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Del infarto cerebral al proyecto de vida: prevenir y rehabilitar para no llegar tarde

Del infarto cerebral al proyecto de vida: prevenir y rehabilitar para no llegar tarde.
Del infarto cerebral al proyecto de vida: prevenir y rehabilitar para no llegar tarde.

El ictus es la primera causa de discapacidad adquirida en el adulto y, sin embargo, sigue viéndose muchas veces como un accidente inevitable. La prevención primaria —control de la hipertensión, manejo de la diabetes, control del colesterol, abandono del tabaco y actividad física— reduce drásticamente el riesgo y debe ser la primera prioridad de salud pública y atención clínica, de lo contrario 1 de cada 4 tendremos un ictus. 

Manuel Murie Fernández, coordinador de la Unidad de Neurorrehabilitación del Hospital Ciudad de Telde en Gran Canaria, y coordinador de la línea de Daño Cerebral de Hermanas Hospitalarias en País Vasco.

Pero cuando el ictus ocurre, no basta con la atención aguda. La magnitud de la discapacidad no la decide solo la trombectomía o la administración de trombolíticos: la existencia de un plan integral de Neurorrehabilitación desde fases tempranas es determinante para minimizar secuelas, recuperar autonomía y evitar institucionalizaciones y costes crónicos. La neurorrehabilitación no es un añadido cosmético; es tratamiento esencial y me atrevería a decir que vital.

No existe una cifra única que garantice que “cada euro invertido en neurorrehabilitación ahorra tres”, porque los ratios dependen del país (sería interesante que existieran comparaciones entre diferentes sistemas), del modelo de atención y del horizonte temporal. Pero sí hay evidencia sólida de que los programas de Neurorrehabilitación multidisciplinar son coste-efectivos y generan ahorros significativos en salud y lo más importante en los proyectos de vida de los pacientes.

Inversión, formación y coordinación

Por eso la reivindicación debe ser doble: invertir más en prevención primaria, mantener la excelencia en la atención aguda y garantizar la implantación de planes de Neurorrehabilitación integrales y accesibles. Esto implica formación, recursos en centros de Neurorrehabilitación, continuidad comunitaria y coordinación entre hospitales, atención primaria y servicios sociales. 

Invertir en prevención y Neurorrehabilitación no es solo una decisión sanitaria: es una decisión moral y económica. Menos dependencia significa familias menos sobrecargadas, menos gasto público a largo plazo y más ciudadanos que pueden recuperar su proyecto de vida. En el Día Mundial del Ictus pidamos políticas que no se conformen con salvar vidas, sino con devolverlas en la medida de lo posible. La neurorrehabilitación debe dejar de ser un privilegio para ser una garantía. Hagamos de ello una prioridad real.

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