Este miércoles, 12 de noviembre, Madrid ha acogido el Spain Healthcare Innovation Summit 2025, organizado por Bamberg Health. Este encuentro profesional ha reunido a actores sanitarios de primer orden para aterrizar la innovación en resultados: interoperabilidad real, transformación digital con propósito, medicina personalizada y una gobernanza del dato que haga posible la continuidad asistencial. Para conocer el alcance y las claves de esta quinta edición, entrevistamos a Daniel Para Mata, CEO de Bamberg Health, quien subraya que “la colaboración es el corazón del progreso sanitario” y que “hay que alinear visión política, tecnológica y clínica para hacer de la innovación un instrumento de gestión real”. Su mensaje insiste en pasar del discurso a la implementación: integración efectiva del sistema por encima del ruido tecnológico. En esta línea, también destaca la necesidad de tener equipos -clínicos y gestores- formados en competencias digitales y análisis de datos para que las soluciones lleguen, de verdad, al paciente.
Daniel Para Mata
CEO y Fundador de Bamberg Health
Innovación en salud en el congreso
¿Cuál es el objetivo principal del Spain Healthcare Innovation Summit 2025 y qué diferencia a esta cumbre de otras sobre innovación en salud?
El Spain Healthcare Innovation Summit tiene un propósito muy claro: acelerar cambios reales en el sistema sanitario, conectando decisores públicos y privados con tecnologías, evidencias y hojas de ruta accionables.
Es un encuentro pensado para transformar ideas en práctica, donde cada panel parte de un desafío operativo -por ejemplo, cómo integrar IA en la toma de decisiones clínicas o cómo impulsar un modelo de salud más sostenible- y termina con aprendizajes y compromisos concretos.
Lo que nos diferencia es que aquí la innovación no se queda en el discurso. Todo el formato está diseñado para que las conversaciones terminen en implementación y colaboración real. Además, fomentamos un entorno de networking íntimo, en español, que facilita vínculos de calidad entre quienes realmente deciden.
Algo que nos distingue especialmente es la evolución. Es la quinta vez que realizamos el Spain HIS en Madrid, y año a año medimos el progreso obtenido, apostando a seguir liderando las conversaciones en el sector; llevando adelante agendas de trabajo que traten las reformas necesarias que llevarán a la construcción de un sistema de salud sostenible, que coloque al paciente en el centro de las decisiones.
¿Con qué criterios han elegido los ejes de debate de esta edición y qué esperan que aporten al sistema sanitario español?
Los ejes surgen del trabajo de todo el año con los diferentes actores del sistema: responsables regionales, hospitales, aseguradoras, industria y startups. No partimos de tendencias, sino de necesidades reales.
En 2025 ponemos foco en seis áreas: optimización del sistema, innovación terapéutica, transformación digital, tecnología diagnóstica, liderazgo y talento, y infraestructura inteligente y gobernanza de la IA.
Nuestro objetivo es que estas conversaciones dejen como resultado criterios compartidos, casos de éxito replicables y alianzas que impulsen modelos de atención más ágiles y sostenibles. En definitiva, que la innovación deje de ser un concepto y se convierta en práctica cotidiana.
Desde su perspectiva, ¿cuáles son hoy los grandes desafíos de la sanidad en España que el Summit busca abordar?
El mayor desafío es lograr que la innovación llegue al paciente, que todo lo que discutimos y desarrollamos se integre de forma real en los servicios y en la práctica clínica.
Hablar de interoperabilidad, datos o tecnología es importante, pero lo esencial es la integración efectiva: cómo conectamos innovación con implementación, cómo pasamos de la idea a la adopción y de ahí a la escalabilidad.
Podemos pensarlo como una cadena del impacto: innovación, implementación, adopción, escalabilidad y paciente. El sistema necesita esa visión de continuidad.
El Spain HIS busca alinear visión política, tecnológica y clínica para hacer de la innovación un instrumento de gestión real, no un discurso. No basta con crear tecnología; hay que garantizar que sea adoptada, que mejore procesos, que escale y que finalmente genere valor clínico y humano. Ese es el sentido último de todo lo que hacemos.
Hablar de interoperabilidad, datos o tecnología es importante, pero lo esencial es la integración efectiva
Se habla mucho de transformación digital y de nuevas tecnologías. ¿Cómo se debe garantizar el enfoque en resultados para el paciente y en mejoras reales de gestión, y no solo en tendencias?
La tecnología debe ser un medio para lograr mejores resultados, no un fin en sí misma. Si una herramienta digital no mejora la experiencia del paciente ni la eficiencia de los profesionales, no es innovación, es solo cambio.
