COCEMFE
Invisibilidad estructural del sistema
Anxo Queiruga, presidente de COCEMFE
Más de la mitad de las personas con discapacidad tiene 65 años o más, una realidad que el sistema sociosanitario aún no asume con la contundencia necesaria. Su envejecimiento, creciente y complejo, conlleva necesidades específicas aún desatendidas. Con la jubilación, el colectivo aspira a disfrutar de salud, descanso y tiempo libre.
Según un estudio de COCEMFE, los mayores con discapacidad sufren discriminación múltiple por edad, condición y entorno físico, social y económico. Un 20% vive solo y un 36,7% tiene reconocida una situación de dependencia. Sin embargo, el acceso a servicios adaptados no está garantizado, y muchas no reciben los apoyos necesarios o desconocen sus derechos.
Uno de los mayores retos es la invisibilidad estructural: los servicios para mayores no contemplan las necesidades de quienes tienen discapacidad desde edades tempranas, y viceversa. Esto genera vacíos, incoherencias y exclusión.
La falta de accesibilidad es una barrera constante: el 23% considera el transporte público inaccesible, y solo el 50% califica su vivienda como “muy accesible”. En zonas rurales, la falta de recursos amplifica la exclusión. La soledad y el aislamiento afectan a su bienestar. La pérdida de autonomía y la salud son los mayores miedos ante la vejez. Desde COCEMFE proponemos un envejecimiento inclusivo, con autonomía, accesibilidad y cuidados dignos. Asimismo, reivindicamos desarrollar el asistente personal, políticas públicas interseccionales, formación a profesionales y tecnologías accesibles. Envejecer con discapacidad no debe ser sinónimo de aislamiento o desigualdad, sino de dignidad, derechos y oportunidades.








