El rol clave del Trabajo Social ante el reto del envejecimiento
Cada tercer martes de marzo se celebra el Día Mundial del Trabajo Social, una jornada destinada a reconocer la labor de los profesionales que contribuyen a la mejora del bienestar social. El envejecimiento poblacional y la atención a la dependencia son dos de los grandes retos que enfrentan las sociedades actuales, y en los que el Trabajo Social juega un papel esencial. Amelia Oviedo, trabajadora social, vocal de la Junta de Gobierno y directora gerente del Colegio Oficial de Trabajo Social de Madrid, nos ofrece su visión sobre el impacto de la profesión en este ámbito.
El envejecimiento de la población es uno de los grandes desafíos sociales actuales. Con una esperanza de vida en aumento y un progresivo descenso de la natalidad, las sociedades se enfrentan a la necesidad de adaptar sus sistemas de atención para garantizar el bienestar de las personas mayores. En este contexto, el Trabajo Social emerge como una profesión esencial para promover la autonomía, la inclusión y la calidad de vida de este colectivo.
Con motivo del Día Mundial del Trabajo Social y la celebración, el próximo 21 de marzo, de la VIII Gala de Premios del Colegio Oficial de Trabajo Social de Madrid, hemos conversado con Amelia Oviedo, trabajadora social, vocal de la Junta de Gobierno y Directora Gerente del Colegio, para conocer el crucial papel de la profesión en la atención a la dependencia y el envejecimiento activo.
«Las trabajadoras sociales desempeñamos un papel fundamental en la evaluación y planificación integral de las necesidades de atención de las personas en situación de dependencia, acompañándolas en su proceso para mantener o recuperar la capacidad de gestionar su vida con la mayor autonomía posible», señala Amelia Oviedo. El Trabajo Social no solo se centra en la asistencia, sino también en la coordinación de recursos y el seguimiento de cada caso, asegurando que los cuidados proporcionanados son adecuados y adaptados a cada persona.
Desde esta perspectiva, la profesión juega un rol crucial en la identificación de las necesidades de apoyo, en la mediación con las familias y en la garantía de derechos, evitando situaciones de vulnerabilidad y exclusión social.
«Cabe incidir sobre la importancia del impacto de los factores sociales para realizar una evaluación completa y precisa de la dependencia, ya que estos permiten identificar las necesidades sociales específicas de cada persona de cara a una planificación de apoyos adecuada a su situación. Las condiciones económicas, los apoyos y redes con las que cuentan, la disponibilidad y calidad de los servicios y los valores culturales influyen significativamente en la manera que la persona puede percibir y afrontar su dependencia. Por esa razón, tanto en la valoración como a lo largo del desarrollo de los programas individuales de atención resulta decisivo considerar los factores sociales para que la atención que reciben las personas en situación de dependencia sea integral y apropiada», agrega Oviedo.
El Trabajo Social va más allá de la atención a la dependencia y también trabaja en la promoción del envejecimiento activo y en la prevención de la soledad no deseada. «Fomentamos la participación de las personas mayores en la comunidad mediante el diagnóstico de necesidades y la organización de actividades que contribuyan a fortalecer el tejido social», destaca Oviedo.
La soledad es un problema creciente entre la población mayor y su abordaje requiere estrategias específicas que potencien la socialización y la integración en redes de apoyo. A través del diseño de programas comunitarios, los y las trabajadoras sociales buscan evitar el aislamiento y mejorar la calidad de vida de este sector de la población.
La defensa de los derechos de las personas es también una de las premisas sobre la que, según Amelia Oviedo, se asienta la profesión, ya que el Trabajo Social interviene “en todas las situaciones y con todos los colectivos en clave de garantía de derechos y protección frente a sus vulneraciones, especialmente de aquellos más vulnerables”.
El colectivo de trabajadores sociales enfrenta importantes desafíos en la atención a la población envejecida y en situación de dependencia. Amelia Oviedo advierte de que el envejecimiento poblacional y la baja natalidad son fenómenos demográficos que ya se preveían desde hace tiempo, pero que las administraciones no han abordado de forma anticipada. Pese a ello, «la realidad es que el abordaje del envejecimiento de la población se realiza desde una perspectiva reactiva ante la demanda creciente y exponencial de servicios de atención y apoyo que no han sido dimensionados de forma anticipada por parte de los responsables públicos.