Innovar no significa solo digitalizar o adoptar nuevas tecnologías, significa adaptar esas tecnologías a los problemas y complejidades puntuales de cada sistema de salud; significa mejorar resultados pensando en mejorarles la vida a las personas, reduciendo tiempos de atención, involucrando al paciente en la toma de decisiones y protegiendo sus datos e identidad.
Lo que proponemos es medir impacto en tres niveles: valor clínico, valor operativo y valor humano. Es decir, si una innovación reduce tiempos, evita errores o mejora la calidad asistencial, entonces vale la pena escalarla.
Nuestro rol como plataforma es conectar a los actores correctos para que esas innovaciones se traduzcan en decisiones, inversión y transformación efectiva.
Innovar no significa solo digitalizar o adoptar nuevas tecnologías, significa adaptar esas tecnologías a los problemas y complejidades puntuales de cada sistema de salud
La calidad del dato y la cooperación entre niveles asistenciales y territorios suelen ser asignaturas pendientes. ¿Qué tipo de diálogo y acuerdos pretende facilitar la cumbre en este ámbito?
En lugar de repetir el concepto de interoperabilidad, prefiero hablar de integración del sistema.
Hoy necesitamos conectar niveles asistenciales, regiones y actores con un mismo propósito: que la información fluya y que las decisiones se basen en datos confiables.
En el Summit reunimos a quienes pueden hacerlo posible -reguladores, hospitales, empresas tecnológicas y aseguradoras- para construir una infraestructura de confianza, que garantice seguridad, ética y uso responsable de la información.
Por eso, la agenda está conformada por paneles diferentes que abordan temas como la infraestructura en la nube, ciberseguridad sanitaria y gobernanza de la IA, la interoperabilidad, la Salud 5.0, la genómica y la medicina de precisión, entre otros. La intención, como cada año, es crear diferentes acuerdos en cada uno de estos temas en agenda, que quedarán acordados en un documento de conclusiones 2025.
¿Qué papel debe jugar la colaboración entre administraciones, hospitales, aseguradoras, industria y startups para acelerar soluciones y escalar buenas prácticas?
La colaboración es el corazón del progreso sanitario. Cada actor tiene una función distinta, pero todos compartimos la misma responsabilidad: hacer que las soluciones lleguen al paciente.
Las administraciones deben marcar la dirección; la industria, aportar innovación; los hospitales, validar su impacto; y los startups, aportar agilidad. Cuando todos trabajamos en la misma cadena -de la idea al impacto- los resultados se multiplican.
En Bamberg Health actuamos como plataforma neutral que facilita esa conexión. Y el Summit es el espacio donde esa colaboración se materializa. Los distintos actores pueden traer su perspectiva, sus desafíos y encontrar puntos de encuentro para alinear visión y repensar estrategias comunes junto con otros actores relevantes.
Más allá de la tecnología, ¿qué cambios culturales, de organización y de capacidades profesionales considera imprescindibles para que la innovación “aterrice” en los centros y servicios?
La innovación solo se adopta si hay personas preparadas y procesos rediseñados. Como tal, se refiere a un proceso y requiere de tiempo, de pruebas e iteraciones.
Necesitamos formar equipos clínicos y gestores en competencias digitales, análisis de datos y liderazgo en innovación. Debemos invertir en formación continua. También debemos promover una cultura donde probar, medir y ajustar no se vea como un riesgo, sino como una parte natural del progreso. Siempre pensando en mejorar la funcionalidad operativa de los sistemas de salud y mejorando la relación clínico-paciente.
En resumen, la innovación se construye con tecnología, pero se sostiene con personas y cultura.
Necesitamos formar equipos clínicos y gestores en competencias digitales, análisis de datos y liderazgo en innovación
Si pensamos en los próximos 12–18 meses, ¿qué avances le gustaría ver impulsados desde el Summit en términos de políticas, proyectos o alianzas para una sanidad más accesible, eficiente y centrada en el paciente?
Me gustaría ver más innovación en práctica: proyectos que ya están funcionando escalarse a otras regiones, equipos compartiendo aprendizajes, y políticas que integren resultados reales.
También me gustaría ver una mayor inversión en capacitación, porque la transformación digital no depende solo de tecnología, sino de conocimiento.
En definitiva, el éxito no se medirá por cuántas soluciones se presentan, sino por cuántas se adoptan y benefician a las personas. Si logramos eso, habremos cumplido nuestro propósito.








