestro avance es inferior a la velocidad con la que se incrementa la demanda.

“A pesar del desarrollo que ha tenido la geriatría española en los últimos años, todavía estamos lejos de la implantación que tiene la asistencia geriátrica en otros países”

¿Cuántos geriatras necesita incorporar el sistema sanitario?

En estos momentos, haría falta duplicar o triplicar el número de residentes que estamos formando. Si actualmente estamos formando alrededor de 129 geriatras al año, lo ideal serían 400 residentes al año para poder satisfacer las necesidades.

¿Desde la SEGG estáis siguiendo alguna estrategia para mejorar estas cifras?

Sí, la SEGG está trabajando con la Comisión Nacional de la Especialidad en dos líneas. Una, intentar incrementar el número de residentes en las unidades ya acreditadas; otra, acreditar a nuevas unidades, pero sin que merme la calidad de la formación. Esa es la balanza que estamos intentando mantener en estos momentos. Por eso, nuestro crecimiento no es tan rápido como la demanda, porque tenemos que asegurar una correcta formación de los residentes.

La situación de la geriatría en España, ¿es similar a la de otros países de nuestro entorno?

A pesar del desarrollo que ha tenido la geriatría española en los últimos años, todavía estamos lejos de la implantación que tiene la asistencia geriátrica en países como el Reino Unido, Francia o Italia, entre los más próximos. Es cierto que Portugal y Grecia se encuentran en una situación peor porque son los dos únicos países de la Unión Europea donde la geriatría no está reconocida. Pero nuestra situación es mejorable y tenemos que seguir avanzando.

¿Cuáles son los principales retos que se propone abordar como presidente de esta sociedad científica?

Entre los principales retos está incrementar la masa social. Uno de los objetivos es alcanzar los 3.000 socios; nos faltan poco más de 300. Por otra parte, queremos seguir impulsando el Congreso. Se ha avanzado mucho en los últimos seis años y queremos seguir incidiendo en este punto porque consideramos que el Congreso Nacional es el gran escaparate de la geriatría y gerontología. Contamos con los ponentes más relevantes en el ámbito nacional. Además, nuestro reconocimiento internacional nos permite traer a grandes figuras de la geriatría y gerontología internacional que le dan mucha calidad al Congreso. Por ello, debemos seguir incidiendo en la mejora del Congreso y en el éxito que hemos conseguido en el último, donde hemos superado los 1.250 congresistas. Queremos que siga incrementándose este número porque sea la propia calidad del programa la que atraiga la participación de los congresistas.

“Los departamentos de geriatría están creciendo debido a los estándares de calidad de nuestra práctica clínica”

Otro punto importante es el plan formativo. Queremos implementar en breve -ya estamos trabajando en ello- un programa formativo anual que permita que geriatras y gerontólogos que se encuentran en formación o en los pasos iniciales de su desarrollo profesional puedan seguir formándose de forma adecuada gracias a los cursos especializados de la SEGG.

¿Alguno más?

El último punto que consideramos muy importante es seguir estableciendo lazos de comunicación estrechos con las distintas administraciones públicas para poder seguir implementando la geriatría en todo el territorio nacional. En estos momentos, el acceso que tienen las personas mayores a los servicios de geriatría es muy heterogéneo, en función de la comunidad autónoma y de la provincia o la comarca en la que vive el mayor.

Con el envejecimiento de la población, es necesario poner en valor los cuidados de larga duración. En su opinión, ¿cómo se debería fraguar para que se haga de una manera correcta y resulte eficaz?

En primer lugar, yo creo que los cuidados en las personas mayores no deben centrarse únicamente en los cuidados de larga duración. Cuando hablamos de personas en situación de dependencia o de discapacidad, debemos establecer estrategias preventivas a lo largo de toda la vida, pero sobre todo más intensas en adultos mayores sanos, porque lo que más va a redundar en la calidad de vida del mayor es retrasar la aparición de enfermedades. Esto es lo más rentable para el usuario, pero también para el sistema.