Y, si bien se ha producido un avance en los sistemas de atención a la población envejecida, con la extensión del enfoque de atención centrada en la persona, la tipología de recursos y servicios y la atención real brindada dista, en más ocasiones de las deseables, de lo que realmente se podría considerar idóneo”.
Por ello, la directora gerente del Colegio Oficial de Trabajo Social de Madrid asegura que se debe tender a modelos de atención con personal cualificado y suficiente donde se cumplan ratios adecuadas. “Se debe consolidar un capital humano dedicado a la atención a la población envejecida, y aumentar unas adecuadas condiciones laborales y salariales del sector”.
Otro de los desafíos clave es la necesidad de una formación especializada para los trabajadores sociales. «Las personas mayores presentan necesidades complejas y múltiples, siendo la formación permanente y actualizada una de las mayores necesidades de las trabajadoras sociales en el ámbito gerontológico», sostiene Oviedo. Asimismo, destaca la importancia de optimizar la organización funcional que operativiza la atención en el marco de la dependencia, de manera que “se agilicen los procesos de acceso a los apoyos que requieren las personas en tales situaciones”.
Pese a los retos, los desafíos planteados en cuanto a suficiencia de servicios, ratios adecuadas y formación especializada requieren, asimismo, “ser acompañadas por una agilidad en la tramitación administrativa, con el fin de lograr que los apoyos a la dependencia pueden ser abordados desde una perspectiva de oportunidad para el sector sociosanitario de cuidados, y, concretamente, para la profesión del Trabajo Social, por el rol central que asume en el sistema de atención a la dependencia”, continúa Oviedo.
El bagaje acumulado en la profesión en el ámbito de la atención a la dependencia, así como el papel fundamental de las trabajadoras sociales, quienes actúan en primera línea como mediadoras y facilitadoras entre la persona, su familia y el sistema “posicionan al Trabajo Social como agente indispensable en la reestructuración y mejora de la red de atención”.
De ahí emergen, en palabras de Amelia Oviedo, nuevos retos para el colectivo profesional. Uno de ellos es “el empleo de la tecnología para acercar el acompañamiento a las familias, mejorar la asistencia técnica y agilizar la prestación de apoyos”.
Asimismo, es fundamental la inclusión de nuevos modelos de atención, los cuales “han surgido desde la propia disciplina y buscan atender a la autodeterminación de las personas en la elección de prestaciones de acuerdo a sus preferencias y voluntades”. En este sentido, también se plantea “la necesidad de adecuar los entornos de convivencia conforme a estas premisas”, asegurando que las estructuras sociales respondan a las necesidades reales de quienes reciben apoyo.
Otro aspecto relevante es la puesta en valor de la contribución de la profesión del Trabajo Social y del resto de categorías profesionales del ámbito. Como recalca Amelia Oviedo, “resulta crucial apostar por el reconocimiento de la labor realizada por las trabajadoras sociales en beneficio de la colectividad en términos retributivos, de dotación de recursos humanos, de calidad de los servicios y de prestigio de la profesión. Este es un desafío que nos atraviesa como profesionales del Trabajo Social en este y en otros ámbitos de intervención”, concluye.
Si bien en esta edición no hay proyectos específicos en el ámbito de la atención a la dependencia de las personas mayores, sí se han presentado iniciativas formativas dirigidas a profesionales del ámbito sociosanitario, así como a personas con discapacidad beneficiarias de medidas de apoyo. “El contexto de la atención social en el ámbito gerontológico sí se encuentra representado por la parte de entidades patrocinadoras de los Premios, sin cuya apuesta decidida por visibilizar la labor de las trabajadoras sociales no sería posible disfrutar de la VIII edición de los Premios de Trabajo Social”.
El Grupo Vitalia ha inaugurado una residencia para mayores en Majadahonda, con capacidad para 101…
La impresión 3D está transformando la medicina, permitiendo la creación de prótesis personalizadas, tejidos y…
HM Hospitales inauguró el Policlínico HM Ronda de Nelle en Galicia, con una inversión de…
SUPERCUIDADORES y el BID lanzan una encuesta para evaluar la calidad de vida de cuidadores…
Macrosad lanzó "Vidas con historia", un proyecto intergeneracional que recoge relatos inspiradores de mayores en…
DomusVi abrirá en abril una residencia para mayores en Bormujos, generando 26 nuevos empleos. Con…