Una vez que han aparecido los problemas de discapacidad, dependencia y necesidad de atención paliativa, el abordaje tiene que ser mucho más transversal y más coordinado entre la atención hospitalaria y la atención primaria de lo que está siendo en estos momentos. Además, la figura del geriatra como enlace entre los distintos niveles asistenciales es clave. Se trata de un rol que ya ha demostrado su éxito durante la pandemia. El geriatra debe ser protagonista de esa atención transversal y multidisciplinar y de esa gestión compartida entre la atención hospitalaria y la atención comunitaria.

Comentaba antes que había aumentado el número de profesionales de geriatría y había habido un crecimiento en las investigaciones de la especialidad.

¿En qué línea trabajan esas investigaciones? ¿Cuáles son las cuestiones que más preocupan a la geriatría?

Desde la perspectiva de la gerontología biológica, uno de los puntos más destacados es la explicación fisiológica de la longevidad extrema (centenarios y supercentenarios).

“Queremos implementar un programa formativo anual que permita que geriatras y gerontólogos sigan formándose de forma adecuada”

Desde la perspectiva social, se está investigando cómo mantener al adulto mayor en el domicilio, independientemente de situaciones clínicas más complicadas, como la presencia de demencias o alteraciones funcionales. De hecho, se está estudiando cómo permitir que personas con esas dificultades puedan seguir interactuando de forma frecuente con el medio social habitual que han tenido a lo largo de toda su vida. Hay varias iniciativas que ha liderado la SEGG, como el programa Vivir en Casa, cuyo desarrollo ha patrocinado el Imserso. Asimismo, junto con la ONCE, hemos desarrollado un programa de investigación muy serio sobre el mantenimiento de las personas mayores con discapacidad en sus domicilios.

Este mes se conmemora el Día del Alzheimer. ¿Cuáles son los desafíos tanto médicos como sociales?

En la SEGG contamos con un grupo de trabajo específico sobre demencias muy activo que ha publicado recientemente varios documentos al respecto, tanto para la atención clínica como para los propios pacientes, los familiares y también los cuidadores.

Además, en esta línea, tenemos un curso para cuidadores informales de personas con discapacidad, pero fundamentalmente con demencia, que busca dotar de herramientas a sus cuidadores informales para poder ayudar mejor, aplicando el conocimiento científico o procedimientos clínicos para atender a los enfermos.

Por otra parte, vienen en breve dos anticuerpos monoclonales contra la enfermedad de Alzheimer, que posiblemente se aprueben en los próximos años, en los que también se está investigando y falta tener más certeza sobre el verdadero beneficio clínico que pueden aportar.

En julio, el Gobierno envió al Congreso la reforma de las leyes de dependencia y discapacidad. Desde la SEEG, ¿cómo creen que puede mejorar esta reforma la atención a las personas mayores?

Esperamos que iniciativas como esta se aprueben y mejoren la calidad de la atención a la persona mayor y también que ayuden a preservar la salud del cuidador principal, que muchas veces se nos olvida este punto.

Nueva Junta Directiva 2025-28

Además de Francisco Tarazona, la nueva Junta Directiva de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), está conformada por los siguientes profesionales: Juan Manuel Pérez-Castejón Garrote, como vicepresidente de Geriatría; María Luisa Delgado Losada, como vicepresidenta de Gerontología; Francisco Javier Martínez Peromingo, como secretario general; Nieves Fernández Letamendi, como vicesecretaria general; Rafael Bielza Galindo, como tesorero; Nicolás Martínez Velilla, como vocal clínico; Mariona Jové Font, como vocal de Ciencias Biológicas; Camino Oslé Guerendiain; como vocal de Ciencias Sociales y del Comportamiento; Sandra Pàmies, como vocal junior; y Ángeles García Antón, como vocal senior.

Nueva Junta Directiva de la SEGG.
Nueva Junta Directiva de la SEGG.
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